Capítulo veintinueve.

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Mi corazón clama por tu corazón.
Estoy solo, pero tú puedes salvarme.
Mi mano se extiende, buscando la tuya.
Estoy frío, pero tú enciendes el fuego en mí.
Mis labios buscan los tuyos.
Estoy ansioso por un contacto contigo.

One year of love – Queen.

Slash.

Los días pasan de largo tan rápido, estos se convierten a semanas y con la conclusión que hemos perdido un mes. Agosto nos da la bienvenida, pero eso no nos interrumpe en nuestra costumbre de consumir lo que queremos. Fue en quincena, cuando me percato que el suministro de heroína se ha agotado. Vago por las calles en busca del vendedor. Todo es en vano. Unos síntomas parecidos al resfrío, empiezan a aparecer, unas horas después.

El camino a la presentación se me hizo pesado, al igual que poder tocar mi guitarra. Nunca me he sentido tan enfermo. Sudo a montones, y las nauseas no cesan. Tuve suerte que Marc se encuentra en el lugar, él decide llevarme a su departamento para que me quedé ahí, hasta sentirme mejor. Los chicos se dispersan por sus lados al término de todo. Steven y Adriana irán a la presentación de Kayla, y le dirían el motivo de mi falta. Tiene que ser un simple resfrío.

Mi amigo ha salido a hacer unas compras, mientras que yo duermo un poco. Todo se hizo complicado para mí.

Dando vueltas en el sillón, no puedo descansar ni un tanto. Arrastro los pies hacia la cocina de Canter y busco entre sus estantes, un poco de alcohol. Lo encuentro, y eso me hizo tan feliz. Bebo lo escaso que queda, y no me es suficiente para sentirme mejor.

Los minutos pasan, y la habitación parece un infierno. Estoy sentado al lado de un balde, y las gotas de sudor resbalan por todo mi cuerpo. Puedo decir que en esos instantes, parezco un zombie.

Mirando el oscuro techo de la sala, miles de pensamientos pasan por mi mente. Los ojos oscuros de ella, su sonrisa y su melodiosa voz me embargan. ¿Cómo puedo tener a mi lado a tal mujer?

Es tan perfecta, tan ideal para cualquier hombre. ¿Cómo pudo elegirme a mí? No soy un buen chico, no me siento nada atractivo, y lo peor, mi consumo de drogas solo será una carga. No merezco estar al lado de Kayla.

Soy egoísta, porque tampoco puedo permitirme dejarla ir. Se volvió mi centro de existencia. Cada vez que estoy a su lado, estoy en total calma. Me inspira a componer nuevas melodías, hace que suspire con cada paso que da. ¿Cómo puedo quererla tanto?

La respuesta es directa. La última vez que me encariñé con alguien fue hace tantos años, y ahora, es la indicada, la cual rompe todos mis esquemas. La cual he empezado a amar, y es la palabra correcta. Me he enamorado como un estúpido de Kayla.

Algo ácido se asoma por mi garganta al tan sólo saboreo, por lo que voy a parar en el balde de mi costado. En verdad, me veo en tan mal estado.

Unas risas provenientes desde la puerta, supuse que Marc ha traído a uno de sus amigas. Mi cabeza aún sigue sobre el balde y como no he comido casi nada en todo el día, lo que echo no es más que saliva.

Escucho el sonido de la puerta al abrirse, y unos despabilados pasos que van a parar al lado mío.

—Saul... —su voz hace que me tensara. Su suave tacto sobre mi cuello—. Déjame ayudarte.

Asiento con insuficiente energía. Coge con sus manos, mi cabello. Cuando por fin he concluido de expulsar todo lo que tengo, ella me espera con una cálida sonrisa. La vergüenza aumenta al verla ahí, viéndome en un estado pavoroso.

Dentro de tus ojos. |Axl Rose, Slash|Where stories live. Discover now