Capítulo 10

1.1K 107 6
                                    

—¡Max! —Alexander aparta sus manos de mi cuerpo, levantándose de prisa para detenerlo —¡Max regresa!

—¡No le diré a nadie! ¡Lo siento! ¡Lo siento! ¡Dios les brinde un buen hijo! —huye a toda velocidad atravesando el pasillo como flash

Alexander se detiene en seco, yo aún permanezco en la cama cubriendo mi rostro con ambas manos ¿¡Por qué!? ¿¡Por qué a mí!?

—Te lo dije—dice él entrando a la habitación y cerrando la puerta a sus espaldas con seguro—¡Te lo dije maldita sea!

—Mi dignidad y nueva vida se fueron al carajo ¡Mamá! ¡Buah! —me tiro a la cama rodando en ella y quejándome una y otra vez ¿¡Por qué!?

—No llores, ni se te ocurra ponerte en papel de damisela en peligro si bien...

—¿Por qué? —mis ojos se cristalizan, las cosas están yendo de mal en peor —Yo no estaba haciendo nada malo, solo quería ser amable y mira, ahora dicen que estaba fabricando bebés

—Hey, hey niña inglesa—pasa su mano detrás de la nuca frotando su cabello—Ya te dije que no llores

Rechazo sus palabras. Me siento frustrada, no tuve que haber venido, ahora se repetirán los comentarios de hace tantos meses en el olvido. Ramera ninfómana, no lo soporto, siquiera recordarlo me lastima. ¡Lo odio! Odio recordar esos viejos días y que mis ojos se empañen de lágrimas, estando a nada de...

—Kotik—siento una mano sobre mi cabeza, frotando mi cabello. Él se hinca cerca de la cama, al alzar la mirada, mis ojos cristalinos se topan con ese par de ojos grisáceos mirándome apenados—Deja de llorar—suspira pesadamente—Cielos, ¿Por qué las niñas son tan chillonas? Solo mírate —pasa su pulgar por debajo de mis párpados limpiando mis lágrimas —Si te sirve de consuelo yo me echaré la culpa, así que deja de angustiarte, no sé porque te alteras tanto

—¿De verdad? Pero ¿por qué a ti no te dicen nada?

—Es una larga historia

Me siento en la orilla de la cama limpiando las pequeñas lágrimas que quieren desbordarse de mis ojos, lo sé, es vergonzoso llorar frente a un chico que recién conozco, pero no puedo evitar recordar el dolor que el último año en el colegio me causó solo por rumores absurdos.

—Vamos—dice él—Y-Ya no llores...—se acerca observando cómo las crisálidas gotas caen hasta llegar a mi barbilla

—Lo siento—digo en un hilo de voz—Lo siento, lo siento

—Hey, hey mírame, todo estará bien ¿sí? así que ya no llores, es como si te importara el qué dirán

—Le restaría importancia si no me hiriera

—Oye—pone ambos dedos índices sobre cada una de sus mejillas y esboza una sonrisa, dejando al descubierto el par de hoyuelos. Sus ojos almendrados se curvean sutilmente, haciendo del gris de ellos, acaramelados y frágiles. —Al odio y malos comentarios se les sonríe y no por hipocresía sino por elegancia

Me mantuve callada al contemplar sus pupilas, podría decir que Alexander es un chico frío y ajeno a las palabras cálidas, pero por alguna extraña razón... cuando sonríe y me observa así, me siento reconfortada. Tanto que por reacción a dicho comentario esbozo una sonrisa. Incluso las lágrimas cesan.

—¿Lo ves? Si sonríes las lágrimas paran, así que no te angusties que de todas maneras fui yo quien te metió en este problema—se levanta—ahora bien, no podemos arriesgarnos a que salgas estando en una situación así, por tanto, espero que me hagas caso en quedarnos aquí hasta que amanezca para sacarte sana y salva

—Bueno, gracias Alexand... Digo, Melenkov

—De nada, si quieres descansa que yo aún estaré haciendo algunas cosas

—¿A estas horas?

—Sí—se alejó hacia su estantería de libros tomando el que había llamado mi atención, "las flores del mal"

—¿Te gusta Charles Baudelaire?

Se detiene en seco, abriendo los ojos de par en par. Dirige su vista rápidamente hacia mí.

—¿Lo conoces? Porque yo sí, quiero decir—sus ojos brillan—es mi escritor favorito y bueno, no muchos lo conocen... Y yo, bueno yo...

—Poema de reversibilidad... Ángel lleno de gozo, ¿conoces tú la angustia y los remordimientos, la vergüenza, el sollozo y los vagos terrores de esas horribles noches que el corazón oprimen como un papel maltrecho?

—Ángel lleno de gozo, ¿conoces tú la angustia? —lanza un grito de emoción— ¡Lo conoces! ¡Lo conoces! Es mi poema favorito

—Ja, ja, ja, solo recuerdo ese poema y una que otra frase de él, lo empecé a leer por una serie que vi

—Joder, —da brincos caminando en círculos con el libro en mano— ahora mismo siento que podría hablar de él horas y horas contigo, siento como mi estómago se revuelve por la emoción, quiero decir... ¡Ahh! —respira agitadamente, de verdad que se ha emocionado— Si esta fuera una historia de amor diría que eres mi media naranja, pero como no lo es entonces supondré que caíste como un ángel del cielo para hacerme compañía

—¿Eh?

—Tienes razón, ¿A quién le importa el proyecto cuando puedo hablar contigo sobre Charles Baudelaire?

—Pero, pero aun así deb...

—Entendido, mañana iremos a la biblioteca principal de Moscú para conseguir sus demás libros

—¿Y qué con el proyecto?

—Bah, tenemos meses para hacerlo—se acerca a mí extendiendo el libro—¿No es precioso?

—Sí que te gusta leer

—Se convirtió en mi libro favorito después de...

Hace una pausa mirando el libro, es como si un recuerdo invadiera su mente puesto que solo mira y acaricia con sus pulgares la portada.

—Bueno, el caso es que es mi favorito, ¿Qué me dices tú? ¿Te gusta leer?

—Solía leer mucho —sobre romance cuando estaba con Collin, sobre desamor cuando terminé con él—pero últimamente ya no—no tenía motivación para hacerlo, es triste pero así es

—Ya veo, si lo deseas algún día yo puedo recomendarte un buen libro

—¿Tienes alguna frase de ese libro que te guste o importe mucho?

—¿Eh? Pues, solo hay una que no entiendo, pero lo haré más tarde, quizá...—mira hacia el reloj que está fijado en la pared, ya ha oscurecido—Bien, si me das permiso te lo agradecería mucho

—¿Permiso de qué? —se acerca hacia mí, haciéndome retroceder en la cama

—Quiero dormir, suficientes escándalos estos últimos días

—¿Y por qué no te duermes en la otra cama? —digo nerviosa

—¿Bromeas? —contesta serio—Sabrá Dios con cuantas porquerías dormirá Chris cada noche—inmediatamente se cubre con las cobijas

—Entonces yo dormiré en el suelo o...

—No te haré nada, es más—coloca almohadas en medio de los dos y se da la vuelta—que tengas linda noche—apaga la luz dejándome atónita ¿¡Qué!? ¿Así como nada se duerme sabiendo que hay una mujer en su cama? —hace mucho frío en las noches así que allá tú si te abrigas o no—dice en un hilo de voz—Buenas...

—¿Buenas...?

No dice nada, solo se escucha su respiración junto a ronquidos ¿De verdad una persona es capaz de dormir instantáneamente? Demonios, solo me queda aceptar que esta noche dormiré en la cama de un chico.

Amor en notas musicales (#1 Saga Amor entre acordes) EDITANDOWhere stories live. Discover now