Capítulo 5 (Parte 2) /Editado

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—Uno, dos, tres...

Pronto escuché que corría y sus pasos se hacían cada vez más lejanos.

En cuanto acabé, observé alrededor y deduje que probablemente se ocultaría en el bosque, por lo que me dirigí hacia el lugar. Solamente escuchaba a las aves cantar y el crujido de las hojas secas bajo mis pies con cada paso que daba. Quizás ese rumbo no era la mejor opción.

Conforme me adentraba, comencé a escucharlo reír. Por alguna extraña razón, su risa se escuchaba demasiado lejana y hacía eco. ¡Tan tenebroso!

Los minutos pasaban y no lograba encontrarlo. La ansiedad me carcomía y comencé a correr en un intento de encontrarlo más rápido. Era inútil. Tenía la sensación de que me enloquecería si continuaba allí. Incluso, todo se veía igual y me sentía incapaz de hallar una salida.

Me detuve en un sitio donde no había árboles. La zona tenía una forma circular y estaba adornada por una fogata en el centro y junto a esta unos cuantos troncos.

Observé que la fogata estaba salpicada con sangre y me espanté. Tal vez Jimin se había lastimado. Lentamente caminé al otro extremo de la fogata, y vi algunas aves carroñeras devorando algo, bajo las patas de estas había una considerable cantidad de sangre y lo que parecían ser órganos. Con agilidad desprendían la carne, mientras de sus picos colgaban tripas.

Con mi presencia, las aves comenzaron a estirar sus alas y se dirigieron hacia mí.

—¡Jimin! —grité, cayendo sobre las hojas secas. Cubrí mis ojos con ambas manos por si a aquellas criaturas se les antojaba comérselos de primero.

En un abrir y cerrar de ojos, Jimin se posicionó a mi lado, me ayudó a levantarme y me abrazó.

Mi cuerpo estaba temblando y me solté a llorar

—No pasa nada, era un conejito— limpió mis lágrimas —. Pobre conejito, son tan tiernos y esponjosos— resopló con tristeza, pero su sonrisa pronto se hizo presente.

Me tomó de la mano y supuse que me llevaba a la salida del lugar.

—¿También te gustan los animales?

—Supongo que sí, como a la mayoría de las personas— murmuré entre sollozos.

—Es que son tan lindos y adorable... Mi sueño es estar rodeado por muchos de ellos. ¿Te parece si vamos a tomar té y a jugar con mis amigos? Así te sentirás mejor —asentí y seguimos nuestro camino hasta llegar al castillo.

Tenía los nervios de punta. En mi cabeza lo que aquellas aves engullían era un ser humano. Fui muy cobarde como para mantener mi atención por más tiempo, pero fue lo suficiente como para notar que no había pelaje, asimismo, el tamaño parecía mayor.

Jimin abrió la puerta y después la cerró con llave, la cual metió en su bolsillo.

—Vamos— me tomó de la mano.

***

— ¿Qué es lo que tiene Jimin? Noto algo extraño en él— le dije a su sirvienta en mi habitación, antes de acostarme a dormir.

Ella me vio dudosa por unos segundos y después negó con su cabeza.

—Lo siento señorita, pero no puedo decirle nada respecto a Jimin. Si quiere saber más sobre él, debe ser más cercana, probablemente él le contará algunas cosas cuando se sienta preparado. Por cierto, a él no le gusta que escudriñen sobre su vida, no le recomendaría hacerlo. Algún día le contaré varias cosas, por favor, no se escape— suplicó lo último.

La vi extrañada y ella continuó:

—Eres la única que puede ayudar al muchacho, él debe salir de ese oscuro vacío en el que se encuentra, jamás se ha interesado en ninguna chica como lo ha hecho hasta ahora contigo, sin embargo, te ve como una niña y una amiga. Debes ayudarlo a madurar y que acepte la realidad, tienes que verlo como un hombre y hacer que él se llegue a percibir de la misma forma.

Supongo que las demás fueron afortunadas y él no se llegó a obsesionar con ellas, o ¿qué tal si ninguna seguía viva y únicamente tuvo misericordia conmigo?

—¿Como un hombre? —pregunté incrédula.

—Sí, tal vez esa pueda ser la solución. Probablemente no te sientes atraída por él, pero por favor, haz el intento por nosotros y él, no es un chico malo, simplemente su vida ha sido algo difícil y usa su personalidad de niño para escudarse.

—Yo, no lo sé.

—Espero que lo piense, será eso lo que también le ayude a salir de aquí, mientras siga actuando como un niño, serás su capricho. Buenas noches— me sonrió.

Y sí, definitivamente sus palabras me dejaron pensativa.

Ya mis piernas dolían, pero no podía detenerme, los cuervos me picoteaban, incluso sentía la sangre deslizarse por mis brazos heridos.

Alumbraba con la escasa luz de la linterna intentando no chocar con los árboles del funesto bosque.

En cuanto los cuervos dejaron de seguirme, me detuve en un desesperado intento de recuperar el aliento.

Sentí un charco bajo mis zapatos e iluminé con la linterna para descubrir que era uno de sangre. Alumbré a mi alrededor y me di cuenta de que no era solo eso, sino que se trataba de un cuerpo completamente desmembrado con sus órganos esparcidos y la cabeza colgando a un árbol.

Comencé a gritar desenfrenadamente. Cuando me dispuse a correr, escuché a alguien detrás de mí.

Juega conmigodijo, y comenzó a reír.

Me desperté sobresaltada y me senté rápidamente. Inesperadamente, me topé con el rostro de Jimin a escasos centímetros del mío.

Me observó con atención, y noté como sus mejillas se comenzaban a sonrojar.

—Lo... lo siento —sonaba tímido.

—Sé que es tu casa, pero es aterrador que ingreses de esa manera.

—¿Tuviste una pesadilla?

—Sí —respondí, mientras me estremecía al recordarla.

De repente, me abrazó con suavidad y colocó mi cabeza contra su hombro, la cual acarició por un rato.

—Los abrazos ayudan, o al menos los de Nini me hacen olvidarlas. Vamos a comer, faltan 10 minutos— observó su reloj.

—De acuerdo —esta vez me sentía hambrienta. Mi quimera nocturna se robó la poca energía que me quedaba.

La pesadilla realmente me había hecho dudar aún más. ¿Se trataba verdaderamente de un simple conejo? No sabía si mi paranoia me estaba haciendo exagerar y suponer cosas de más. Después de todo Jimin lo vio y me dijo que lo era, pero, ¿debía confiar ciegamente en sus palabras?

Play with me // Jimin // En ediciónWhere stories live. Discover now