~My sexy maid; spies in trouble~ |EXO|

RENACER

Seúl; 25 de octubre — 20: 01 hrs.

"Han transcurrido cuatro días desde el incidente de Myeongdong, donde un grupo de terroristas amenazaron la ciudad completa y secuestraron al alcalde..."

Enormes televisores reportaban las últimas y más importantes noticas a todo transeúnte, cerca de los rascacielos del centro de la ciudad. La policía había logrado sacar a la capital de la zona de emergencia y ahora dedicaba toda su atención en el rescate del Alcalde.

La oscura Seúl era iluminada por los coloridos monitores y acompañada de los pitidos y ajetreo de la ciudad.

"Oh, tenemos nuevos informes..., un barco sospechoso que tenía planes de cruzar la zona desmilitarizada de la frontera del Norte acaba de hundirse por una explosión... Informan que hay signos de vida por el momento... ¡Tenemos imágenes exclusivas! Muy pronto los rescatistas estarán llegando al lugar de los hechos..."

—Oh por dios, esto es terrible...— Comentó una mujer cubriendo su boca.

—¿Cuándo se detendrán estos ataques terroristas? — Comenzaron el chamullo miles de personas reuniéndose para observar la noticia.

—¿Qué está pasando? ¿Qué es todo esto? — Se quejaron algunos estudiantes revisando la noticia por sus móviles.

[12 horas antes del hundimiento del barco]

Luhan mordió su labio con fuerza al notar la hora en su reloj de pulso. ¿Cuánto más iba a tardar esa persona?

De pronto un mensaje nuevo llegó a su móvil, su corazón se aceleró al punto de tener que llevar su mano a su pecho y estrujar su camiseta. Tragó saliva revisando el buzón.

Desconocido: Mueve tu gorra, si eres tú.

Luhan rápidamente ajustó su gorra, cubriendo aún más su rostro. Había elegido una cafetería como el lugar del encuentro, era público y le hacía sentir más seguro. Aunque fuera una idiotez aquello, al arriesgar de esa forma su pellejo, haría lo que sea por Sehun.

De pronto una mano se posó sobre su hombro, Luhan tensó todo su cuerpo y el ambiente se tornó pesado, incluso para respirar. Alguien más se sentó frente a él, dejando un pesado maletín sobre la mesa.

Las personas caminaban tranquilamente por la acera frente a ellos, y Luhan ya había planificado siete formas de huir exitosamente.

—Relájate. — Por primera vez, Luhan pudo oír la voz del sujeto que le había estado controlando todo ese tiempo, y que supuestamente sabía la manera de rescatar al alcalde y a su hijo.

Era apacible, tranquila. Casi le parecía un chiste.

Luhan apretó la mandíbula antes de levantar la mirada encontrándose con ese sujeto.

Tenía muchas dudas, muchas ganas de golpearlo. Muchas ganas de enloquecer. Pero se contuvo.

—Estoy aquí...—Masculló. —Hice todo lo que dijiste... dame lo que quiero. —Amenazó, con los ojos inyectados.

—Heh...—Soltó una risita. —Vaya, eres igual a tu hermana. —Comentó, como lo haría en, tal vez, una cena familiar. —¿Es un encanto familiar? — Cuestionó, sin tomar mayor importancia.

Luhan castañeó los dientes de la rabia. ¿Era una jodida broma?

Le atravesó con una mirada fulminante y ladró enfurecido. —¡Dime cómo salvarle! — La mesa retumbó, y Luhan tuvo que enterrar sus uñas sobre la madera.