The M.I.L.F. [Peterick/Frerard/Brallon/Jalex]

78

—Tengo que hablar contigo, Jack.

—Oh, no... no, no, por favor...

—Ya no seas tan pinche dramático, es algo bueno.

—Oh. Prosigue.

—Te hice caso... —Alex rodó los ojos—. El viernes de la próxima semana tengo hora al doctor.

—Pero deberías ir de urgencia...

—¡Algo es algo!

—Está bien, está bien. Gracias, Alex...

—Mh... yo ya me voy a mi clase...

—Bueno... Oye, ¿no tienes calor? Está un poco caluroso como para andar con la chaqueta del equipo.

—No, para nada.

—Bueno. Nos vemos... —Jack leyó lo que decía en su chaqueta—. Gaskarth.

—Nos vemos —Alex hizo lo mismo—, Barakat. ¿Vas al entrenamiento?

—Sí.

Jack le dio un beso y lo abrazó fuerte.

—Te veo ahí entonces.

—Sí, mi Mariscal de campo.

Alex se rió negando con la cabeza y se fue.

—Hey, Alex. ¿Cómo estás de tu cabeza? —le preguntó Patrick cuando Alex se sentó a su lado.

—Mh... no sé. Pero les hice caso... a Jack y a ti... voy al doctor el otro viernes.

—Ah... qué bueno... me habías preocupado.

—Mh... ya.

—¿Qué harás en la tarde?

—Tengo entrenamiento y luego voy a cenar a la casa de Jack...

—Ah... bueno.

No se habló más ya que la clase había empezado. Fue lenta y casi nadie prestó atención por ser la última hora.

Al sonar la campana, Patrick fue a su casillero a matar el tiempo, esperando a que algo pasara, ya de todos modos lo sabía.

—Hola, Patrick...

—Hola...

—¿Estás ocupado hoy?

—No.

—¿Quieres que te invite un helado?

—¿Como podría negarme a un helado gratis? —sonrío Patrick.

Frank le devolvió la sonrisa.

—Perfecto. Vamos.

Salieron del instituto y caminaron a un puesto de helados del McDonald's. Patrick se pidió un McFlurry de Oreo y Frank uno de M&M, que se comieron camino a sus casas.

—¿Qué paso que hoy aceptaste?

—Nada... es que ya hace tiempo te-tenía ganas... de un helado.

—Ya veo... sabes, yo también traía unas ganas... de helado...

—Hace mucho calor últimamente.

—Mh... sí. Hey, tienes helado ahí...

—¿Dónde?

—Ahí...

Frank besó a Patrick. Él le puso una mano en la cabeza en seguida y Frank le puso un mano en el culo. Ya ni siquiera se quería molestar en hacerse el difícil. Cada segundo pasaba la imagen de Mikey con Pete, y era asqueroso, y doloroso...