Extra: El teatro de las sombras (I)

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Personajes

Adrien

Lucifer

Demonio

Marie

Henry

Dueño

Padre

Sacerdote

Mujer 1

Mujer 2

Mujer 3

Hombre

Ayudante


Acto I

Primera escena


Adrien se encuentra en una de esas características habitaciones de hotel inglés de los años 1920. Las paredes están cubiertas de un papel tapiz color arena, las ventanas están tapadas con unas densas cortinas de color café, contra la pared izquierda se encuentra una amplia cama con frazadas blancas y a la derecha de esta, se ubica el escritorio junto a su silla de madera. Además, en el centro está el majestuoso candelabro dorado, cuyas bombillas titilan de vez en cuando.

Es la cuarta vez que el hombre lee en voz alta la carta que escribió para su prometida, sostiene la hoja entre sus manos temblorosas, mientras camina de un extremo de la pieza al otro a paso apresurado, pero su expresión tiene un aspecto cansino.


ADRIEN. —Querida Marie. (Se detiene por un momento y suspira) Lamento no haberte escrito durante un largo tiempo, pero, ¿cómo podía hacerlo cuando últimamente me encuentro fuera de mí? Siento que ya no soy el mismo Adrien de antes, de ese que te enamoraste. Estoy seguro de que podrías notar lo mucho que he cambiado si me dieras un solo vistazo. Ahora soy un ser nocturno rodeado constantemente de tinieblas, aunque bien sabes lo mucho que le temo a la oscuridad. Incluso, entre mis descabelladas cavilaciones concluí que la noche es todavía más bulliciosa que el día, y, ¿a qué se debe mi afirmación? Al no lograr conciliar el sueño mis sentidos se agudizan. De vez en cuando escucho alguna ave, otras los cascos de los caballos corriendo en medio de la madrugada, usualmente los murmullos de los buenos cristianos leyendo la Biblia y recientemente, otros sonidos cuya procedencia desconozco. Eso no solamente me estremece, sino que, mi voz desaparece, mientras en mi agitado corazón se arremolina el presentimiento de que algo no está bien, pero mi razón se nubla y todo mi cuerpo se paraliza.

(La puerta del baño se abre lentamente y luego se cierra de golpe)

ADRIEN. —(Se sobresalta y no le sale la voz por unos segundos) Hice algo malo, algo muy malo, Marie. Seguramente mi actual martirio es el saldo de mis pecados. Las sombras no me dejan tranquilo. Las voces cada vez se sienten más vívidas y puedo distinguir a la perfección cada palabra.

(El candelabro del techo se mueve)

ADRIEN. —Pobre de mí, ¡ay de mí! ¿En qué momento lo hice, mi adorada Marie? Como humano yerro, pero esta vez fui demasiado lejos. Además, te prometí volver y ahora veo cada vez más distante el cumplimiento de mi palabra, en lugar de acercarme a ti, corro hacia atrás, de espaldas. Soy cobarde, quiero escapar del tormento; sin embargo, algo me dice que no será así, me perseguirá por el resto de mi vida, porque mi alma le pertenece. No soy mío, no soy tuyo, soy de él. (Hace una expresión de angustia). Mi ambición me llevó a esta eterna agonía, porque solamente es el comienzo, estreché mi mano con quien no debía, y aunque este no es mi rey, es mi dueño. No soy otra cosa más que una de sus marionetas, tan siquiera puedo decirte todo lo que por él he hecho. (Deja de caminar) Dentro de muy poco seguramente perderé la poca humanidad que en mi corazón yace. No me esperes más, ya no soy el hombre a quien amas. Dile a Henry que su padre ha muerto, una verdad a medias. Lo lamento, Marie, de verdad lo hago, ese sentimiento es completamente honesto, quería hacer una vida contigo, pero ya no podré hacerlo. No me pienses, no me ames, no me extrañes, yo lo haré por ti. (Se seca las lágrimas con el dorso de su mano izquierda, el cual está cubierto por un saco de color negro). Atentamente, Adrien, quien alguna vez fue tuyo. (Colocó su sombrero sobre el escritorio y se dejó caer en la cama)

DEMONIO. —Adrien.

(Adrien Ignora el llamado)

DEMONIO. —Adrien.

ADRIEN. —¿Acaso estoy soñando despierto?

DEMONIO. —Imposible, ya no duermes ni sueñas. Soñar es de hombres y dejaste de ser uno.

ADRIEN. —Quiero ser un hombre de nuevo.

DEMONIO. —No serás más que una sombra.

(Adrien se reincorpora. En las paredes se proyectan numerosas sombras de personas)

DEMONIO. —De él nadie escapa, cumple su voluntad, porque nunca serás salvo.

ADRIEN. —Todo es un sueño, una ilusión, un espejismo, un delirio, solamente estoy confundido.

DEMONIO. —(Se ríe) Recuerda Adrien, los hombres malos deben morir.

ADRIEN. —¿Y qué si ahora soy uno de ellos?

DEMONIO. —(Burlonamente) No lo sé.

ADRIEN. —¡Vete de aquí, demonio! ¡Sal ahora mismo de mi cabeza!

DEMONIO. —No estoy en tu cabeza, no soy parte de una pesadilla, soy tan real como mi señor todo poderoso.

ADRIEN. —¡Cállate, cállate! (Se cubre los oídos)

DEMONIO. —No importa lo que hagas, nuestra voz siempre es audible.

ADRIEN. —(Saca un crucifijo del interior de su camisa) Déjame en paz, vete al lugar donde perteneces.

DEMONIO. —Un ridículo collar de plata con una cruz no es capaz de hacerme nada, no sé de qué clase de cuento sacaste algo tan absurdo. Eso que intentaste usar contra mí, quemará tu piel, así recordarás quienes son realmente aquellos con poder, porque ese dios que tienes no escucha tus clamores ni lamentos.

ADRIEN. —¡Quema! ¡Quema! ¡Detente! (Se quita el collar y lo lanza)

DEMONIO. —Justamente eso hizo contigo, te tiró lejos y dio la espalda; sin embargo, mi señor, con su misericordia, te trata con aprecio y cumple cada uno de tus deseos. ¿No crees que es hora de pensar a quién seguir?

(Las sombras desaparecen junto al demonio)


***

¡Hola! Como indiqué ayer, estas partes extras corresponden a un guion teatral que escribí hace un par de años, por eso la estructura es bastante distinta a los demás capítulos, pero quería compartirlo con ustedes. Además, como no es tan largo, las próximas partes contendrán dos escenas.

Espero que tengan una tarde bien bonita.💖

Play with me // Jimin // En ediciónWhere stories live. Discover now