20.

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El miedo que sentían crecía cada día, en el que una paz ilusoria reinaba en el colegio. Jimin y Yoongi se habían encargado de revelar los secretos más profundos de Jeon JungKook, mientras EunJae al descubrir el triste motivo detrás de los despiadados actos de Jeon, se había acorralado así misma.

Taehyung había sido devuelto a casa, mientras el director, SeokJin y NamJoon se entregaban en totalidad al caso que tenían enfrente. Por su parte, Yoongi y Jimin, había prometido proteger al par de alumnas con su vida, volviéndose en el acto, sus protectores.

Pero había algo que el valiente grupo desconocía; el poder de JungKook iba mucho más allá que un simple espíritu. Al haberse ido al otro mundo con un tumulto de odio acumulado en su ser, entregó su alma al demonio para poder llevar a cabo su venganza. O por lo menos eso es lo que cuenta la gente, cuando de vez en cuando, la historia de Sanagui Village es contada en un campamento escolar.

A pesar de los obstáculos que hubieron atravesado, NamJoon se mantuvo infranqueable, por qué tenía como única convicción proteger a Kang JeHwa, con su vida. Había llegado a amar tanto a su estudiante, que pensar en que algo pudiera sucederle, lo ponía a temblar, por completo. Sin embargo, un día sucedió.

JeHwa comenzó a sentirse fatal, náuseas, mareos y fiebre repentina. SeokJin lo sospechó en el acto, por lo que se dispuso a revisar a la joven. Los resultados, fueron en efecto, los que esperaba. JeHwa, estaba embarazada.

La noticia para NamJoon fue como una mezcla de felicidad, miedo y ansiedad. El profesor deseaba con todas sus fuerzas sentirse feliz, porque por fin llegaría a su vida algo por lo que había esperado demasiado tiempo. Un hijo. No obstante, el inminente peligro por lo que pasaba JeHwa, no lo dejaban tranquilo.

Por su parte, JeHwa no sabía cómo reaccionar. Pues al igual que NamJoon en su interior albergaba un miedo somero. Temía por el futuro de su hijo y por el suyo, pues sabía que, para una mujer, tener un hijo en el seno de una relación célibe, no era para nada grato. No podía, ni quería imaginar la reacción de su familia. Muchas cosas pasaron por su mente, demasiadas y para su desgracia, ninguna parecía ser positiva.

Había algo que no le gustaba en ese embarazo y se sentía una mierda por el increíble temor que le tenía a su pequeño ¿Cómo reaccionaría NamJoon si revelara su temor? Prefirió callar y llevar sus oscilantes pensamientos en el interior.

Después de las dos largas semanas, en las que su embarazo había sido descubierto, Nam, intentó persuadir a su mujer para que regresará a casa, pero JeHwa utilizaba como excusa el deseo de frenar a JungKook, aunque en su interior, lo que la mantenía en Sanagui Village no era más que el miedo a poder ver deshornar a su familia.

Esas dos semanas fueron el infierno para la chica, no pasaba un solo día en el que no deseara estar muerta, no podía moverse, no podía comer y presentía que el dominio sobre su cuerpo se iba perdiendo cada día. Todas las noches, escabrosas pesadillas interrumpían su sueño, despertaba sudando y con la respiración entrecortada. Las ganas de llorar casi siempre la vencían y supo que algo estaba mal cuando los abrazos que le daba NamJoon para tranquilizarla dejaron de funcionar.

En sus sueños, podía ver el interior de su estómago siendo tragado por una pequeña creatura sedienta de sangre, de su sangre. El amorfo monstruo que sin querer había comenzado a encubar, la miraba y se burlaba, mientras tragaba sus intestinos, hambriento y taimado.

Esa cosa no era humana, esa cosa no podía ser el fruto del amor que sentía por NamJoon, esa cosa era la venganza de JungKook, por qué en el pasado le prohibió estar al lado de su amada.

— Tengo miedo... — Reveló, con voz apenas audible y la vista puesta en el suelo. — Tengo miedo de mi propio hijo.

NamJoon negó con la cabeza y bufó.

Amphitryon.  BTSWhere stories live. Discover now