—Pues, me esforzaré entonces

—Hay uno sencillo por acá—dice Mike girando el volante hacia la izquierda—no es el mejor, pero supongo que tiene los servicios necesarios, no lo digo yo, lo dice el padre Google

—Como sea—dice Chris—cualquier lado está bien

Se detuvo en seco frente al hotel, bajé con cuidado a Alexander sosteniéndolo en mi brazo junto a Chris y abrí los ojos como platos al igual que él cuando miramos el letrero del hotel.

—¡Este es un hotel de parejas candentes! —exclama Chris, mirando a su hermano quien está saliendo del coche con mis cosas en mano

—Eso no lo decía Google... hmmm, el otro queda a dos horas de aquí

—¡Pero n-

—Está bien Chris—le dije para intentar calmarlo—lo que importa es que él descanse, de ahí en fuera todo es irrelevante

—¿Segura? ¿de verdad?

—Segura

Esbozó una tierna sonrisa.

—Tú siempre eres tan am-

—¡Ah!

Nos horrorizamos de golpe cuando Alexander comenzó a vomitar tan cerca del hotel, Chris literalmente saltó y se alejó mientras que yo tuve que apretar de sus hombros para que no se cayera.

—¡Cochino! Rompiste la atmósfera Alexander—exclama Chris resguardándose tras su hermano

—Gracias a Dios no fue en el Mustang—suspira Mike aliviado

—Dejen de hablar así, de verdad que está muy mal...—acaricié de su espalda, él estaba casi hincado mientras volvía el estómago y yo no quise apartarme por muy mal que estuviera—¿Estás bien?

—Ah...—dice aturdido—No... guácala...

—Exacto, guácala—dicen ambos hermanos a la vez

—Ya mejor ayúdenme a introducirlo al cuarto—les dediqué una mirada de pistola al acecho y ambos se acercaron un tanto apenados, me ayudaron a sujetarlo y cargarlo hacia la recepción

—Oh, Dios...—dice Chris haciendo gestos de asco y mirando de reojo a su hermano—de verdad que huele re feo, nada como de costumbre, no sé cómo te aguantas el olor hermano

—Créeme, esto ya no es nada a comparación de las pestes de cadáveres en descomposición...

La recepcionista nos miró extrañada, miró hacia Alexander y Chris le pidió que no hiciera escándalo, de hecho, se encargó de pedir la habitación y todo ya que es el único además de Alexander que sabe hablar perfectamente ruso. Fuimos en ascensor y caminamos entre los pasillos para llegar a la habitación. Cuando la abrieron, no pude evitar avergonzarme ante tantas cosas sexosas, eran muy provocativas e incluso un menú para juguetes sexuales, para el colmo condones encima de una mesita. Meneé la cabeza, esto de verdad es para dementes.

Tiraron a Alexander en la cama y se sacudieron como si estuvieran sucios, exagerados.

—Cualquier cosa, me llamas —dice Chris—está borracho y en un lugar rodeado de estas cosas puede activar deseos pasionales

—No inventes—digo entre risas

—Vámonos Chris, mamá y papá ya están llamando—Mike colocó mis cosas en un sillón púrpura

—Cálmate, no es tan grave

—Son quince llamadas perdidas de mamá

—Oh... entonces sí es grave, será mejor que nos vayamos si no queremos dormir en el jardín así que... te veo mañana ¿vale Evy?

Amor en notas musicales (#1 Saga Amor entre acordes) EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora