Capítulo sesenta.

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"No será nada nuevo para ti.
Porque creo que ya has pasado por esto.
Porque tu puedes ser mía,
Pero estás fuera de lugar".

You could be mine – Guns N' Roses.

Una mujer corre por los pasadizos, mientras su vestido blanco se ondea y se levanta un tanto. La sonrisa no se va de sus labios, así que varias risillas escapan de sus labios. Sus cabellos castaños caen sobre sus hombros y sus zapatos que hacen una combinación perfecta. Está tan emocionada porque será la primera vez que viaje al continente sudamericano. Aunque los nervios no se van. Ella sabe hablar regular, español; mientras que del portugués, casi nada.

Todos la ven expectantes y curiosos, ya que se comporta como una nena. La nostalgia invade al moreno, y una sonrisa se forma en sus labios al verla así por los días en que ellos dos, hacían miles de locuras. Varias veces recorriendo la misma playa. Recordando su risa, sus besos, su voz y sus caricias. Ahora, ella es feliz, después de todo... Y debe de estar alegre por su dicha. Jamás podría desearle el mal.

El baterista y el nuevo tecladista, se van acostumbrando a la presencia de la muchacha. Veintidós años, cumplidos hace unos pocos meses. Se comporta como una mujer derecha e ideal, apoyando y dando ánimo en las buenas o malas. Incluso cuando tiene clases hasta tarde o algunas presentaciones, ella está pendiente de todo. Duff vuelve a mirarla, dando un suave suspiro. No puedo dejarse llevar por aquella chispa. No más. Ahora que tiene a Linda... Ella hará de su mundo mejor. Sólo pensarla, una sonrisa escapa de sus labios y ladea la cabeza.

Su estado de ánimo está tan bien, espera con ansias ver a su gran amiga y su mejor amigo. Desea de contarles todo lo que siente.

Cuando su novio entra finalmente y sin más, cierran la puerta. Se da cuenta que ellos no vendrán. Su cara expresa confusión. No entiende el porqué de sus ausencias, y el enojo que se refleja en el rostro de Axl.

Todos sentados en sus sitios y la azafata da aviso que el avión empezará a despegar, ella se alarma. Mira a todos lados en busca de Annica e Izzy, pero nada. Siente la mano de su novio sobre la suya. Frunce el ceño, sin lograr entender nada.

—Faltan personas, ¿dónde están, Axl?

—¡No vendrán, Kayla! —masculla.

La voz del colorado ha sonado muy ronca.

—¿Qué? —no puede creer nada de lo dicho.

—¡Izzy decidió ir en otro avión, junto a su novia y sus perros!

No entiende nada. Ellos son tan amigos.

—¿Por qué? ¿Qué sucedió?

—Es un hijo de puta. No quiero hablar más de eso —gira la cabeza, para no verlo trata de aguantar las lágrimas de impotencia.

Sus palabras tan despectivas, dejan helada a la castaña.

No dura ni un minuto, cuando Axl se levanta de su asiento, al mismo tiempo que una de las encargadas le decían que se sentara. No le importa, ni que el avión estuviera ya en el aire. Camina con dificultad hasta el baño y se encierra ahí.

Los chicos se preguntan del extraño comportamiento del cantante. Nadie entiende. Sin embargo, Kayla sabe que es mejor dejarlo solo por todos los sentimientos encontrados.

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—Bailey, ¡debo de contártelo! —Replica con frustración—. Mi consciencia ya no puede más con esto —el pelirrojo sostiene sus maletas, cuando escucha la voz de su mejor amigo. Se voltea a verlo—. ¡Estoy harto que todos la sigan viendo como la víctima!

Dentro de tus ojos. |Axl Rose, Slash|Where stories live. Discover now