Capítulo 8

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Quise llegar temprano para terminar lo más pronto posible, además el clima se está nublando y comienza a chispear por lo que preferí apresurarme. La academia es enorme, pero entre las residencias de chicos y chicas hay un jardín enorme que se debe atravesar y obviamente no está techado, los pasillos son extensos, cada uno te dirige ya sea al comedor, a las aulas de baile o música y a los salones.

Ya era tarde, estaba esperando a Alexander fuera de la biblioteca porque ahí quedamos en encontrarnos, llevaba conmigo mi bolsa llena de libretas y libros para pedirle que me explicara en idioma ruso. Después de media hora llegó, tenía su camisa por fuera y la corbata suelta, en el cabello tenía un poco de hojas, pero estaba completamente mojado.

—¿¡Qué demonios te pasó!?

—Me quedé dormido en el árbol de allá fuera, luego comenzó a llover—se frota la cabeza y comienza a caminar— Vamos, quiero terminar mi siesta

—Espérate ¿qué? No puedes ir a la biblioteca con esas fachas

—¿Qué tiene?

—¿Cómo que qué tiene? —sacudí su cabello—¡Mira! ¿Tú crees que te van a dejar entrar con hojas en la cabeza?

Frunce el ceño y saca la lengua.

—Deja, es un adorno para el cabello

—¿Adorno? ¿ESTÁS BROMEANDO?

—Bueno, es eso o regresar a mi cuarto para ponerme otra ropa

—Pues prefiero esperar a que entres a la biblioteca con esas fachas

—El conocimiento no se mide por tú apariencia

—No dije eso, pero te apuesto a que la bibliotecaria no dirá lo mismo

—Está bien, vamos

—¿Vamos?

—No creo que de verdad quieras esperar más

—Claro que puedo

—Lo dudo niña inglesa, acompáñame

Bueno, ahora que lo dice... sí lo dejo solo de nuevo y llega a su cuarto es capaz de quedarse dormido y.... tiene razón, mejor lo acompaño.

—Vamos entonces...

Después de caminar por un buen rato atravesando rápidamente el jardín para que no nos mojáramos, el ambiente cambió y veía únicamente a chicos. El problema no era si lo acompañaba solo a la entrada y ya, el problema es que la situación se puso aún más extraña cuando Alexander miraba de un lado a otro y decía que tuviera cuidado a la hora de cruzar el pasillo. La verdad es que a mí me parecía patética su actitud pero él no se inmutaba, solo me decía "apresúrate" y después de cruzar por muchos pasillos con cautela, llegamos al fin a su dormitorio.

—Bien, aquí te espero—me detuve frente a su puerta

—Pasa

—¿Qué? ¿Estás loco? No voy a entrar a tu habitación

—Entra ya antes de que nos vean

—¿Cómo? ¡¿Qué estás pensando?!

—Es natural—tomó de mi mano y me obligó a entrar a su cuarto, dejando caer mi mochila en el suelo—Todos lo hacen

—¿H-Hacer qué? T-Te advierto que... que sé defenderme

Alexander se empezó a quitar la camisa, poco a poco, las gotas de agua aún resbalan en su cuerpo, desde su cabello hacia sus labios y de su pecho hasta parte de su abdomen. Una gota frágil caía desde la punta de su nariz. Cuando se quitó la camisa por completo me di cuenta de que tenía un tatuaje de alas perfectamente detalladas que le recorría desde el extremo de su hombro izquierdo hasta el derecho, ambas álulas se extendían hasta llegar a las puntas de los codos y lo admito, se veía bastante suculent... Digo, bien. Desabrochó su bragueta, ese sonido causó ecos en mis tímpanos de tal manera que ineludiblemente entré en pánico.

Amor en notas musicales (#1 Saga Amor entre acordes) EDITANDOWhere stories live. Discover now