- No, no hice nada, lo único bueno que Anne pudo hacer por nuestra hija es dejarla conmigo... - Sus ojos brillaron al instante que miró a su bebé. - Se la dejó a mamá en la mañana, cuando yo estaba en el colegio.

- Creo que es preciosa...

- Se parece más a mi que a esa perra...

- Robert...

- Lo siento, pero es lo que es, tu deberías pensar así también.

- Era mi mejor amiga.

- Tal vez tu lo considerabas así... Porque te aseguro que no...

Miré al suelo... Y él tomó mis manos.

- Lo siento. - Besó mi frente. - Voy a ser un buen padre... - Una lágrima rodó por su mejilla. - Cómo Ithan lo ha sido para ti... Haré que mi hija sea tan buena y pura como tú...

- Robert...

- Aunque ella también va a crecer sin una madre... - Lo miré, sé que nada de lo que dice, lo dice con intención de herirme, pero... Duele... Sé por lo que pasé... ¿Acaso ya no es mucho el tener que vivirlo y recordarlo a diario?

- ¿Cómo se llama? - Limpié las lágrimas que sin querer había dejado caer. 

- Aún no lo se.

- Isabella...

- ¿En serio?

- Si, eso decía en la carta.

- ¿Carta?

- Te dejaría leerla, pero, acabo de quemarla. - Me miró tranquilo, como si fuera el remate de un chiste.

El pecho de la pequeña subía y bajaba conforme su respiración se agitaba, hasta que al fin, estornudó. Se despertó asustada y comenzó a llorar, Robert la tomó en brazos, y la cargó, como si fuera algo tan delicado, que solo con soplarle podría romperse.

Saqué mi celular, y sin poder evitarlo, le tomé una foto, la pequeña parecía haberlo notado, es más, parecía que le gustaba porque comenzó a sonreír y mover sus manos, emocionada.

- Robert... Es... Encantadora...

- Lo sé, es mi niña... - Le dio un beso en la frente. - Yo nunca te dejaré mi amor... Eres mía. - Le besó la mejilla. - Mía, mi pequeña. - Unió su frente junto a la de ella y ella le tocó la nariz y la frente, sus manos tan pequeñas, y sus enormes ojos...

La niñita llorando en los brazos de su padre en una fiesta de cumpleaños pasada... Se pasó por mi mente y acaricié la cabeza de la pequeña. Esta pequeña iba a vivir lo mismo que yo... pero ahora está con la persona que realmente la quiere.

- Tendré una entrevista con un equipo de Fútbol Americano.

- ¿En serio?

- Le daré una buena vida... - Le hizo cosquillas y esta, mostró sus encías sin dientes aún, estaba básicamente, recién nacida.

- Si es que no tienes tiempo, o necesitas a alguien, Robert yo puedo cuidarla...

Robert armaba un escándalo cada vez que algo sucedía con la pequeña, ya sea bueno o malo, si lloraba volteaba la casa patas arriba si reía, hacía hasta lo imposible porque siga riendo, y cuando intentaba caminar, ahí estaba él poniéndola nerviosa, con la cámara para grabar sus primeros pasos, todo, absolutamente todo... en apenas cuatro meses con ella... El día en que ella llegó, realmente, le arregló la vida...

(...)

Con Andy no nos habíamos visto en mucho tiempo, él había vuelto a salir de viaje, y yo estaba ayudando a Robert a cuidar a Isa. Papá se divorció de la madre de Alexey, al parecer, las cosas no iban bien, pero, habían quedado como buenos amigos. Se mudó, aún no conozco su nueva casa. Mamá envía dinero por correo a diario, Kyle me buscó y se disculpó conmigo, pero, no ha vuelto con Cassie, ni tiene pensado hacerlo... Y de ella, ni hablar, ni siquiera la he visto.

- Cuidado. - Me empujó levemente Ryan.

- Si pude ver la piedra. - Me quejé divertida.

- Pudiste haber muerto... Yo te salvé la vida. - Reclamó en broma y ambos reímos.

Caminábamos descalzos por el bosque, desde hace una media hora.

- ¿Andrew ya volvió? - Preguntó una vez que nos habíamos sentado a preparar el pequeño picnic.

A pesar de que sólo lo conocía por cuatro meses y medio, se había vuelto un buen amigo para mi, incluso sabía todo, absolutamente todo.

- No, ni siquiera ha dado señales de vida. - Destapé la botella de soda que habíamos traído.

- No debe ser nada. - Se metió una uva a la boca. - Ya volverá.

- Eso supongo. - Sonreí, realmente lo extrañaba, pero, quedarme en cama, comiendo helado no ayudaría en nada.

- Hoy te traje algo nuevo. - Me entregó el libro y sonreí. 

- Debes dejar esta manía. - De título "Brida" Paulo Coelho. 

- Mientras sea yo quien desee hacerlo, no le veo problema alguno.

- Sólo porque trabajes en esa librería, no significa que debas hacer nada.

- Tal vez... - De pronto se inclinó, y recostó su cabeza sobre mis piernas, cerrando sus ojos.

- Ryan...

- Estoy muy cansado... - Abrió sus ojos y pasó su mano por mi mejilla. - Déjame descansar un rato...

(...)

- Gracias por traerme...

- No te preocupes... - Mi celular vibró en mi bolsillo y lo saqué. - ¿Te parece si mañana vamos al cine? Hay una película que...

Se quedó callado al verme el rostro.

- ¿Qué sucede? - Le tendí mi celular y él lo tomó, en la pantalla se veía a Andrew junto a Merry, con un mensaje arriba.

"Adivina quién parece no querer volver ;) " 

- A.

- Es de Adrianna...

- ¿Ese es Andrew? - Estaban en un restaurante, cenando, demasiado juntos, demasiado pegados, demasiado bien, demasiado todo.

Mis manos estaban rojas y las venas en ella comenzaban a brotarse, estaba haciendo puños y comenzaba a doler, pero...  Duele más que me mienta... Y ya ni siquiera hable conmigo.

Ni un mensaje, ni una llamada, ni un maldito recado con alguien, ¿Qué tan difícil es levantar el teléfono y hablarme?

- No creo que quieras estar sola ahora mismo Hayden.

- Yo tampoco. - Dije con un hilo de voz y esta, se quebró.

Me abrazó y besó mi frente. Arrancó el auto y comenzó a conducir, ¿A dónde? No lo sé, tampoco me importa... Me acomodé en mi asiento, haciéndome un ovillo, Ryan no dejaba de mirarme, lo cual me preocupaba porque podríamos chocar.

- Todo estará bien, ¿Si? - Levantó mi celular y lo apagó. - Lo que menos necesitas ahora, es esto...


Señorita Inocencia [Andy Biersack y tu] (EDITANDO).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora