Capítulo cincuenta y ocho.

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La chica oji-marrón tira de sus cabellos, mientras sigue con ferocidad al hombre. Las ganas de romperle la cabeza, aumenta con el pasar de los momentos. Este continúa con la mirada hacia adelante y lanzando mierda por su boca. Después de todo, Slash sigue queriendo joder su vida para hacerla miserable, y está cansada de ello, porque por fin siente que puede ser feliz con el hombre que ama, y que siempre debió ser el elegido en su vida.

—¡Deja de meterte en mi vida! —se detiene y se toca la nariz. El chico tiene el ceño fruncido, al mismo tiempo que se voltea a verla—. Estamos bien, llevándonos así... ¡Y eso que debería de odiarte! ¡Yo no me meto en tu vida! ¡Así que deja de cuestionar la mía!

Se voltea ferozmente y la toma de los hombros.

— ¡¿Por qué él?! —Brame con todo el sufrir de su corazón—. ¿Por qué tan rápido? ¡Hasta te has acostado con él! ¡Tú no eres así!

Ella coloca sus manos en el pecho del sujeto, empujándolo suavemente. Al alejarlo, la mujer retrocede con un poco de enojo y nervios. Nunca le habían gustado las discusiones, y menos cuando alguien viene a cuestionar lo que siente y lo que vale por sí misma.

—¡Es mi vida! ¡Puedo hacer lo que yo quiera!

—¡Sé que no lo amas! ¡Te estás obligando a hacerlo! —la respiración de los dos, sólo se escucha. Ninguno dice palabra. Ella aparta la mirada con furia, porque tiene tantas cosas que decir, pero no sabe cómo no ser tan hiriente—. ¡Dímelo, Kayla!

—¡Déjame, Slash!—lo señala con el dedo. Reprime todo sollozo, porque todo ha llegado a un límite. Sus mejillas están carmesí por todo la emoción negativa—. ¡Estoy enamorada de él!

—Mírame a los ojos y vuélvelo a repetir.

Ella no responde, pasa de frente. Él la sostiene de la mano. Se miran entre sí, de nuevo.

—¡No te lo voy a repetir! —Gesticula, mientras mantiene el ceño fruncido—. ¡Ya te lo dije!

Sus ojos nublados por la ira y sin ningún brillo, todo demuestra que sus palabras muestran honestidad. La duda invade cada parte de él.

Estando lejos, la ve parada frente al pelirrojo. Axl la mira con mucho amor, y ella se ve radiante por ello. Entiende cada parte, sólo debe sentirse un poco mejor por la felicidad que lo amerita. Su novia, Reéne, es una buena mujer. Capaz logre olvidar, así como ella lo está consiguiendo con él, y no aferrarse a un pasado que poco se está sepultando.

Una mano sobre su hombro, hace salir de sus pensamientos al moreno.

—Esa chica es muy amigable y solidaria, Slash... Y sé que ha sido algo de ti antes —se siente como un golpe hacia la realidad, como un puntada en el corazón—, pero... ¿No crees que deberías de dejar esa culpa de un lado?

El nuevo baterista y amigo suyo, ha terminado de darle un consejo, y él se queda en un silencio tan doloroso hasta que decide reaccionar.

—Lo sé, Matt... —susurra.

La figura de la nueva pareja dándose un leve beso, hace que una parte de su corazón se derrumbara. Girándose con lo poco que queda de su orgullo, camina junto a su compañero para alejarse finalmente de su mayor condena... donde su musa es feliz con alguien más.

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—No te daré el divorcio. ¡Jamás podrá ser feliz con ella!

El hombre no deja de verla con un enojo sin consumir, por lo que decide antes de explotar, es girarse y respirar hondo por unos segundos. En su mente iba procesando como su relación con Erin soportó tanto, si tal mujer también es impasable. La está empezando a odiar con cada parte de su ser.

Dentro de tus ojos. |Axl Rose, Slash|Où les histoires vivent. Découvrez maintenant