- Robert. - Lo llamé, estaba parado junto a la puerta de mi casa.
- Eres increíble. - Me dijo, estaba molesto.
- Robert, lo siento, yo...
- No, no, no digas nada. ¿Tienes idea de cuánto tiempo te esperé? Hayden, últimamente me tratas como si fuera un extraño. - Está a la defensiva. - Sólo dime que ya no tienes tiempo para mi.
- Robert, no digas tonterías, eres mi mejor... - Me interrumpió.
- Hueles a perfume de hombre.
- ¿Q-Qué? - Tartamudeé.
- ¿Con quién estabas? - Preguntó en un hilo de voz. Estaba visiblemente molesto, pero sus ojos estaban cristalinos.
- Robert, eso no es cierto, no huelo a nada.
- ¿Qué demonios hace él aquí? - Exclamó enfurecido, su semblante definitivamente ya no era el mismo después de ver a Andy arrimado a su auto, encendiendo un cigarrillo.
¿Él fuma? Sacudí la cabeza.
Un problema a la vez.
- Robert. - Le llamé.
- ¡Maldición! ¡Hayden, eres una tonta! - Se pasó ambas manos por sus castaños rizos.
- Hey. - Me tomó desprevenida, nunca en su vida me había insultado. - Ten cuidado con lo que dices. - No sé como reaccionar.
- Creí que tenías algo de cerebro, creí que te conocía. - Soltó con lágrimas en los ojos.
- ¡Ya basta! - Le grité, sin saber porque ahora me atacaba.
- ¡No lo entiendes! ¡Yo soy quien ha estado contigo todos estos años! - Empezó a caminar como una fiera enjaulada. - ¡Cuando tu padre las abandonó! ¡Cuando supiste que eras producto de una violación! ¡Cuándo te golpearon en la secundaria! - Sollozó. - En cada maldito problema estuve yo, ¡Siempre fui yo! ¡No él! - Le señaló.
Mis manos estaban enrojecidas por la fuerza que ejercía al tenerlas cerradas en puños, mis lágrimas comenzaron a derramarse. Estoy segura de que casi pude escuchar como todo dentro de mi se derrumbaba. Él acababa de clavarme un cuchillo.
- ¿Nada de eso importa? - No fui capaz de mirarlo a la cara por todo lo que me había soltado, por lo fácil que era para él tratarme de esta manera. - ¡Di algo! - Gritó.
- ¿Por qué haces esto? - Respondí con esfuerzo, tratando de liberar el nudo que se había formado en mi garganta.
- ¡Porque yo te amaba! - Me gritó. - Hayden, yo te amaba. - Hizo una pausa y miró al suelo, tocando con su mano su frente. - Te amo. - Subió su capucha y la tela le cubrió los ojos.
¿Qué? ¿Escuché bien?
- Robert, no. Espera. - Lo tomé por su brazo para evitar que se fuera. - Hablemos.
- No, Hayden, suéltame. - Intentó soltarse de mi agarre, pero no lo dejé.
- Robert, por favor. - Rogué con lágrimas en los ojos. - No hagas esto, tú y yo somos...
- ¿Qué? ¡¿Somos qué?! - Se volteó hacia mi, frente a frente. - ¿Mejores amigos? - Se rio con ironía.
Me tapé el rostro con ambas manos.
- Por favor. - Volví a rogar.
- Hayden, entiéndeme. - Me tomó por las mejillas. - ¿Estás con ese tipo? - Su voz no dejaba de sonar amarga.
- Déjame explicarte. - Hizo una mueca y sollozó.
- No quiero que me expliques nada. Cuando ese tipo te haya roto el corazón te darás cuenta de que no debiste elegirlo a él, sino a mi. ¿No te das cuenta que lo único que quiere es...? - Lo miré. - Adiós, Hayden.
YOU ARE READING
Señorita Inocencia [Andy Biersack y tu] (EDITANDO).
Fanfiction- Hunter... Hayden Hunter... - ¿Eh? ¿Si? - ¿Podría explicarme por qué se sonrojó cuando dije su nombre? - E-es es calor.. Si, eso es. - No lo creo. Señorita Hayden, ahora mismo estamos en Otoño, todos temblamos de frío. - Me maquillé de más. - Usted...