Capítulo corto 1 / Editado

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La pequeña y redonda mesa estaba cubierta por un mantel celeste perfectamente colocado, al igual que las diminutas tazas de té para niños y los platitos con deliciosas galletas de chispas de chocolate.

El chico de cabello rosa se había puesto un traje azul botones plateados. Además, su cabeza estaba adornada por una corona del mismo color de los botones. Un príncipe, justamente eso era y por ello debía lucir como tal, o al menos era lo que creía. A decir verdad, cualquiera pensaría que el joven realmente lo era, porque su figura resultaba agradable ante los ojos de los demás. Vestía como elegancia y sus modales eran exquisitos.

En cuanto sus otros tres invitados se sentaron, decidió que era el momento de beber el té. Su hora favorita del día.

—Señor Algodón de azúcar, señora Rosita y señor Esponjoso, sean bienvenidos a la hora del té, es un placer tenerlos aquí. Ahora procederé a servirles el té— dijo, con una gran sonrisa. Sostuvo la tetera con ambas manos y vació el contenido en las tacitas.

No hubo respuesta por parte del oso, conejo ni perro de peluche, pero en su mente ellos habían dicho que "sí", incluso mantenían una conversación mientras reían y comían algunas galletas.

Posteriormente, llevó la taza de té a sus labios, los cuales se quemaron con el líquido al igual que su lengua. Hizo una mueca de molestia, sacó su lengua y le hizo viento con su mano izquierda. Luego colocó la taza nuevamente sobre el pequeño plato.

—Nini— llamó a su sirvienta.

—Pasa algo, ¿señorito?

—¡Nini! Recuerda que a esta hora soy Mochi.

—Oh, lo siento Mochi, lo olvidé, creo que es por la edad— ella comenzó a reír, generando que el joven también riera.

—El té está muy caliente, ¿podrías enfriarlo por nosotros? Por favor.

—Por supuesto— respondió, colocó nuevamente el contenido de las tazas en la tetera y la tomó para luego dirigirse a la cocina. Se detuvo a medio camino, —Mochi, ¿cuándo traerás a tu amiga?

—Muy pronto, pero shhh, es una sorpresa para mis amigos— mencionó. Susurró lo último como si fuese un secreto.

La sirvienta regresó unos cuantos minutos después y llenó las tazas de té.

—Muchas gracias Nini, eres tan amable— agradeció el joven, llevando la taza a sus labios, bebiendo y saboreando el té, —Delicioso, justamente como lo amo.

—Me alegra que te guste— contestó la mujer con una sonrisa, luego se marchó para continuar con los otros quehaceres.

Después de la hora del té, el joven jugó y habló con sus amigos. Él creía que todos los que vivían en su palacio, eran personas buenas y muy amables.

Al caer la noche, el sitio se volvía aún más silencioso. Nadie pasaba por los pasillos del castillo, se encontraban completamente oscuros. Ni siquiera la luz de la luna era capaz de adentrarse por medio de las cortinas, ya que estas eran de colores oscuros y telas muy gruesas.

Ningún auto pasaba por el lugar, y el vecino más cercano habitaba a cinco kilómetros del lugar

Aunque, también se debía tomar en cuenta que en el castillo solo habitaban tres personas en total; el jardinero, el chofer y Nini. Las demás personas de mantenimiento solamente llegaban cuando se les llamaba.

El joven se acostó en su gigantesca cama, luego de dejar a sus amigos en las de ellos. Nini lo cubrió con una cobija de color azul estampada con ositos de peluche cafés, le contó un cuento, cantó para él unas cuantas canciones de cuna, hasta que finalmente cayó profundamente dormido.

Y eso consistía el día a día del joven, pocas veces salía a la ciudad, únicamente lo hacía cuando quería ver a su amiga o comprar nuevos juguetes y ropa.

Era solitario, pero se había negado a ver la realidad, por lo que llamaba como "amigos" a todos sus peluches y el personal era su familia.

Play with me // Jimin // En ediciónWhere stories live. Discover now