~My sexy maid; spies in trouble~ |EXO|

Juega conmigo

Chen abrió la puerta de su apartamento con la llave, y arrastró sus pies dentro. De alguna forma su humor había caído siete pisos al suelo. Su pecho se sentía pesado y solo quería dormir.

Pero al poner un pie dentro, un puño salvaje se encestó en su estómago haciéndolo trastabillar y encogerse sobre sí mismo arrodillándose en el piso.

—¿Qué... mierda? — jadeó adolorido.

L.joe le miró desde arriba con su pijama y unas ojeras.

—Te dije que no lo olvidaras, escoria. — masculló. Luego dio media vuelta y como cada noche se encerró en su habitación dando un portazo limpio.

Chen se abrazó así mismo sintiendo nauseas por el golpe.

—Maldito... enano. ¿De dónde carajos saca tanta fuerza alguien tan pequeño...?— Se puso de pie a tientas, caminando a su propia habitación.

Cerró la puerta con su pie, y se lanzó sobre la cama mirando fijamente el techo blanco.

Llevó su mano hacia el bolsillo de sus pantalones y sacó su móvil. La luz de la pantalla iluminó su rostro, y con un rápido movimiento de sus dedos, buscó el contacto en su registro.

Pensó un segundo que escribir y luego presionó las teclas táctiles, sin mucho tiempo más para meditarlo, envió el mensaje.

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Mansión Kim

Minseok salió de la ducha con el cabello enrolado en una toalla y una bata.

Había música sonando desde su iPad, cuando caminó hasta su cama.

Se sentía algo cansado.

Su móvil advirtió un mensaje, y Minseok estiró su mano para tomarlo.

Pizza Boy (Chen): Sé que no te importa, pero, la mujer de esta tarde era mi horrorosa tía. Buenas noches Min. (~°-°)~

Xiumin pudo haber leído ese mismo texto unas cincuenta veces, pero, mierda, en las cincuenta ocasiones, no pudo evitar sentirse feliz por esa carita del final.

Cuando sintió sus mejillas rosadas y calientes tomó una almohada y se cubrió con ella.

—¡Idiota, idiota! — Grito amortiguado por la almohada.

¿Qué tenía de especial un mensaje tan simple?

Xiumin rodó por la cama hasta quedar boca arriba, mirando su techo.

Todo el malestar de hace unas pocas horas se había disuelto tan fácilmente, que incluso le parecía ridículo.

Cerró los ojos e intentó recordar ese momento en el basurero del local de Malteadas.

¿Su tía? ¿Había malinterpretado todo?

Pero, de todas formas, a él no debía importarle.

¿Por qué le interesaba?

¿Por qué...?

—Jongdae. — susurró de pronto.

Frunció el ceño al sorprenderse así mismo diciendo ese nombre. Nunca lo había oído antes. Pero, esa mujer le había llamado así.

"Jongdae... me gusta, es un nombre interesante."

Siguió divagando en sus pensamientos contradictorios cuando la voz de su hermano en el primer piso le llamó.

—Hey, Min, Lay trajo comida China.