Capítulo LVI: Daemon

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—Muéstrame ese lugar y trataré de buscar todo lo que pueda.

Kira sonrió e hizo el mayor acercamiento posible al castillo de Daemon. La búsqueda no tardó en reunir sus frutos. Gatchmon habló sin parar, manteniendo la lupa frente a su ojo en todo momento.

—Cielos... ¡Es una fortaleza! El castillo se encuentra en una isla flotante sobre un abismo que absorbe los datos de cualquiera que sobrevuele el área. Los lleva hacia abajo y los convierte en parte de la base de la isla. Aniquila a sus enemigos y luego los utiliza para ganar un soporte extra. No cuenta con protección exterior. Las puertas tienen un mecanismo que las mantiene cerradas herméticamente. El castillo repele las señales de casi cualquier sensor de calor o movimiento. Entrar es imposible. La puerta se abre sólo desde dentro. Está protegida con un escudo que devuelve los ataques enemigos, en caso de que intenten abrirla por la fuerza.

—¿Hay alguna manera de entrar por otro lado? —preguntó Taiki.

Gatchmon asintió.

—Hay fisuras en la base de la isla, pero sería imposible llegar allí. Si lo intentamos, nuestros datos se convertirán en parte de ese lugar. Sin embargo... No puedo ver lo que hay dentro de ese lugar. Algo está bloqueando el motor de búsqueda. Aquello que hay detrás de las paredes exteriores debe encontrarse en los niveles más profundos de la red.

—¿Es parte de la Deep Web? —preguntó Dokamon.

Gatchmon negó con la cabeza.

—Esto es diferente... Es algo más oscuro. Algo me dice que lo que sucede en ese lugar es peor que una pesadilla. No puedo encontrar nada sobre ese sujeto, Daemon. No es ningún Appmon que conozca.

—No —dijo Nene—. Daemon es un Digimon. Uno de los Siete Señores Demonio.

—Y será imposible aniquilarlo mientras no sepamos nada sobre él —dijo Kira—. Lo único que sabemos sobre los Señores Demonio hasta ahora, es que no es sencillo derrotar a ninguno de ellos. Daemon es el penúltimo. Si vencer a ese sujeto será tan difícil, en el último de los Siete Reinos nos espera una batalla que seguramente se llevará a muchos de los nuestros... Tenemos que dar nuestro mejor esfuerzo. No hay manera en la que Daemon pueda destruirnos.

—Estoy seguro de que necesitaremos la ayuda de todos nuestros amigos —dijo Taiki—. Shinkai y los suyos cuentan con un poder diferente al nuestro. Podrían ser nuestra carta del triunfo. El problema es que... Todos deben estar pensando lo mismo que yo. Si queremos vencer a Daemon, tenemos que recuperar nuestras energías. Y luego de lo que sucedió en la Tierra Oro... ¿Cómo podemos estar seguros de que Épsilon es realmente él?

—¿Cómo podemos estar seguros de que Shinkai permanecerá con nosotros? —devolvió Lelouch—. Ya ha hecho su elección, ¿no es así?

—Ustedes salvaron mi vida —asintió Haru—. Sin ustedes y sin Yuujin, no sé lo que hubiera pasado dentro de ese monstruo.

—Haru y yo estaremos con ustedes —dijo Gatchmon.

—Y nosotros —secundó Eri—. Es la misión que Minerva nos encomendó.

—Creo que lo más razonable es dormir un poco... —dijo Nene para sí misma—. Todos lo necesitamos.

—No.

Las miradas de cada uno fueron posándose poco a poco sobre Kira, quien dejó el DigiLector en su bolsillo antes de dar un par de pasos más hacia quienes sin duda alguna se habían convertido en los líderes absolutos.

—Lamperouge, por favor, déjame liderar un grupo de expedición. Al menos, tenemos que saber en qué sitio podemos posicionarnos para atacar. Tengo que encontrar a Miyu. Si ella está viva, Natsumi seguramente también lo está.

Nene de la RebeliónWhere stories live. Discover now