Behind that door

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Sehun plantó ambas manos contra el piso y se impulsó hacia arriba, como si acabara de quemarse la boca, alejándose tanto como pudo.

Era imposible negar lo que acababa de ocurrir, decir que sus labios no se habían presionado una milésima de segundo, contra los labios ciruela de la idiota, sería una tontería.

Y aunque se dijera una y otra vez que iba a matarla por eso, no había espacio en su cerebro para la ira, solo un remedo de enfado.

Apoyó disgustadamente su espalda contra la pared del costado y con las mejillas rosa pálido, desvió la vista indiferente.

Lu había permanecido en el suelo, con ambas manos a los lados, las rodillas juntas y todo lo largo de sus piernas estiradas como una muñequita. Su pecho subía y bajaba con tanta fuerza que se podría comparar al tic tac del reloj, quitó la vista del techo blanco y la redirigió a la esquina en la que se había refugiado Sehun y lo observó, con la cabeza inclinada, y sus labios ligeramente separados.

Sehun bufó, corriendo la vista, incomodo.

¿Acaso planeaba quedarse en esa posición todo lo que le restaba de vida?

Luhan parpadeó lentamente y se sentó tan de repente, que incluso Sehun se asustó un poco.

Acarició sus labios con sus dedos. — ¿Esto...?

—Jamás pasó, ahora limpia este desastre. — Cortó seco, Sehun, nuevamente con su usual mirada congeladora.

Pero, Luhan no podía hacer como si jamás hubiese ocurrido. Porque, había ocurrido, y sí que lo había sentido. Porque ese había sido su anhelado primer beso.

Y había sido torpe, pero, increíble.

Sus labios quemaban en un calor extraño y potente, y luego un hormigueo, que le hacía pasar la lengua para remojarlos constantemente.

Sin contar el poderoso magnetismo que no le permitía mirar a la cara a Sehun, solo sus labios. Preguntándose cuando volvería a ocurrir otro, incluso, si se lo diera por casualidad.

Sehun se levantó irritado de tanta idiotez. Pero volvió al suelo sentado de culo, por que todo estaba cubierto de jabón. —¡Limpia esta mierda, Lu! — Gritó ahora furioso.

Luhan instantáneamente hizo un mohín, porque le había gritado. —¡No puedo detenerla! — Se justificó, arrastrándose como un gato sobre hielo. —¡No se apaga!

Sehun frunció más su ceño, como si eso fuera posible. —¿Qué le hiciste, idiota?

—No lo sé, quiere matarme. — Chilló intentado acercarse.

Sehun rechinó los dientes. —No es la única. — Vociferó.

Luhan se encogió.

Sehun viró los ojos y también gateó hasta la máquina del mal, para intentar hacer algo, o terminaría inundando el piso entero.

Sus palmas bailaron sobre el piso jabonoso y era imposible mantenerse correctamente en equilibrio. Y refunfuñó y maldijo, porque parecía un bebé, aprendiendo a gatear.

Y cuando volvió a caer de cara, escuchó la poderosa y hasta contagiosa risa de Luhan.

— ¡Deberías verte ahora! — Apuntó la chica con las mejillas rojas de tanta risa y esa bonita mueca en los ojos.

Sehun frunció el ceño, quitándose la espuma de la cara con el dorso de la mano. —No es gracioso. — Dijo serio.

Lu se agarró la panza. —Ajam, como diga El señor Claus. — Alegó como si tocara en su barbilla la extensa barba de Santa.

~My sexy maid; spies in trouble~ |EXO|Where stories live. Discover now