Play with me // Jimin // En edición

Capítulo corto 6

Casi todo había sido destruido en la pequeña habitación. Algunas veces el pequeño e "indefenso" Park Jimin necesitaba liberar su bestia interior, explotando en ira para finalmente deshacerse de una parte de su pesada carga.

Respiraba agitado y algunas gotas se deslizaban por su frente. Sostuvo un trozo de espejo roto y observó su reflejo, su semblante ya no era el mismo, se veía más relajado a comparación de cómo había entrado al sitio con cada parte de su cuerpo tenso, el rostro ensombrecido y un evidente ceño fruncido. Sonrió y se dio cuenta de que ya era el mismo.

Limpió el sudor en su rostro con una de las mangas de su abrigo, ordenó un poco su cabelló y salió con una enorme sonrisa de la habitación. Se adentró en un enorme baño, llenó la tina con agua caliente y después se despojó de su pijama manchada e incluso rota.

Echó un poco del contenido de envase rosa, haciendo que el agua se tiñera de este color y se crearan burbujas. Colocó los patitos de hule y los pequeños botes junto a otros juguetes en el agua para jugar con ellos mientras sentía su cuerpo relajarse por el agua caliente.

Sumergió su cabeza y puso en su cabeza shampoo, masajeó su cuero cabelludo por un par de minutos haciendo espuma y luego lo enjuagó. Tomó la barra de jabón entre una de sus pequeñas manos y comenzó a deslizarla por su cuerpo, mientras que con la otra acariciaba aquellas zonas por las que la barra había hecho su recorrido, pero después de un rato la dejó a un lado.

Comenzó a cantar con suavidad, creando su voz un hermoso eco, aunque solo él pudiese escuchar su voz, una muy dulce voz. Comenzó a deslizar sus manos por su piel para limpiarla y cerró sus ojos, pero los recuerdos de la candente noche que había tenido unos días atrás con su querida novia, despertaron en él el deseo, imaginando que sus propias manos eran las de su novia, deleitándolo con sus suaves acaricias, hasta llegar al punto más sensible de su ser, sacándole un suave gemido, pero tiempo después uno venía detrás de otro y no le importaba porque después de todo estaba solo y nadie podría escucharlo.

Sin embargo, Park Jimin no era el único sintiendo placer esa misma madrugada, su amigo Namjoon se había despertado al escuchar el hambriento rugir de su estómago y en cuanto recordó que tenía pastel en la nevera se levantó a la velocidad de la luz y comenzó a devorarlo, disfrutando con su paladar los deliciosos sabores. ¿Y Taehyung?

El chico bajó su cabeza, haciendo que su cabello cubriera sus ojos, dándole un aire todavía más escalofriante. Observó con una enorme sonrisa el trabajo que había hecho, estaba satisfecho.

Limpió una gota de sudor que se deslizaba por su mejilla, dejando en esta una mancha de sangre, aunque de todas formas ya esta había salpicado en su rostro, su ropa y sus manos estaban manchadas.

Siempre había encontrado absurdo eso de que el hombre no podía acabar con la vida de otro, él amaba hacerlo, se sentía tan vivo y adoraba el vibrante color rojo.

A diferencia de Jimin, Taehyung no le temía a la muerte, era prácticamente su amiga, pero tampoco lo confundan, él asesinaba a quienes consideraba que debía morir. Gracias a uno de sus amigos, había logrado descubrir lo que ahora era para él un maravilloso pasatiempo, sabía quién era ahora, solo a él le debía su vida y sabía que viviría por la eternidad si seguía haciéndolo, una promesa era una promesa.

La vida simplemente tiene distintos placeres y cada persona en el mundo elige el suyo.

Taehyung vio el cuerpo inerte con desprecio, pero luego despegó la piel de los huesos, que era lo único que necesitaba, aunque era una labor bastante complicada, pero debía aceptar que entretenida.

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Hola, por toda esta cuestión de la navidad no pude escribir los otros capítulos que planeaba, pero espero ya esta semana ponerme al día.

Espero que hayan tenido una bonita navidad y que tengan un próspero año nuevo.