He [2Won] [Monsta X]

~18 meses después de ese día~

Otra vez estaban peleando ellos dos. No hablo de Kihyun y Minhyuk, hablo de Jooheon y Changkyun. En realidad no peleaban, el único que gritaba insultos y ofensas era Jooheon mientras el menor miraba hacia abajo y todos observábamos atentamente. Chankyun ocultaba sus lágrimas parpadeando rápidamente y tapaba ese nudo en su garganta guardando silencio. Que te digan que eres un inútil por haber fallado en un juego, o que te digan que tu vida vale una mierda para los demás cuando cuentas algo duro de tu vida -en el caso de Changkyun, las duras peleas de sus padres- no es nada agradable. Duele, y duele mucho. Más si te lo dicen a los gritos con el odio en la voz una y otra vez cada vez que hay alguna oportunidad. Yo sabía una verdad que nadie tiene idea, sabía que a Jooheon le duele tratar así a Changkyun y que la razón por la que lo hacía era ridículamente estúpida... pero era su forma de enfrentarse a la vida, no había nada que pudiera hacerse.

—Jooheon, creo que deberías...—habló Él, pero se vio interrumpido por el mencionado.

—¡Cierra la boca!—le gritó. Jooheon era el único de pie, Changkyun estaba sentado al frente suyo entre almohadones mirando al suelo y los demás estábamos apartados de ellos dos.—¡Esto es entre este bastardo y yo!—señaló a el menor.

—Hyung... ¿qué tienes en mi contra?—le murmuró Chang a Jooheon haciendo que todos lo miremos a él.

—¿Qué tengo en tu contra?—rió.—¡¿No te das cuenta de que quiero que salgas de mi vida?! Cielos, Changkyun... ¡duele, joder!

Por primera vez, la voz de Jooheon sonó algo quebrada, y él se esforzó en ocultar su dolor con firmeza. Sus ojos estaban algo rojos y frunció sus labios para tragar saliva y deshacer ese nudo en la garganta que quizás tenía... ¿y quién sabe? A lo mejor se tragaba las palabras que contenían verdad. Llenando la habitación de Kihyun en un silencio tenso, Jooheon tomó su mochila en la que traía ropa para pasar la noche y se marchó de la casa del mencionado anteriormente. Intercambiamos miradas cómplices entre todos, menos Changkyun, quién seguía con sus ojos clavados en el almohadón de Totoro que abrazaba con fuerza. De la nada, soltó algo que nos hizo sobresaltar a los cinco, dejándonos sin palabras.

—¿De verdad soy todo lo que Jooheon hyung piensa?

Kihyun se arrastró hacia él y lo abrazó con un aire maternal. Besando su frente, sobó su espalda dándole cariño y cuidado, regalándole a Changkyun aquel cariño que necesitaba y todo su apoyo y confianza en un solo acto de afecto. Hyunwoo lo miraba con ternura, tal como un padre mira a una madre pasar un momento único con su hijo. Y Minhyuk lo miraba  embobado, seguramente fantaseando con que algún día pase lo mismo con su hijo adoptivo y que los dos lo abracen protegiéndolo entre sus brazos.

—No debes hacerle caso.—le respondió con dulzura.—Tú no eres nada de lo que él piensa.

—Tengo miedo de que quizás ustedes piensen lo mismo de mí.—comentó.

—Si lo hiciéramos, tú ya no estarías con nosotros.—dijo el mayor de todos. Kihyun guió sus ojos hacia él y sonrió mostrando estar de acuerdo con Hyunwoo. Y no podía faltar un Minhyuk celoso, buscando la misma mirada de Kihyun para él solo.

—Además... nosotros decidimos quedarnos contigo en lugar de irnos con Jooheon. No pienses que te odiamos, cada uno te quiere a su manera. Y sé que Jooheon en el fondo te quiere, aunque no lo demuestre. Es cuestión de tiempo antes de que se vuelvan inseparables.

Y Kihyun lo miró de la forma que Minhyuk buscaba. Sus ojos se encontraron y ambos sonrieron. Su objetivo había sido cumplido. Changkyun se sintió más aliviado y envolvió con sus delgados brazos la espalda del mayor, hundiendo su cara en su pecho.

Durante la noche, todos dormimos en el suelo del cuarto de Kihyun. Juntamos tres colchones, incluyendo el de la cama del dueño de la casa y dormimos los seis perfectamente, dos en cada colchón. Minhyuk y Kihyun en el primero, Hyunwoo y yo en el medio, y Él y Changkyun en el tercero. El orden iba tal cuál lo mencioné. Sentí unos brazos envolver mi cintura, el calor recorrió mi cuerpo y sus dedos comenzaron a acariciar mi panza provocándome cosquillas. Me dí vuelta ya que estaba a espaldas de Él y sonreí al verlo despierto. Algo somnoliento, me devuelve la sonrisa escondiendo su rostro en la almohada. Era lo más cercano a un dios griego. Se acercó un poco a mí y me susurró al oído:

—Vayamos a la cocina.

Silenciosamente, nos levantamos de nuestros lugares y caminamos sin hacer el más mínimo ruido hasta dicha parte de la casa. En un movimiento, me acorraló contra la pared y comenzó a besarme desesperadamente. Envolví mis brazos en su nuca, como hacía de costumbre. Bajó hasta llegar a mi cuello, donde lamió, besó y marcó suyo ese lugar. Ahogué un gemido cuando sentí sus manos agarrar mi trasero, rozando con un lugar delicado para mí, levantándome y me sentó sobre la mesa, con él entre las piernas.

—Odio que hagas esto...—susurré luchando por no soltar ningún sucio ruido.

—No tienes idea de lo mucho que también lo odio, pero hay que conformarse con esto al menos por un tiempo.—jadeó en modo de respuesta.

—¿Cuánto tiempo tengo que aguantar estar así, hyung?—pregunté.

—Solo un poco más, Hyungwon... solo un poco.

Sí. Solo un poco. Meses y meses aguantando lo mismo. Llegó un momento en el que sentí que iba a morir después de tanto esperar. La historia era la misma conforme avanzaba el tiempo y ya cansaba. Pero me repetía a mí mismo una y otra vez que todo algún día terminaría, todo tiene un fin, ¿cierto? Salvo aquellos sentimientos que aún sigo guardando por él, incapaz de seguir mi vida como los demás. Me quedé atrapado en aquella época, en aquellos recuerdos inolvidables que posiblemente jamás escape. No tengo salida, solo soy un alma en pena vagando por su mente entre aquellos momentos vividos que ahora están muertos. Es duro, sí, pero no deja de ser una linda historia de amor para contar.

Todo marchaba bien. Jooheon mantenía su distancia con Changkyun aunque de vez en cuando soltaba una palabra hiriente para el menor. El trío amoroso de Hyunwoo, Minhyuk y Kihyun no se nombraba, eran amigos. No celos, no peleas. Solo amistad. ¿Y qué de mí y Él? Misma relación en público, nada cambió. Las risas y la amistad que teníamos eran acompañadas por pequeñas discusiones que son comunes en los grupos de amigos... si es que hay alguno en el que tres de ellos pelean por amor y dos se odian a muerte. Pero aún así, seguíamos unidos a pesar de nuestras diferencias y lastimarnos los uno a los otros. Y no... las cosas jamás empeoraron, al contrario. Con el paso de los años, nuestras vidas como amigos iba tomando más color, y eso era algo bueno... ¿no? Se supone que así lo sería, de no ser por que la vida es una eterna montaña rusa en el que los siete vamos en el mismo carro, demostrando que viviremos lo que tengamos que vivir juntos.

Noches después de la pijamada en casa de Kihyun, golpes sonaron en la ventana de mi habitación al ritmo de las gotas de lluvia que caían del cielo. Miré esperanzado a aquel lugar. No había un Shin Hoseok empapado por el agua. Había un Lee Minhyuk sonriente rogando entrar.

—¿Minhyuk hyung? ¿Qué ocurre?—pregunté después de abrir la ventana.

Pasó lentamente a mi habitación y se dejó caer sentado en mi cama. Me miró con una gigantesca sonrisa en su rostro, diciendo que algo bueno le había pasado. Esperaba  a que dijera que Kihyun lo había elegido a él por la expresión que llevaba, hasta que...

—¿Qué se traen ustedes dos? Besarse a escondidas sin decirle nada a sus amigos... eso duele, Hyugwon.

Me tomó un tiempo procesar su pregunta, hasta que sus palabras estaban más que claras. Abrí los ojos y sentí mis mejillas arder, posiblemente estaban rojas, al darme cuenta de que nuestro secreto se había roto. Minhyuk se había enterado de lo nuestro.

—Tranquilo, no le diré a nadie.—agregó cuando vio mi expresión. Era un tanto dudoso cuando era así, puesto a que quizás buscaba algún trato. Quise preguntar sobre eso, pero como si Minhyuk hubiera leído mi mente, me interrumpe:—No quiero nada. Haré de cuenta de que no los vi y ustedes seguirán jugando a escondidas. Aunque sigo dolido porque no me lo haz contado, Hyungwon.