The M.I.L.F. [Peterick/Frerard/Brallon/Jalex]

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Lo veía y no lo podía creer. No podía creer que el tipo que hizo a su mejor amigo la persona más odiosa del mundo y le arruinara la vida, estaba frente a él.

En ese restaurante caro que sabía más que nada que su madre debería pagar.

Estaba aburrido, sentía que se había vestido bien porque sí, que estaba ahí porque sí, en realidad prefería estar siendo torturado.

Era simplemente repugnante. Ver a su madre besar a ese hombre, agradeciendo que Patrick no fuera ni la mitad de mierda que él.

Estaba tan enojado, odiaba estar en ese lugar, aunque la comida fuera deliciosa, literalmente verlos le quitaba el apetito. Y es que su padre se quedaba corto a su lado. Ya no sabía a dónde ir, no sabía si quedarse con su madre que estaba con el rompehogares, o con su padre que pues era otro rompehogares.

—Alex, ¿sabes por qué estamos aquí esta noche?

—No lo sé... —dijo Alex jugando con su comida—. ¿Estás embarazada? —Alex comió un poco.

—Eh... pues sí...

—Qué.

Ella le dio la mano al hombre a su lado, no a Alex.

—Vas a tener un hermano... decidimos que si es niña, se llamará como yo... y si es niño... pues como no hay masculino para Isobel... se llamará Tom...

Alex dejó los cubiertos en la mesa violentamente.

—Qué dijiste.

—Alex...

—Es que no puedes. Haces eso y dejas de ser mi madre. ¡No puedes!

—Alexander.

—¡No! ¡No, mamá! ¡Me haces soportar a este drogadicto de mierda que casi mata a mi mejor amigo, porque sí, lo sé! ¡Además de que está casado! ¡Tengo que soportar muchas cosas y lo hago por ti, pero esto ya no! Ya no... —la gente se volteaba a mirar—. Sé feliz, mamá. Yo ya no... no puedo. Me voy.

Alex salió del restaurante. Estaba nublado, pero como era verano hacía calor, además era de noche.

Estaba recordando algo.

**
—Sabes que no salimos... para... lo de siempre. O sea... esta vez es diferente.

—No quiero...

—Nunca quieres —lo interrumpió—. Y nunca vas a querer porque siempre es más fácil huir de tus problemas, Alex.

—Qué quieres decirme.

—Cortarse no arregla nada... me preocupo muchísimo por ti, lo único que quiero es que estés feliz, que estés bien, pero sé que es una mentira que siempre estás bien, porque tú jamás estuviste bien.

—Claro que estoy bien. Mira, respiro, me muevo... sobreviví a un derrame cerebral, sobrevivo...

—No, Alex. Yo sé que no estás bien ni física ni psicológicamente. Que te hagas daño empeora todo.

Mientras Jack hablaba, Alex miraba el menú.

—Estoy bien, Jack. Esto es solo una forma que tengo de sentir, como Patrick cuando se saca el pelo.

—No lo metas, esto es bien diferente. No solo te cortas las muñecas. Son los brazos, las piernas, los hombros... no puedo tocarte porque te duele, ¿crees que eso es estar bien? Alex, eso no es sano.

—Deja de decidir por mí. No me pasa nada, Jack. Está bien, no lo haré más. ¿Era lo que querías escuchar?

—No. yo no quiero escuchar nada, Lex. Yo necesito que... tú en realidad lo hagas.