Capítulo 86:

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Lástima que por más que uno quiera, a veces las promesas no se pueden cumplir.

Mariana no pudo evitar encerrarse y concentrarse solo en sus estudios.

Los últimos cinco días se basaron en levantarse temprano para estudiar, por la tarde se juntó con sus compañeros de cursada para repasar, charlar sobre sus dudas y evaluarse mutuamente con preguntas difíciles pues saben que Mosquera, el profesor, no se las hará fácil. Pero su día no termina ahí, la noche también se basaba en continuar estudiando. Claramente no prestó obediencia a los consejos de Pedro, su día consistía en pasar con la cara entre los libros.

A pesar de que los primeros dos días asistió a la organización, al tercero se pidió días libres para poder dedicarse a preparar la materia.

Las comidas con Peter fueron suspendidas sucesivamente por lo cual él, ante su ausencia y breves o nulas respuestas, fue a su departamento, encontrándose con que prácticamente no comía, generalmente se preparaba algo muy ligero y otros pocos días encargaba algo de comida. La falta de buena alimentación la estaba afectando, a su rendimiento y energía, por lo cual Pedro comenzó a ir y cocinarle, cuando se le complicaba por el trabajo enviaba comida variada y apropiada para que pueda continuar con todas las pilas. Tratar de hablar con ella no cambiaba en nada la situación por lo cual colaboraba con acciones en silencio.

Peter también pasaba la mayoría de las noches con ella, a pesar de que la atención que ella le brindaba era prácticamente nula y no se mostraba demasiado agradecida respecto a todas las molestias que él se tomaba por ella. Mariana se encontraba bien gracias a él y su preocupación, además cuando llegaba la noche y ella finalmente decidía que por ese día era suficiente, cuando el momento de acostarse llegaba; el estar entre sus brazos, con su pecho pegado a su espalda le permitía, en la mayoría de los casos, relajarse por primera vez en el día.

Finalmente con el inicio de una nueva semana llegó el día del examen, Mariana esta extremadísima, prácticamente no durmió, solo unos treinta minutos porque su cabeza estaba por explotar.

Pedro le envió temprano un mensaje deseándole éxitos, deseaba un abrazo de su parte pero digamos que con el mal humor que estaba manejando últimamente y las cosas nada bonitas que le había dicho (que fueron varias) él se terminó cansando y no apareció por los últimos dos días, aunque su comida y mensajes, preguntando cómo iba todo, continuaban llegando.

Cuando se sacara ese examen de encima, le fuera como le fuera, lo primero que haría sería organizar algo para disculparse con él. Aunque por el momento su creatividad se hallaba empujada a un rincón oscuro y lejano por culpa de todo el estrés. Realmente necesitaba trabajar en lo mal que la afectaban ciertos profesores, Mosquera estaba claramente encabezando la lista, enfrentarlo ya era un paso; muchos de sus compañeros decidieron directamente recursar la materia el próximo cuatrimestre, porque a pesar de ser un hijo de puta a la hora de tomar parcial se transformaba en el hijo de Lucifer cuando se trataba de un recuperatorio. Su historial de gente aprobada en uno de estos se reducía a... ¿3? Incluso pensar que tres personas pudieron aprobar parecía increíble, aunque no la habían pasado nada bien, no señor.

Increíble que profesores así continuaran dando clases, pero eso era otro tema.

Luego de un baño, totalmente necesario luego de tantos días viviendo prácticamente como una vagabunda pero con hogar, preparo todo lo necesario para presentarse en el examen, guardó sus apuntes, resúmenes y cartuchera.

Con todo listo salió del lugar, decidió tomarse un taxi para evitar retrasos con el transporte público pero una vez que marcó el número y comenzó la llamada para pedir un remis levantó su mirada y se encontró con otra que la observaba fijamente.

Se acercó tímidamente, incomoda, no sabía cuál sería su actitud, el que este allí frente a ella tenía que significar que no todo estaba tan mal, sumado a sus mensajes y envíos de comida sería algo obvio pero eso no quitaba sus nervios, los cuales esperaba que la dejaran rápido porque enloquecería si seguía así un solo día más.

Lali: hola –murmuró insegura, aunque trató de disimularlo-

Peter: -asintió en forma de saludo- vamos –señaló el auto-

Lali: -estuvo a punto de hablar pero decidió asentir y subirse, él ya lo había hecho-

El viaje fue en silencio, Peter no dijo nada, ni siquiera pareció mirarla (aunque sí lo hizo) y Mariana no se sentía segura sobre nada en ese momento por lo cual prefirió callarse.

Unos cuantos minutos pasaron, con solo la música escuchándose parecieron ser muchos más, hasta que llegaron a la universidad.

Lali: mmm gracias –un intento de sonrisa fue el gesto que realizó-

Peter: no es nada, éxitos –sonrió en respuesta y se quedó mirándola, esperando su siguiente movimiento- llegaras tarde –acotó a los pocos segundos-

Lali: si, ya. Gracias –tomó sus cosas y salió del auto. Comenzó a caminar pero al no escuchar el auto irse se dio la vuelta para ver qué pasaba. Él la miraba con una sonrisa burlona por lo cual no dudo más y se volvió a acercar- ¿puedo pedirte algo?

Peter: ¿qué más quieres de mi Esposito? –Ahora la burla estaba en su tono de voz-

Lali: un abrazo- por las dudas, para evitar un rechazo, finalizó sus palabras con un puchero y ojos de perrito triste-

Peter: -rio- te pones muy tontita cuando estas nerviosa –la encerró entre sus brazos- es gracioso

Lali: -suspiró- que bueno que uno de los dos se divierte con la situación. ¿Por qué no te haces amigo de Mosquera también?

Peter: no voy a decir más nada porque no quiero que me muerdas. Te va a ir bien, respira y tranquilízate un poco –la abrazo más fuerte-

Lali: gracias por tanta paciencia, por la comida, los mensajes y perdón por tratarte tan mal –habló con la cabeza escondida en su pecho. Era increíble el modo en que un simple abrazo suyo, que él tenerlo con ella, la calmara así-

Peter: luego hablaremos, ahora quiero que te concentres y lo hagas caer de culo al profesor tirano con lo mucho que sabes –beso su frente- ¿sabes que para rendir tenes que entrar a la universidad verdad? No creo que el viejo venga hasta acá a tomarte examen –acotó poco tiempo después-

Lali: no seas tonto –no se movió ni un centímetro de su lugar- ¿Qué tal si te llevo conmigo?

Peter: si bueno, eso no va a pasar. No quiero estar cerca de ti cuando tus nervios lleguen al tope, como que ya supere tu cuota de locura por un tiempo

Lali: te lo voy a compensar –contestó esta vez mirándolo a los ojos, distanciándose solo lo necesario-

Peter: me gusta cómo suena eso –ahora su tono y sonrisa eran picaras-

Lali: -negó con una sonrisa- te llamó cuando salgo –lo beso rápidamente, si no no lo soltaría, y se fue sin voltear a rendir finalmente el tan temido examen. 


Continuará...


Se que es corto pero me duermo sentada y no quería dejarlas sin subir nada. 

Increíble de todos los lugares de donde me leen, que lindo :) Gracias por coparse y contestar! Yo soy de Argentina. 

Espero que estén bien, trataré de subir antes de finalizar el año pero como nada es seguro les deseo un muy buen fin de año!!!

Nos leemos pronto, beso grande

Ju♥

Ciegamente EnamoradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora