~My sexy maid; spies in trouble~ |EXO|

Our Tomorrow

Instituto Nacional de Seol

—No, no ha salido de su habitación. — contestó Luhan por el auricular del móvil, mirando directamente la puerta cerrada.

Chen chascó la lengua y pateó un bote de basura cerca de donde estaba: el campus.

—Mierda...— masculló. Sacó su piruleta de la boca, para hablar con más sigilo. —Luhan, si Sehun tiene una falta más en la escuela, puede ser expulsado. ¿Oíste?

—Demonios, lo sé. — Luhan se exasperó. —¿Qué propones? ¡Tumbar la maldita puerta y obligarle a superar la muerte de su madre!

Chen lo meditó un segundo.

Luhan maldijo. —No seas un idiota Chen. Intentaré hacer algo.

—Lo dejo en tus manos. Adiós.

Guardó su móvil en su bolsillo al mismo tiempo en que Minseok apareció con un emparedado de pavo en las manos.

—Ten. — le ofreció al castaño que estaba sentado sobre una piedra.

Chen observó el pequeño paquete envuelto en una bolsa de papel y luego a Xiumin, y este ni siquiera le mirada.

— ¿Es... para mí? — Preguntó estupefacto señalándose a si mismo.

—Si no lo quieres puedo tirarlo.

—¡Lo quiero, lo quiero!

Minseok tomó asiento junto a Chen y ambos permanecieron en silencio.

Un silencio muy agradable.

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Mansión Wu

"Mierda, me quedé dormido... joder."

Tam salió de su habitación dando tropezones, poniéndose los zapatos mientras caminaba. La noche anterior había chateado con Luhan hasta la maldita madrugada escuchando sus problemas maritales.

—No vuelvo a ser la maldita doctora corazón...— masculló, arreglándose la peluca.

Y ahora había despertado más que tarde, fingió una enorme sonrisa, cuando vio a Blart por el pasillo, esperó un regaño o algo por haberse quedado dormida, pero contra todo pronóstico el anciano, la ignoró y siguió con sus asuntos, que al parecer eran mucho más importantes

La pelinegra frunció el ceño, extrañada y asomó su cabeza al salón principal, que era donde se oían voces y algo de música.

Eran personas, muchas. Comiendo bocadillos y conversando.

Tam se quedó quieta un minuto detallando a cada uno de los nuevos invitados y luego caminó como un cangrejo de vuelta a su lugar inicial.

Eso no se parecía ni siquiera un poco a las fiestas habituales de Kris. De hecho había algo muy peculiar en esos invitados.

Una mano sobre su hombro le hizo pegar un salto y ponerse en guardia.

El rostro preocupado de Eun Ji le saludo.

—¿Estas bien?

Tam asintió algo ausente, aun echando un ojo a todo ese montón de gente. —¿Están celebrando algo? — preguntó apuntando con su mentón la reunión.

—¿No lo sabes? — preguntó Eunji sorprendida. —Recuerdas que la señorita Ymir se instaló hace poco en la mansión... Pues ella organizó una fiesta en su honor. Al parecer dará una noticia importante. — Cotorreó.