Limitations

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|Al día siguiente|

Mansión Wu

Sin Kris, los días en la mansión había sido una completa tortura para Tao. Y aunque sabía que debía abandonar la misión; no podía hacerlo si no hablaba con el rubio antes.

Pero, desde que había vuelto no habían dicho palabra de lo sucedido. Kris parecía no haber cambiado en lo absoluto con los demás; sonreía y era hablador, también algo arrogante, nada parecía haber cambiado, nada excepto que Tam ya no existía en el registro de memoria del alto.

Oh, sí, ¿dolía?

¡Como cientos de balas atravesando su cuerpo!

¿Cómo se suponía que hablaría con el rubio si este la ignoraba tan olímpicamente qué le dejaba un vacío tan profundo que le provocaba llorar?

Tao no era para nada así.

Él no era un quejica de la vida, nunca se había acuclillado cerca de un rincón a sujetar sus rodillas mientras lloraba, pero, mierda, esas últimas semanas sin el poste de luz egocéntrico, era lo único que sabía hacer.

Y cuando miraba su espalda alejarse, sentía un anhelo tan lejano y tan melancólico, que solo dejaba caer el brazo y volvía a su puesto.

Hoy sería un día como cualquier otro, donde solo existir era un completo reto, o eso creía hasta que Eun Bi masculló un chisme sobre su oreja.

—El amo Kris nos ha dado el día libre a todos. —Una risita cantarina desprendió de sus labios pintados de rosa y siguió. —Ha estado de muy buen humor estos días ¿no crees? —le preguntó.

Pero Tam no asimiló la buena noticia en absoluto.

Le envió una mirada pesada a Eun Bi haciendo que esta cerrara el pico casi de inmediato, y caminó a paso limpio sobre las escaleras y luego el pasillo.

"¿Estás de buen humor? Vete al infierno, estuviste ignorándome por días, desde que llegaste... Maldito te daré una paliza."

Detuvo su paso y cruzó sus brazos sobre su pecho, frente a ella el rubio miraba por el ventanal, con sus pensamientos haciendo tornados en su cabeza. Parecía muy absorto en algo, que la pelinegra no logró descubrir.

—Yo no recibí alguna noticia de un día libre. —La voz de Tao había sonado sulfurada; sentía como si no hubiera hablado todo ese tiempo sin Kris, y ahora las palabras habían arañado sus garganta. Carraspeó.

El alto ladeó la cabeza mirándola de soslayo y luego dándose vuelta examinando su presencia con ojos rígidos y distantes.

Tao parpadeó dos veces siéndose inmediatamente intimidada por esos cafés profundos que hundían lanzas en todo su cuerpo, y se sintió avergonzado de tener una falda frente a ese chico que sabía la verdad.

El pensamiento incomodo de: ¿Por qué no me ha delatado aún?; escudriñó su lógica. ¿Estaba planeando algo?

—Bueno...—Su tono grueso de voz vibrio sobre sus células y tuvo que morder su lengua para no vitorear que este le estaba halando de tú. —Alguien debe encargarse de la mansión mientras tanto. —explicó, ahora, apartando su mirada de ella y centrándolo en otra parte.

Tao sintió un ápice de felicidad pasajera; eso significaba que ambos podrían estar juntos un rato sin molestias. —Kris, tenemos que hablar, yo necesito que escu—

Kris interrumpió, cortando raudamente su frase. —Goon*—dijo señalando su pecho.

Goon; es un sufijo que denota respeto, que usan los sirvientes a sus jefes y puede ser expresado como: Amo.

~My sexy maid; spies in trouble~ |EXO|Where stories live. Discover now