Cambio de vida

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Moonlight Bar Jazz

Su voz rozo notas cada vez más bajas y terminó la canción con un susurro atractivo. Sonrió de esa forma que le provocaba más de un pensamiento sucio a cualquiera y luego bajo de un salto, ya que estaba sentado encima de la barra.

El espectáculo había sido glorioso para los oyentes.

Los aplausos no tardaron en resonar. No era común tener a una estrella internacional cantando casualmente en un bar, un día cualquiera.

—Fantástico show. — Alagó el tipo que atendía en la barra, Jackson, dueño del lugar y un gran amigo suyo. Tenía un moño en el cuello con diseño refinado y una cadena de oro en la muñeca. —Pero, creo que pudo ser mejor. — Alegó con una sonrisita burlona, secando un vaso de vibrio con un trapo.

—Apuesto a que sí. — Le siguió el juego. —Lamentablemente no me pagas lo suficiente. — Fingió llorar con sus puños a cada lado del rostro y luego le sonrió apoyando sus codos sobre la superficie.

Había conocido a Jackson, literalmente en un basurero. Había terminado con su... ¿quinto novio? y había ido a matar las penas a un bar, pero terminó besando a la hermana del dueño y fue echado a la calle. Lo había encontrado hablando solo y haciendo barquitos de papel con todo su dinero.

No era costumbre suya auxiliar alcohólicos que tenían amigos imaginarios, pero terminó llevándolo a su casa.

Luego de ese extraño suceso, Jackson intentó muchas veces ligar con él, pero nada serio. Él chico tenía un padre que no lo soportaba en casa y le compro un establecimiento para que pueda empezar a valerse por sí mismo. ¿Y qué mejor que un Bar Jazz, para un tipo como Jackson?

—Quiero un wiski. — Pidió juntando ambas manos. —Vamos, Jackson... Por los viejos tiempos—Canturreó poniéndose en puntas para recostarse sobre la barra y tomar a su amigo de los hombros, sacudiéndolo.

— ¿Qué tan idiota me crees? — Le preguntó Jackson, aun con su sonrisa sarcástica. —No le venderé a un menor de edad. — Resaltó, y quitó las manos de su costosa camisa. —A menos que me digas que sí, a un polvo rápido en el baño.

— ¿No le vendes licor a un menor, pero si quieres follar con uno? — Acusó —En serio, estoy reconsiderando nuestra amistad. — Bufó. —Y, hablando de eso; ¿cómo sigues con Mark? — Preguntó casi sin prestar mucha atención ya que observaba el bar, buscando a alguien en específico.

Jackson preparó un trago mientras sonreía pícaro. — ¿Quién es Mark? — Preguntó de esa forma en la que indicaba que era un completo cerdo. Colocó una rodaja de limón en el contorno del vaso y se lo puso en frente con una sonrisa brillante. —Aquí tienes.

Los dos rieron juntos. —Eres un horrible. — Protestó Min, desviando la mirada interesado en la bonita copa con cuello largo. — ¿Margarita? — Preguntó acercándolo a su nariz.

Jackson negó. —Es jugo, pero los adultos creerán que es una Margarita. Disfrútala niño.

Le mostró su dedo medio. —Te odio, Jack.

—Yo más. — Canturreo, volviendo a su trabajo.

Se alejó de barra directo a la mesa de pool.

— ¿Cómo van mis puntos? — Preguntó el peli rosa, dejando su estúpido jugo con complejo de Margarita sobre el tablero de pool. Tomo un palo y se posicionó.

No se podía negar que no solo tenía una muy buena voz, la forma que su cuerpo había adoptado con el paso de los años, era como una sugerente invitación a lo que sea. Pero, eso no quitaba que seguía siendo un crio.

~My sexy maid; spies in trouble~ |EXO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora