~71 meses después de ese día~

823 134 27
                                    

No faltaba mucho. Muy pocas semanas y nuestra historia tenía un fin ya definido.

Hoseok había vuelto a ausentarse, solo que ésta vez sabía hacia donde iba. Estaba totalmente cansado de que siguiera con toda esta mierda, soportando al hijo de puta que tiene como padre. Por fin llegó a casa, cabizbajo y en total silencio. Al cerrar la puerta, se encontró conmigo apoyado sobre la mesa con los brazos cruzados. 

—Te dije que no fueras.—le recordé, estaba totalmente decepcionado de él. 

Anteriormente ya habíamos discutido sobre esto, le rogaba siempre que dejara de ir, ya que solo volvía llorando, lleno de ira o cualquier otro sentimiento. Le insistía continuamente que cuanto más se alejaba de su padre, mejor estaría. Pero él seguía sin hacerme caso, diciendo que no lo haría porque le quitó la vida a su amada madre.

—Yo te dije que no te haría caso.—respondió. Sus ojos estaban totalmente oscuros, como si el enojo lo hubiera consumido por completo.

Suspiré y caminé hacia él.

— ¿Qué sucedió?

Hoseok se quedó en silencio. Tragó saliva y pasó de mí, como si no estuviera en casa. Se sentó en el sofá, dejándose caer como una piedra en el agua. 

—Lo mismo de siempre.—resopló.

¿Qué era lo mismo de siempre? No lo sabía. Nunca me contaba qué era lo que iba a hacer con su padre, simplemente me decía que cruzaban unos cuantos de insultos y amenazas, pero muy en el fondo sabía que no era así. Conocía muy bien a Hoseok. 

Me senté a su lado, apoyando mi cabeza en su pecho, pasando mi brazo a lo largo de su torso. Oí a Hoseok suspirar pesadamente y sentí ambos brazos aferrarme a él con fuerza, como un niño asustado abrazando a su peluche.

—Sabes que de esto me voy a encargar yo sólo.—comentó mi pareja.— No necesito que me digas qué hacer.

Levanté mi cabeza para mirarlo. Hace mucho tiempo que venía haciendo lo mismo. Lo hizo antes, lo hizo ahora. 

Hoseok soportó varias cosas cuando recién nos íbamos conociendo. Seguía viviendo con su padre, es por eso que había veces en las que no venía. Estaba preso en su propia casa, con un hombre que no le quitaba la mirada de encima sabiendo que él sería capaz de hacer algo, contar lo que había visto. Por supuesto, no lo iba a permitir. Fue con su segunda mujer donde Hoseok por fin pudo ser un poco más libre, sin embargo, su padre ya había cumplido con su trabajo de acobardarlo.

— ¿Encargarte tú solo?—cuestioné.— Discúlpame, pero no veo que estés haciendo algo al respecto, siempre que llegas dices exactamente lo mismo, haciendo las mismas acciones.

—No lo entiendes.—bufó.

—Claro que no lo entiendo, Hoseok.—dije soltándome de su agarre.— No sé qué vas a hacer con él y tengo miedo de que un día te vayas y no vuelvas nunca más, que me quede toda la noche esperando tu llegada que no va a pasar.

—Tranquilo, no sucederá.

Mentiroso. Claro que pasó. Y ahora las lágrimas se me están cayendo, mientras camino por aquel sendero de piedras con flores en las manos. Es más, sigo esperándote. Rogando porque abra la puerta de la casa una tarde luego de salir de trabajar y estés ahí esperándome, con los brazos abiertos y tu hermosa sonrisa.

—Mi padre no hará nada, créeme.—sonrió haciendo que me tranquilizara un poco. ¿Es en serio? ¿Entonces por qué no está aquí? ¿Por qué se fue?

— ¿Cómo lo sabes?

—Chanyeol.—dijo.— Y Kihyun. Si llega a hacer algo conmigo, ellos lo sabrán.

He [2Won] [Monsta X]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora