Capítulo 32:

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Peter: ¿no estarás esperando que te agradezca verdad? –Preguntó irónico-

Armando: solo iba a preguntar si estás bien

Peter: como si ese pudiera ser capaz de hacerme algo, solo un par de rasguños inofensivos, eh soportado cosas peores

En ese momento creyó ver dolor en los ojos de sus padres, pero rápidamente desapareció y sus ojos fueron tan inexpresivos como siempre. Tal vez eran solo las estúpidas ganas que aún conservaba de que sus padres demostraran un poco de interés y amor por él.

Cuando creía que no podía ser más estúpido, se sorprendía él mismo.

Peter: ¿algo más? Realmente me quiero ir a mi cuarto

Armando para sorpresa de todos hizo una pequeña sonrisa

Armando: ¿desde cuándo preguntas vos? ¿No es que haces las cosas a tu manera?

Peter: si hago lo que quiero te quejas si pregunto te quejas igual, ¿quién carajo te entiende no?

Armando: no me queje, solo pregunté.

Peter lo miro raro

Peter: ¿estás bien vos? Acabas de gritarle a uno de tus hijos perfectos y a mí me tratas bien ¿qué te fumaste?

Armando: no abuces Juan Pedro, no abuces.

Peter: -sonrió- dios quien te entiende ¿me puedo ir o no?

Leticia: ¿cenaste?

Peter: no y tampoco tengo hambre –agrego rápidamente antes de que su madre dijera algo más-

Armando: anda entonces, ¿nos podes preparar un café y un té Julia?

Julia: si señor ¿se los llevó al living?

Armando: por favor

Sin decir más nada ambos se fueron, dejando solos a Peter y Julia.

Peter: para mí que se fumaron algo estos dos, sobre todo papá. No me mires así, a veces se me escapa

Julia: y está bien Juan, es tu papá. No está mal llamarlo así, es lo lógico.

Peter: un padre no se comporta como él lo hace conmigo, simplemente él no merece ser llamado así.

Julia: no olvides los buenos momentos chiquito, no te llenes de rencor. –Dijo mientras acariciaba su brazo-

Peter: ¿cuáles bueno momentos? Realmente no tengo buenos momentos con ellos, todos son gritos, peleas y reclamos. Ellos jamás se hicieron cargo de ninguno de nosotros, para eso estaban las niñeras, para eso estabas vos. Realmente no entiendo porque los otros tres los tienen como si estos dos fueran los reyes del universo ¿tan estúpidos pueden ser?

Julia: cada quien cree en lo que quiere creer, cada quien enfrenta la vida como puede y como lo dejan

Él tan solo se la quedó mirando, había oído palabras muy parecidas en la boca de otra persona.

En la boca de Mariana precisamente.

Julia: ¿otra vez dije algo que te recordó a ella verdad?

Peter: -sonrió- se llevarían tan bien ustedes dos, son muy parecidas en algunas cosas por no decir en casi todas.

Julia: ¿me vas a contar qué pasó?

Peter: prefiero ir a bañarme, después te cuento ¿sí? –dijo cansado-

Julia: anda chiquito, relájate un poco y deja de pensar tanto.

Realmente intentó hacer lo que Julia le había pedido pero simplemente no podía dejar de pensar.

En la reacción de su padre, en el odio que su hermano tenía contenido dentro, en lo que pensó haber visto en los ojos de sus padres, en la amabilidad con que ambos le hablaron, pero sobre todo pensaba en ELLA, en su pelea de hace un rato, en lo que ella le había dicho, en lo que él le dijo, en como interpretó las cosas ¿sería así? ¿Ella solo jugaba con él? No quería creerlo pero la duda estaba.

Al salir del baño encontró a Julia en su cama con la cena esperándolo.

Peter: dije que no iba a comer –dijo mientras caminaba por el cuarto hasta los cajones donde se encontraba su ropa interior-

Julia: tu madre me pidió que te subiera algo para cenar

Al escuchar eso él se detuvo en seco

Peter: ¿vos también te drogaste? ¿Qué flasheas? Mira si ella te va a pedir algo así

Julia: ay dios sos lindo cuando hablas bien Juan

Peter: mi facha siempre esta –dijo con una sonrisa canchera- no cambia por como hable

Julia:- rio brevemente- y no me drogue pendejo, tu madre me pidió que te mandara la cena y que lograra que comas.

Peter: ¿qué estará tramando? Algo quiere a cambio

Julia: parecía preocupada Juan

Peter: no te ilusiones Ju, ellos no saben querer y mucho menos se preocupan por los demás.

Dicho esto se encerró en el baño para vestirse.

Cuando salió, vestido simplemente con un pantalón largo, Julia aún seguía ahí.

Julia: no me voy a ir hasta que comas algo y lo sabes bien asique no des vueltas –él simplemente asintió- pero primero ponete algo porque te vas a enfermar –él rió pero le hizo caso y se puso una remera-

Internamente agradeció que no continuara con el tema anterior y se sentó en su cama frente a la comida.

Peter: ¿te pensas quedar vos? –preguntó mientras comenzaba a comer la rica comida que Julia había preparado-

Julia: me tengo que cerciorar que cenes

Peter: una vez que se prueba tu comida uno ya no puede parar hasta no dejar nada.

Julia: mmm me huele a chamuyo –dijo con una sonrisa-

Peter: con vos soy totalmente sincero che!

Julia: eso no evita que de vez en cuando me metas chamuyo, no soy tonta chiquito.

Él no dijo nada y ella rió.

Julia: ¿me vas a contar qué pasó? –Preguntó cambiando de tema-

Peter: para eso tendría que contarte la historia completa

Julia: no hables con la boca llena che! -lo retó, como siempre ocupando ese papel de madre que la verdadera había dejado vacío-

Peter: lo siento –dijo tapándose la boca y terminando de masticar-

Julia: -suspiro- bueno, si tenes ganas de contarme yo tengo todo el tiempo del mundo

Peter: no me la vas a dejar pasar ¿no?

Julia: si no te aprovecho ahora después te me escapas

Él simplemente sonrió

Peter: -suspiró- ella es totalmente independiente, odia depender de los demás, de ahí radica uno de nuestros conflictos más importante, es hermosa y no solo por fuera, eso realmente suena bastante trillado y estúpido pero es así. Esta loca, de una forma graciosa y dulce, le gusta mucho la música, odia el silencio, es irritable en ocasiones, siempre quiere hacer lo que ella dice pero a la vez se preocupa de que los demás estén felices y cómodos y además... es ciega.

A él realmente esto último no lo cambiaba en nada, era diferente pero no modificaba lo que él pudiera llegar a sentir por ella, sin embargo era necesario aclararlo.

Julia: estas hasta las manos Juancito –dijo mientras reía- espera, ¿qué?


Ciegamente EnamoradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora