~64 meses después de ése día~

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Esa noche era Navidad. La nieve vestía de blanco a las calles que eran iluminada por las luces navideñas que la gente había colocado para decorar la ciudad. Muchas parejas y amigos paseaban por el centro, emocionados por los regalos que recibieron y llevaban en las manos. Hoseok y yo no pensábamos quedarnos en su casa toda la noche. Abrigados hasta el cuello, íbamos caminando tomados de la mano, dejando pasar todas aquellas miradas juzgadoras que nos daba, comúnmente, la gente mayor.

Como era de esperarse, hacía mucho frío. Nevaba y el vaho salía de nuestras narices cada vez que respirábamos. Entramos a un restaurante chino, donde la calefacción estaba prendida y una sensación de placer se apoderó de nuestros cuerpos al sentir el calor golpearnos. Nos quitamos las prendas excesivas, quedándonos solo con el suéter para que nos abrigara. Vino la camarera, tomó nuestro pedido y se fue.

No hay mucho qué contar acerca de lo que hicimos en aquel restaurante a parte de comer y charlar, para finalmente irnos una vez de que hayamos terminado nuestros platos. Solamente describir el bello rostro de Hoseok esa noche, me parece un gran privilegio. El solo recordar sus mejillas coloradas por el frío, sus labios tan rojos como la sangre y sus ojos tan brillosos como una estrella, hacen que mi corazón se acelere y las ganas de llorar se me acumulen. Sus cachetes inflados por la cantidad excesiva de comida que se mandaba a la boca era algo extremadamente tierno de ver. Se lo veía alegre, incluso mucho más que otras veces, con la felicidad de un niño en estas fechas festivas. El tacto de su bella y suave piel sobre la mía me hacían estremecer por completo. Estaba jodidamente enamorado de él, y por más de que hayamos estado varios años de relación, era inevitable ponerme tímido con él a veces. Parecía salido de algún libro o algo por el estilo, demasiado perfecto para que Shin Hoseok sea real.

Mientras estuviera a su lado, no necesitaba ningún regalo en Navidad. Estar con él era mucho más de lo que necesitaba.

Fuimos a un paseo que estaba en el centro, donde compramos ciertas cosas para los dos como ropa o cosas innecesarias que compramos para gastar dinero. Pensé en mi madre, que en estos momentos estaba en casa mirando alguna película sola, en el sofá, con una copa de vino en mano. Decidí comprarle un regalo a ella, por todo lo que hizo por mí. Supuse que una nueva muda de ropa no le haría nada, junto con unas botas negras altas que a ella le encantaban. 

Para finalizar nuestra cita, Hoseok me llevó al puente del río Han, donde estuvimos allí a solas apreciando la bella vista de la ciudad.

—Es una noche muy hermosa.—le dije observando a los edificios que se veían en el horizonte.

Veo por el rabillo del ojo que Hoseok se incorpora para girarse y quedar frente a mí. Ambos estábamos apoyados contra la barra de seguridad del puente, mirando hacia delante. Lo miré, se lo veía muy entusiasmado, y eso, me hacía demasiado feliz.

—Quiero darte algo por Navidad, y como regalo de aniversario que no llegué a darte.—dijo metiendo sus manos en los bolsillos de su abrigo. Abrí los ojos en grande.

—Hoseok, no era necesario.—respondí. Claro que no lo era, no hacía falta. Pasar conmigo las fiestas era un regalo demasiado grande y suficiente para mí.— Estar contigo me basta.

—No.—negó con una sonrisa, y aguantando aquella risita que era evidente de que quería salir.— Además, tú ya me diste algo cuando solo te necesito a ti.

—Pero...—el ruido de una bolsa que era sacada de su bolsillo me interrumpió por completo, haciendo que llevara mis ojos hacia allí. La bolsa era blanca y de esas duras, bastante elegante, con un moño de color rojo en ella. Me la tendió y lentamente fui tomándola entre mis manos. Miré dentro para ver el contenido, era una pequeña cajita.

He [2Won] [Monsta X]Where stories live. Discover now