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La penumbra que rodeaba el colegio se había vuelto por mucho, espeluznante, las alumnas deseaban dejar de asistir y el motivo era justificado. Pues en la habitación 27 de la segunda sección, se encontraba la pesadilla en vida, de muchos seres humanos.

Park HyoNeul se retorcía, dislocando su estructura ocia sin soltar quejido alguno. La joven, había perdido por completo el camino, pues sus ojos estaban desorbitados y su piel había adoptado un tono grisáceo, con un penetrante aroma a muerte. De vez en cuando, la abandonada chica, a quien habían encerrado en la habitación por motivos de seguridad, gritaba blasfemias que podían ser escuchados de extremo a extremo.

SeokJin estaba seguro que era una posesión, después de haber escuchado el relato de Taehyung, motivo por el cual, la excursión se canceló; las dudas se disiparon. El director reprimió a las estudiantes que habitaban aquella habitación, después de haber hallado la Ouija en el sitio. Sin embargo, era demasiado tarde; las cosas estaban por completo perdidas.

Los alaridos de la joven se hacían presentes a cada momento. En los últimos dos días, SeokJin se había encargado de visitar a HyoNeul para intentar enfrentar el Demonio.

Necesitaba apoyo. Aquel ente parecía no querer ceder y la iglesia no le daba su aprobación. Sabía, que de lograrlo, la Congregación  Eclesiástica se encargaría de castigarle, por haber roto las reglas. Sin embargo, no podía permitirse dejar a aquella chica sola.  

Aquel día, una enorme tormenta arrasaba con el bosque, el crujir de los arboles perturbaba a las estudiantes, acompañados de los gritos suplicantes de HyoNeul. Era horroroso tener que soportar a la muchacha y a pesar de haber informado a los tutores de la chica, estos no habían acudido en ningún momento.

El director, simplemente no podía dejarla, así como así, la sola presencia de aquella deformada mujer, representaba peligro. SeokJin se acercó a la habitación, para acudir a la sesión de aquel día, escuchó el graznar de un par de cuervos, merodeando por el lugar. Antes de entrar, la risa de HyoNeul lo detuvo.

Sardónica y espeluznante. La chica balbuceaba palabras inentendibles. Jin pudo reconocer el sonido de su garganta. Tragó saliva, estaba temblando de miedo.

— ¿Padre? ¿Se encuentra ahí? ¿Padre? ¿Se encuentra ahí? — HyoNeul se acercó a la puerta, velozmente, pegando su rostro a esta y repitiendo las mismas preguntas una y otra vez, sin control.

Un trueno impactante, impresionó al sacerdote, HyoNeul rió de nuevo.

— ¡Estúpido padre! ¡Estúpido! — Exclamó la chica. — No puede, no puede, no puede.

SeokJin tomó el crucifijo que llevaba colgado en el pecho y lo presionó con fuerza. Su Biblia, tambaleante, entre la mano sobrante, se irguió al ser presionada por el joven. Una vez más, los cuervos graznaron. Jin podía escuchar el sonido de las aves golpear contra la ventana.

Se persignó y entro en la habitación.

— Padre nuestro que estás en los cielos. Santificado sea vuestro nombre, venga a nosotros tu reino y señor mío, hágase su voluntad ya sea aquí en la tierra como en el cielo. Amén.

El demonio que había tomado preso el cuerpo de la joven, se acorraló contra la pared, temeroso al escuchar los canticos del sacerdote. SeokJin cerró la puerta y se persignó.

— ¡Es hora de abandonar el cuerpo de esta pobre alma! — Ordenó. — Padre nuestro que estás en los cielos... — Repitió.

HyoNeul comenzó a reír, desfigurando su voz.

— ¡Estúpido padre, hijo de puta! — Exclamó, acercándose al joven para escupirle en el rostro.

SeokJin no se inmutó y abrió s biblia.

Amphitryon.  BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora