9. pt 1.

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Al día siguiente, el colegio dejó partir a las alumnas un par de días. Debido a la fuerte demanda que les habían impuesto, el director se encontraba en grabes problemas. Sin embargo, se sentía culpable por la muerte de RanTao, tanto que dejó a sus abogados a cargo de todos los asuntos legales para ir al velorio de la chica. 

Se dirigieron al velorio de la joven fallecida para darle el pésame a la familia y aunque el hombre sabía que no era bien recibido, tenía el deber moral de hacerlo. 

El doctor SeokJin y los profesores también asistieron, la perdida había sido tanta que no se podían dar el lujo de faltar, pues la familia de la chica, había sido uno de los más grandes donantes que habían tenido. 

Por su puesto, Eunjae y sus amigas también asistieron. El cuarteto de chicas lloraban desconsoladas. No por la perdida de la joven, si no por el ferviente temor que sentían. 

  — Quiero aire fresco. — HyoNeul miró a Jewa.— ¿Me acompañan?

Las demás asintieron y caminaron hasta el jardín para intentar relajarse un poco. HyoNeul sacó un cigarrillo, lo encendió y se lo llevó a los labios en silencio. EunJae se sobó las sienes, todo lo que estaba sucediendo estaba siendo tan surreal. 

  — Todo esto es nuestra culpa. — HyoNeul expulso el humo, mientras miraba hacia el horizonte. — Lo saben ¿Verdad?

— Yo les he dicho que no jugáramos con cosas como esas.  — Musitó Neul, atemorizada. 

  — Pero ya lo hemos hecho y por mucho que te desagrade, tú también lo hiciste. — Jehwa estaba molesta. Alarmada, más bien. — No ganamos nada con negar lo sucedido. 

  — Nadie lo está negando. — Dijo HyoNeul tajante. — Al contrario. 

EunJae suspiró. 

— Tampoco sirve discutir por eso. — EunJae miró a sus amigas y se cubrió el rostro con frustración. — Solamente espero que RanTao este descansando en paz.

Las chicas se dispusieron a hablar  libremente sobre lo sucedido aquella noche, sin saber que justo detrás de ellas, se encontraba el Doctor SeokJin. El chico se escondió detrás de la pared y presto atención a cada palabra. 

— Todo indicaba que las cosas iban a salir mal. — Dijo Neul. — Desde que el tablero se movió y desde que vimos aquel hombre en nuestra habitación. La muerte de RanTao no tiene sentido. 

— Nuestras almas, al igual que las de RanTao están acabadas. — Hyoneul tiró el cigarrillo y lo apago con la punta del pie. — Entremos a despedirnos, casi llega el momento de irnos. 

SeokJin intentó procesar aquella información y poco a poco dedujo lo que estaba pasando, tal y como sospechaba, había llegado al lugar correcto. 

— ¿Padre Kim? — Jin tensó los músculos al escuchar a alguien llamarlo de esa forma. Giró el rostro y miró a una anciana a la que no lograba recordar. — ¿De verdad es usted, padre Kim?

Jin sonrió y asintió. 

  — ¿Cómo ha estado? — Se acercó a la anciana y tomó sus manos. — ¿Ha comido bien?

— Sí padre Kim ¿Y usted? ¿Por qué dejó la iglesia? 

Jin miró a su alrededor para asegurarse que nadie escuchaba aquella conversación. 

— Ahora estoy sirviendo en otra. Espero pasarme por allá muy pronto. 

La anciana asintió y se despidió de Jin con las manos temblorosas. 

El joven miró el débil caminar de aquella vieja mujer y suspiró. 

  — ¿Con que padre Kim? — El director se acercó a SeokJin, quien saltó al escuchar su voz. — ¿Le gustaría explicarme doctor?

Amphitryon.  BTSWhere stories live. Discover now