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"Jamás, pero jamás dejes que Dayana se acerque a Melenkov... jamás permitas que te haga sentir mal ni que te manipule, ni ella ni..." esa maldita frase que no deja de sonar en mi cabeza. Puedo ver a Alexander frente a mí tomado de la mano con Dayana, besándose apasionadamente. ¡Basta! No estoy celosa, pero duele, ¡basta! Es como si contemplara una nueva historia de amor entre él y ella, sujetando a un niño de la mano mientras caminan alegremente por las calles de Moscú.

Ella voltea a verme y esboza una maliciosa sonrisa.

"Él es y siempre será mío maldita inglesa"

"El precio de amores no correspondidos..." dice una voz muy familiar, pero ¿de quién?

Desperté de golpe, con mis ojos algo empañados y sumamente confusa ¿Qué? ¿Qué clase de sueño era ese? Meneé la cabeza y tallé mis ojos, el vuelo no fue tan tardado como creí, de hecho, cuando desperté ya estaban dando instrucciones de lo que pasaría una vez que el avión volviera a la tierra. Encendí mi celular y llamé a Andrew para verlo en la entrada del avión. Respiré aliviada sabiendo que eso solo era un mal sueño, un muy mal sueño de terrible gusto y que pronto vería a mis amigos.

Aunque, ¿Qué clase de significado tiene aquella frase?

"El precio de amores no correspondidos"

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Volteaba a todas partes para encontrar los lentes de mi compañero o al menos sus cabellos marrones traviesos, pero por más que volteaba una y otra vez no veía rastro de él.

—Demonios—digo entre dientes—¿Debería llamarle de nuevo?

—No si me tienes detrás de ti, Evabuba

Giré de inmediato, se encontraba vestido casualmente sin perder su toque de elegancia, con una inigualable sonrisa y mirada tan tierna como la de un borrego.

—¡Andrew! —salté a sus brazos y él inmediatamente me dio vueltas en el aire mientras me estrujaba con fuerza y reía a carcajadas—¡Oh Andrew! ¡Cómo te extrañé!

—¡Yo más! ¡Mucho, mucho, mucho! —se detuvo en seco conmigo en brazos y sonrió de oreja a oreja—¿Qué has hecho? ¿Cómo has estado? ¿¡Cómo es Moscú!? ¡Dimeeee!

—Espera, espera ¡JA, JA, JA! Vamos a nuestro amado café y te contaré todo lo que desees saber

—Bien dicho—se agachó para sujetar una de mis maletas y se la colocó en el hombro—¿Sabes? Todos van a quedar fascinados cuando te vean

—Eso espero, dime, ¿qué tal te fue a ti y a Sebastián con sus exámenes?

Él suspira pesadamente.

—Mal, Sebastián pasó por milagro, juntó setenta puntos de cien y yo pfff, ¡noventa y nueve!

Lo miré con el ceño fruncido.

—¿Y eso es malo? Caramba, yo de milagro junto setenta u ochenta puntos en exámenes así y t-

—Evangeline, solo un punto y alcanzaba los cien ¡Date cuenta! Es una tragedia

—Bah, si tú lo dices...

—Todo por el maldito signo negativo... ah, recordarlo hasta me da tristeza

Liberé carcajadas, casi ahogándome con mi saliva.

—No te burles, es serio

—Lo que digas Andrew borreguito—recuperé el aliento y sequé mis lágrimas de la risa

Amor en notas musicales (#1 Saga Amor entre acordes) EDITANDOWhere stories live. Discover now