Capítulo 18

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Nini me había indicado que Jimin se encontraba en el jardín, por lo que decidí salir a buscarlo.

A pesar de que era un día soleado, lo vi bajo el fuerte sol con uno de sus típicos trajes de príncipe, pero el que llevaba hoy era gris.

Me acerqué a él y me tomó de la mano, llevándome a una banca que se encontraba bajo uno de los robustos árboles, para seguir mordisqueando su manzana. Ambos estuvimos en silencio por unos cuantos minutos, y él inclinó su cabeza hasta ponerla en mi hombro, y pude escucharlo respirar con profundidad.

—Es un lindo día, ¿no crees, Soo Min? —me preguntó algo demasiado obvio a mi parecer, pero me limité a asentir.

Acaricié su cabello y él se quedó en silencio, lo que era inusual en él, seguramente se encontraba pensativo.

El gato llegó y se echó a un lado de la banca, observando con curiosidad los pajarillos que volaban, probablemente imaginando devorándoselos o algo por el estilo.

—¿Y cómo está tu amigo? —intenté romper el silencio.

—Bien.

Intenté levantarme, pero me detuvo e hizo que me volviese a sentir.

—Sigue tocando mi cabello, Soo Min. Por favor —colocó nuevamente su cabeza en mi hombro, lo que me resultó demasiado adorable.

Jimin era como un pequeño y adorable gatito en busca de amor, dificultando que me negara a él.

—Te vez muy linda con ese vestido, pareces una muñeca y una princesa —quitó su cabeza de hombro para observarme, pero la colocó nuevamente en cuanto terminó de hablar, —Hoy me siento un poco triste Soo Min. A pesar de que te tengo, hay un vacío dentro de mí y no sé con qué llenarlo, solo me dan ganas de llorar. Algunas veces me gustaría ser un ave para volar con libertad y llegar a donde yo quiera, pienso que algún día de estos te tomaré de la mano para que huyamos juntos de este infierno, y dejemos todo esto atrás, bueno, si no es que huyes primero de mí y me dejas solo.

—Te prometí que no iba a abandonarte— levanté su cabeza para observarlo a los ojos.

Algunas lágrimas se deslizaron de sus mejillas, pero las limpió rápidamente y las remplazó con una sonrisa.

—Me gustaría que me entendieras, Soo Min, es como si estuviese atrapado en ese inmenso castillo, atado y sin escapatoria.

—Yo también lo estoy— reí y él se volteó a verme.

—Lo siento, realmente lo hago. Soy egoísta, quisiera decirte que te alejes de mí, pero mi corazón me lo impide.

Sus palabras me dejaron perpleja, ni siquiera tenía la más mínima idea de qué responderle, por lo que me limité a observarlo, pero incluso su expresión de seriedad no lograba tranquilizarme.

¿Quién era entonces Park Jimin? Incluso él mismo odiaba severamente su vida, pero no se animaba a entrar en detalles respecto a ella y día a día me daba cuenta de lo poco que en realidad lo conocía, si es que lo hacía.

—De todas formas, es demasiado tarde para que te vayas. Incluso si te lastimo, perdóname; juro solemnemente que no es mi inteción. Culpa mi vida, mi desgraciada vida.

Ahora no solo estoy perpleja, sino que aterrada.

—¿A qué viene todo esto? —logré articular finalmente.

—Siento que mi final está cada vez más cerca, Soo Min. Si tan solo hubieras llegado antes a rescatarme, me hubiese abstenido.

—Jimin —lo abracé con fuerza, quería que dejara de hablar. A pesar de todo, no quería perderlo.

Play with me // Jimin // En ediciónWhere stories live. Discover now