The M.I.L.F. [Peterick/Frerard/Brallon/Jalex]

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Brendon:

Ojalá hubieras venido

Casi nadie m habla, qué paja

Dallon:

Sad

Cuando vuelvas ya sabes lo que te espera

Brendon:

Lo sé

Men Vic Joe y Kellin son como los únicos que me hablan

Con suerte así

Dallon:

Qué raro xd

Bueno idk

Brendon:

Ya chao estoy en la b

Me voy a morir

Brendon dejó su celular sin revisar la respuesta y hundió la cara en su almohada. Le había tocado con la gente que tenía un lugar de sobra y se compadecieron de Brendon, o sea Ray y Joe, únicamente porque había hablado con el en el avión.

Esta vez no tenía a nadie a quien contarle sus problemas, porque el problema principal era que se sentía solo. Sabía que en parte se lo merecía, pero había llegado al fondo. Se había caído a un hoyo y no sabía escalar.

Se sentía horriblemente solo y no tenía a quién contárselo o con quién contar.

Le dolía la cabeza tanto pensar, estaba de mal humor, se sentía mal, extraña a su mejor amigo, extrañaba a sus padres... extrañaba su vida antes de que la arruinara, extrañaba el momento en el que se consideró feliz.

No sabía si era normal esa sensación de ahogo, como si literalmente estuviera al fondo de una piscina. Tal vez era el asma, pero lo asociaba con su sentimiento de querer matarse.

Salió a dar una vuelta por el hotel, en realidad ya estaba listo. Ese día irían a la playa en bicicleta, así que antes de salir, llenó una botella de agua y la puso en su mochila.

Bajó al lobby y se sentó en un sofá. Vio que Sarah iba caminando sola al baño de recepción y se le caía su teléfono al suelo. Al perecer ella no se dio cuenta y entró al baño, a lo que Brendon se levanta y lo va a recoger.

Sarah salió del baño y lo vio con su celular en la mano.

—¿Qué haces con eso?

—Toma, se te cayó.

Brendon se dio media vuelta para irse.

—Oh, gracias.

—De nada.

—¿Quieres robar comida de la cafetería?

—¿De verdad?

—Sí, tengo hambre.

Brendon se encogió de hombros y se fue a la cafetería con Sarah. No había nadie cuidando, así que comenzaron a comer lo que había sobre la mesa.

Por la otra puerta, apareció una tipa que los miró con sus ojos saltones. Ambos salieron corriendo cuando les empezó a gritar.

—¿Alcanzaste a agarrar algo? —se rió Sarah.

—Pastel. —Brendon le mostró el plato con el pedazo.

—Genial.

Llamaron a que debían subirse al bus para el lugar de las bicicletas. Sarah le quitó el plato y se fue al bus. Brendon no expresó alguna objeción al respecto y fue al bus también.