~63 meses después de ese día~

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Las hojas de los árboles adornaban las calles de la ciudad, junto con otras muertas que caían de las ramas. A cada paso que dabas, se oía el crujido de ellas romperse. Estábamos en otoño, con brisas frescas que despeinaban tu cabello. Caminaba de la mano junto con Hoseok, y mi madre que iba atrás nuestro. Hoy era el cumpleaños de mi padre, por lo que íbamos al cementerio a llevarle flores. La mujer que estaba más atrasada que nosotros, llevaba un hermoso ramo de flores que compramos en la florería de enfrente.

—Me hubiese encantado que tu padre me haya regalado estas flores.—me comentó mi madre mirándolas con una triste sonrisa en sus labios. La miré con lástima y me limité a abrazarla, luego de besar su frente. Yo era igual de alto que mi padre, mientras ella era una cabeza y media más baja que yo.

Era triste oírla hablar de él con una sonrisa llena de nostalgia y amor, con la mirada perdida en la nada sin perder aquel brillo que estos poseían. La pérdida de su marido, a pesar de que fue superándolo con el tiempo, no dejaba de dolerle. Es hasta el día de hoy que ella se queda observando sus fotos por unos cuantos minutos, aguantando las ganas de llorar.

Nos guiábamos por los caminos de piedra hacia donde mi padre descansaba bajo tierra, con un silencio tranquilo, espeluznante y triste. El viento leve movía las ramas de los árboles, siendo el único sonido que se oía en el lugar. Habían personas que iban a visitar a sus difuntos, niños que miraban las placas de las lápidas con confusión, sin comprender el por qué sus padres miraban tristes dichas cosas. Ancianos yendo a dejar flores a sus difuntas parejas, y luego estábamos nosotros. Desde luego, al ver a dos chicos tomados de la mano caminando en público, le causaba cierto desagrado a algunas personas, por lo que al pasar por allí o por cualquier otro lugar público, a Hoseok y a mí nos miraban con asco, desagrado, desprecio. No es que nos molestara la verdad, él siempre se percataba de aquello y apretaba mi mano para que los ignorase. Y lo hacía, a pesar de que aún sentía sus ojos en mí. Y dolían aquellas miradas.

La tumba de mi padre estaba casi al fondo, donde no habían muchas personas enterradas. Al llegar, mi madre se agachó frente la placa y la acarició con las yemas de sus dedos, pasándolas por las letras de su nombre. Dejó las flores, quitando las que estaban anteriormente en el jarrón. Se quedó en esa posición un tiempo, vete a saber qué pasaba por su mente, si estaba diciéndole algo o qué. Cuando, poco a poco, comenzó a hipar. Y luego cubrió sus ojos para llorar.

Reaccioné rápido y solté la mano de mi novio para ir hacia ella, levantarla, abrazarla, y llorar junto con esa pobre mujer. Hoseok nos miró con algo de tristeza, caminando hacia nosotros para también abrazarnos. Mi madre lloraba contra mi pecho, mientras yo la acariciaba para tranquilizarla.

—No merecía irse...—sollozaba.— Era un buen hombre, ¿por qué tuvo que irse? ¡¿Por qué Dios me quitó a mi esposo?!

Lo mío al principio eran solamente lágrimas, pero al escucharla de aquella manera, tan destrozada, sollocé. Sollocé fuerte.

—Ma... ya...—intenté tranquilizarla.— Él no se fue... sigue aquí. No podemos verlo, ni tocarlo, ni oírlo. Pero sigue aquí.

Lo oí a Hoseok suspirar, quizás él también estaba llorando. Mi madre y yo éramos un desastre de lágrimas, llantos, gritos y lamentos, mientras que yo daba lo mejor de mí para hacer que ella dejara de llorar, y Hoseok hacía lo posible para que yo dejase de hacerlo. No decía palabra alguna, pero su tacto sobre mi ropa, sus caricias, abrazos y cortos besos que me daba donde podía, ya sea en la mejilla o el cuello, decían demasiado. Él odiaba verme triste, odiaba verme sufrir. No importaba que tan mal estaba su día, si su mundo se estaba cayendo a sus pies, si yo derramaba al menos una lágrima, haría lo posible para que sonriera. 

El día que habíamos terminado, recuerdo que me dijo lo mierda que se había sentido. Más que nada porque él odiaba verme lastimado. Y comenzó a odiarse a sí mismo por haberme lastimado a mí. Sin embargo, estuve ahí para darle a entender que no era su culpa, arreglar aquello que tanto le preocupó.

He [2Won] [Monsta X]Där berättelser lever. Upptäck nu