El problema comenzó cuando me miró, su mirada se clavó en mí, acorralándome por completo sin escapatoria.

—Lo siento —digo temblando— yo, yo no tenía la intención de despertarte, pasaba por aquí, pero... ya me voy, nuevamente pido una disculpa.

Él me mira confundido, claro, no entiende lo que digo, no tiene caso que le diera explicaciones si de todas maneras no me entendía. Sin más que decir, intenté levantarme y recuperar el equilibrio.

—¿De Londres? —dice el chico

Lo miré sorprendida.

—¿Eh? Pues... sí ¿Cómo lo...?

—Tú acento

Permanecí callada hasta qué mi cerebro procesó la información, de alguna manera me emocioné de que al fin alguien me entendiera.

—¿Puedes entenderme perfectamente? Llevo todo el día tratando de hablar con los demás, pero...

—Sé hablar inglés...

Respondía de una manera fría, como si quisiera decir "daaa, tonta", a pesar de que no me gustara que contestara así, decidí seguir con la conversación. No podía perder la oportunidad de hablar con alguien que si me entendiera.

—Ya veo, oye, cuando estabas dormido, dijiste algo... ¿Ko...tik? Sí, eso, ¿Qué significa?

Frunce el ceño, mirándome de una manera fría.

—Gatito

¿Gatito? ¿En serio me confundió con un gatito?

—Ah... —sonreí incómoda —¿Puedo hacerte una pregunta?

—Ya la hiciste—dice serio

Bien, si era frío y grosero, pero aun así no debía darme por vencida.

—¿Sabes en dónde se encuentra una tal, Eveshka Lorak?

—¿Por qué?

—Dijeron que debo ir con ella

—Tu prioridad debería ser ir a tu primera clase—comenzó a acomodarse el cabello y sacudirse los pequeños pétalos que cayeron en sus hombros

—¿Dónde es eso?

—En el segundo edificio, segundo piso, primer salón a la izquierda

Ya sentía un alivio, pero había algo que no cuadraba quiero decir, ¿Cómo sabía que tenía una primera clase en esa aula? Tuve el atrevimiento de hacerle otra pregunta.

—Entonces, ¿Eres de mi clase?

—Había escuchado rumores de una nueva alumna en nuestro salón y...—me mira de reojo mientras se acomoda las mangas— a juzgar por tu inseguridad y tu aspecto torpe puedo imaginarme que eres tú, así que... sí... ¿algo más? Detesto que interrumpan mis siestas

—¿Torpe? ¿Me acabas de llamar torpe?

—¿Qué termino prefieres? Hay muchos sinónimos, tienes de dónde escoger

—Eres un... grosero, así no le dices a alguien que recién conoces

—¿Y bien? ¿Qué tanto me miras? ¿Te gusto o qué?

—¿Disculpa?

—Lo siento, no tengo intención de tratar contigo

A ver ¿qué? ¡Cuánta soberbia! ¿cómo que gustarme? O sea, tiene buen físico y no niego que es atractivo, pero JA, JA, ¿Gustarme? Mi última pregunta es para saber la identidad de este cretino.

—¿Cómo te llamas?

—¿Cómo te llamas tú?

—Yo pregunté primero

—Yo pregunté después

—Eso no tiene sentido —digo molesta

—Esa es la idea

—Sabes, si no quieres decirme tu nombre, está bien, de todas maneras, gracias por ayudarme con mis dudas —me levanté y me di la vuelta para dirigirme al salón.

Qué chico más extraño, una mezcla de seriedad y al mismo tiempo molestia, no importaba realmente porque no creo que sea necesario encontrármelo en un futuro, suficiente la actitud que me demostró como para volver a hablarle. Iba tan perdida en mis pensamientos respecto a lo que había pasado que choqué con otro chico.

—Lo siento —levanté la mirada, el chico era pelirrojo, de ojos azules como zafiros, no le di tiempo de decir nada ya que seguí con mi camino, de igual manera me miró confundido. Seguro no entendió, pero ya me daba igual, solo quería llegar a tiempo.

Amor en notas musicales (#1 Saga Amor entre acordes) EDITANDOWhere stories live. Discover now