9

1.3K 206 646
                                    

—¡Repite eso! —Gerard le dio un golpe—. ¡Que no se te ocurra volver a hablar así de mi hermano!

—¡L-lo siento...!

—Cállate. —Gerard le dio otro golpe.

—¡Ah!

El pelirrojo escuchó un ruido y miró de dónde venía. Ahí vio a Frank caminando, algo sospechoso porque estaba tras las gradas de la cancha.

Hicieron contacto visual unos segundos y Frank se fue. Gerard miró a quien golpeaba y lo soltó.

—Ya vete. —se fue por el camino a donde había ido Frank.

Llegó a un lugar que no conocía, donde antes habían salas pero ahora estaba abandonado.

—¡Hey, amigo(?)! ¿Qué estás haciendo?

Frank lo miró de arriba a abajo.

—Primero, no soy tu amigo. Segundo, quién eres tú. Y tercero, qué te importa.

Gerard se lo quedó viendo un rato mientras Frank encendía un cigarrillo.

—Buena respuesta. ¿Me das uno?

—No. están caros y son difíciles de conseguir si eres menor.

—Pues me deberás dar si no quieres que le diga al director que vienes a fumar aquí.

—Hazlo —se encogió de hombros—. Me da igual. Odio este instituto, que me expulsen sería lo mejor que me pueda pasar. Además, disfrutaría viendo como una gorda llorona le va a decir al director que vio a un chico fumando en las salas abandonadas.

—¿De verdad no sabes quién soy yo? —dijo Gerard acercándose—. Todos en el instituto me temen.

—Al parecer no todos. —dijo Frank mirándolo de arriba a abajo otra vez.

—Pues ahora todos lo harán...

—Tengo un cigarrillo encendido en mi mano y un encendedor en el bolsillo —Frank comenzó a acercarse—. ¿Crees que tú das miedo? ¿Crees que eres un chico malo? Solo eres un llorón, pura imagen. Deberías ver tu expresión ahora mismo, estoy seguro que te estás meando en los pantalones ahora mismo —Frank bajó la vista—. Lo que pensaba.

Frank se marchó sin decir nada más y Gerard miró abajo para verificar si se había orinado o no. No lo hizo, pero ahora sí tenía ganas.

—Qué se cree ese idiota... definitivamente soy más malo que él.

Gerard fue al baño con toda esa rabia acumulada y escuchó sonar la campana. Salió y caminó hasta su clase, en el camino haciendo contacto visual con Pete. Los dos se miraron feo como dos perros en la calle.

—Pete, hey, ¿entonces?

—Qué.

—¿Irás al entrenamiento hoy?

—Ah, sí, sí. Claro.

—¿Qué pasa?

—No, nada. Me voy a clases.

—Okay... nos vemos al almuerzo.

—Sí.

Pete se fue a su salón. Le tocaba geometría, así que no prestó demasiada atención, solo se dedicó a resolver los teoremas de Pitágoras y Euclides. No era nada difícil para él, de hecho, era hasta divertido.

Cuando terminó las páginas, se dedicó a dibujar en su cuaderno. Pete sabía dibujar bien ya que se manejaba muy bien con eso de las proporciones y figura humana, era pura matemática y figuras.

The M.I.L.F.  [Peterick/Frerard/Brallon/Jalex]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora