Capítulo 49

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Veo como todas y todos lo rodean, eso incluye también a compañeros de nuestra clase. No quise agobiarlo más de lo que ya estaba, prefería quedarme en un lado del salón porque, cuando estemos solos ahora sí que lo tendré solo para mí. Esbocé una sonrisa en mis adentros imaginando qué podremos hacer de ahora en adelante ahora que nuestra relación e incluso su honestidad ha salido a flote.

—¿Por qué tan sola madam? —una voz masculina y coqueta me sobresalta de inmediato, sacándome de mis pensamientos e incluso de la fría pared en la que estaba recargada

Me suena familiar de alguna manera. Giré mi vista hacia esa persona y solo pude encontrarme con aquel rubio, alto y elegante chico con el que alguna vez choqué antes de irme a Inglaterra, bien vestido con un traje oscuro color azul marino.

—¿Disculpa? —digo algo consternada—Me pareces familiar... ¿Cuál es-

Antes de que diga algo, su sonrisa traviesa sacude mis palabras, sin darme oportunidad de hablar.

—¿Tan rápido olvida los nombres señorita Price?

Eh... me siento un poco avergonzada por no reconocerle, pero sí de por sí soy mala recordando fórmulas... imagínate entonces con los nombres de conocidos de apenas unos cuantos minutos ¡Uf! Pero no hablemos de música porque esa si me la aprendo.

—Le pido una disculpa caballero, pero...

Él toma mi mano con delicadeza y le planta un cálido beso, se me heló la sangre al sentir el tacto de sus suaves labios sobre mis nudillos. Estoy confundida, digo, debería sentirse ofendido en lugar de comportarse como un caballero y más si yo he sido descortés por olvidar su nombre.

Lentamente alza su mirada con cabellos traviesos en su frente, sonríe plenamente junto a esa mirada profunda y cálida que atraviesa mi ser.

—Yerik Austin... ¿Me recuerda?

Tragué saliva con dificultad, un sentimiento de incomodidad me invadió pues... hasta hace poco Alexander sufrió un episodio de ansiedad por culpa de aquel audio que le mostré y... uno de los tantos nombres que mencionó fue "Yerik" Quiero creer que estoy equivocada pues, hay muchos chicos que pueden llamarse así y yo aquí teniendo alucinaciones incorrectas.

—Yerik...—digo nerviosa—sí... sí, claro—tuve que sostener una sonrisa forzada ya que cuando algo me incomoda mis nervios faciales no dejan mucho que desear por lo obvios que son— un placer volver a verte

Él suspira sin quitar esa sonrisa.

—El placer es mío señorita Price—recobra su postura mientras gira su vista hacia Alexander y se encoge un poco de hombros al mismo tiempo que se tambalea sobre sus talones, con las manos metidas en sus bolsillos—Pensar que las celebridades tienen que pasar por esto ¿no?

—¿A qué te refieres? —pregunté confusa

—Oh, ya sabes lo que dicen... una estrella brillante tuvo que tener un pasado catastrófico y sufrido... —hace un chasquido con su lengua—pura bazofia de hoy en día...

¿Bazofia? ¿Acaba de llamar bazofia a Alexander?

—Pero no me haga mucho caso—me dice "sincero" —habrá algo que contradiga esos rumores...

—Si usted lo dice—respondo totalmente ofendida por haberlo escuchar decir que MI Alexander Melenkov es "bazofia" ¿Quién se cree para juzgarlo? ¡Ah! Indignante

—¿Usted toca instrumentos?

—¿Algún instrumento? —pausé mientras analizaba su pregunta—Un poco el violín, pero más el piano ¿Por qué?

Amor en notas musicales (#1 Saga Amor entre acordes) EDITANDOWhere stories live. Discover now