Triunfo

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- ¡Si! ¡Si! - Gritó junto a mi Chloe, cuando el equipo marcó el último gol de campo, convirtiéndonos en campeones.

Las animadoras comenzaron a hacer una coreografía pre-establecida, Cassie se posicionó al frente y gritó con todas las fuerzas que pudo.

- ¡Ganamos Guerreros! - Saltó al igual que todas las animadoras y la gente en las escaleras las siguió, yo estaba sentada junto con Jack a mi lado, quien me miró riendo.

- No se tú, pero es la primera vez que me dan ganas de levantarme y gritar. - Se puso de pie y gritó y silbó junto con todas las personas presentes. - Vamos Hayden, sólo hay una vida. 

Básicamente tenía razón. 

Me puse de pie junto a él y comencé a saltar mientras gritaba, colocando mis manos a los lados de mi boca.

Me sonrió, mostrándome dos filas de dientes blancos, perfectamente ubicados.

- ¡Ganamos! ¡Ganamos! - Nicky me abrazó gritando, ambas saltamos como si no hubiera un mañana.

Volteé discretamente y vi a Jack sonriendo inmensamente, a pesar de que hace un rato me había parecido demasiado serio aunque carismático, ahora parecía ser el chico más feliz del mundo.

Me abrazó y me levantó un poco del suelo mientras ninguno paraba de gritar y festejar. De pronto, entre los jugadores que hacían bailes graciosos celebrando y las animadoras que no paraban de saltar y bailar, vi a Rob, quien iba cabizbajo buscando algo entre la multitud, y lo encontró, a mi.

Sonrió de una manera falsa, es la única palabra que lo describe completamente, aunque sus ojos parecía se iban a salir de sus cuencas de lo abiertos que estaban al ver mi nueva imagen, mi sonrisa se borró al instante e intenté ir en su búsqueda, pero Ashley me detuvo.

- ¿A dónde vas cariño? Ellos deben ir a las duchas primero, nos encontraremos con ellos en la fiesta. Es más, ya hay que irnos. - Sonrió y cuando me volteé choqué contra su esbelto y alto cuerpo.

- ¿Irás a la fiesta,Torrance? - Dije recordando su broma de hace un rato.

- ¿Irás tu, Cazadora?

-Ja ja, muy gracioso, ahora sé que sabes inglés. Mi apellido no es un chiste. - Hunter (Cazador).

- Hablo enserio. - Rió, una risa suave y ronca que retumbó en mis oídos. - ¿Irás?

- No lo sé, mis experiencias con fiestas son malas, contando con que a las que he ido no me he quedado por más de diez minutos.

- ¿Enserio?

- Si. - Asentí con mis labios formando una delgada línea.

- Pues bueno, hay que mejorar esas expectativas.

- ¿Irás? - Sonreí.

- ¿Iremos? - Retiró un mechón de cabello de mi rostro y lo colocó tras mi oreja. El frío que sentía por un momento se me olvidó y mis mejillas tomaron un tono rosa, por lo que él sonrió.

- Claro que si.

(...)

- ¡Le ganamos a los Jaguares! - Entró en la casa el equipo y comenzaron a gritar.

- Espero escuchar los gruñidos de James. - Me dijo Nicky, con una sonrisa perversa en la cara y se dirigió hacia él, uno de los chicos que vino a sentarse en mi mesa cuando los conocí a todos ellos en el almuerzo.

Él la correspondió sonriéndole y enseguida comenzaron a coquetear, bien por ella, supongo.

- ¿Quieres un trago? - Negué con la cabeza.

- Yo no bebo. 

- No, ni yo, que asco, es horrible. - Me miró a los ojos mientras adoptaba un gesto de seriedad. - Es broma, a mi me gusta, pero puedo conseguirte otra cosa para ti. - Sonrió.

- Creo que Cassie trajo limonada y jugo de Naranja, iré por él. 

- No, no te preocupes. - Hizo que me siente en uno de los sillones vacíos que poco a poco comenzaban a llenarse de gente. - Ya regreso.

Esperé y miré a todo el mundo, los chicos llevaban sus chaquetas características del equipo, blancas las mangas y azul lo demás, con un guerrero espartano sosteniendo vehemente un balón de fútbol americano en el lado izquierdo de la misma, sobre el corazón.

- Colega. - Despeinó mi cabello y se rió. - Que cambio te han hecho, te favorece mucho ese delineador.

- ¿Dices que me veo mejor con maquillaje? - Arqueé una ceja.

- No. - Se veía asustado y entonces sonreí, supo entonces que se trataba de una broma. - No dije eso, nunca lo dije, sólo que eres muy linda sin maquillaje y ahora también luces linda.

- ¿No tengo diferencia alguna?

- No. - Sonrió. - Eres guapa, deberías estar orgullosa. - Lo miré y él ahora miraba su vaso con cerveza hasta el tope. - Oh, cierto, ¿Has visto a Cassie?

- Si, claro, ella subió a su habitación a cambiarse.

- Gracias. - Se frotó las manos y dio unos pasos, hasta que lo llamé y él se detuvo.

- No deberías entrar, ella podría estar desnuda.

- ¿Y? - Dijo él como si fuera la cosa más normal del mundo.

- ¡Descarado! - Él negó divertido con la cabeza y se marchó escaleras arriba.

- ¿Era tu amigo? - Me ofreció un vaso rojo de plástico, bebí y sentí como me mojaba la garganta de manera refrescante después de haber gritado tanto, una deliciosa limonada. - Kyle, ¿Verdad?

- Gracias. Supongo que si, acabo de conocerlo, no sé realmente mucho del tema de tener muchos amigos.

- Eres de las mías. - Llevó su vaso hacia sus labios y dio dos largos tragos.

- ¿Por qué?

- En cada familia hay una oveja negra y bueno, la menor tuvo que ser la sociable caprichosa de cara bonita, pero yo, el mayor, salí necio, rebelde y algo manipulador. - Me guiñó un ojo.

- ¿Enserio? Amber no se parece en nada a ti, sólo en apariencia, en que ambos son rubios y tienen los ojos verdes.

- Si, tengo la teoría de que cuando nació la cambiaron en el hospital, pero... - Hizo una mueca con la boca y ambos reímos. - No te aseguro nada.

- Debes quererla mucho.

- La cambiaría por un cachorro... - Hizo una pausa y me miró como si le hubiera faltado una pregunta en un examen. - Sano, un cachorro sano, porque como te dije, ella es como un cachorro rabioso. - Le dio otro trago a su bebida y yo reí.

- Pero aún así es tu hermana.

- Lo sé, y aunque me pese, llevamos la misma sangre y la amo. - Sonrió.

- Yo soy hija única.

- Presumida. - Me sacó la lengua y escondió la boca detrás de su vaso, reí de nuevo y llevé el vaso a mis labios.

La música subía cada vez más de volumen y la gente iba cada vez más borracha, incluso estaban fumado dentro, lo que causaba que me maree, tanto que no supe en que momento de la noche Jack se retiró para poder ir por otro trago, pero ahora junto a mi estaba Robert, quien tampoco supe en que momento llegó.

- Ganaste. - Dije, mirando mi vaso vacío.

- Lo sé. - Esbozó una media sonrisa.

- ¿Por qué no estás feliz, Robert? - Tomé su mano y la apreté, él me miró con los ojos llorosos.

- Ha sido un día de mierda. - Sonrió con amargura y supe que este hombre estaba cargando con un gran peso sobre los hombros.

- ¿Qué ha pasado? - Lo miré directamente a los ojos mientras acariciaba su espalda.

Me miró, con la boca abierta, dispuesto a hablar, pero sus palabras se quedaron en su boca a causa de que se había arrepentido, entonces se pasó la mano por los ojos y se fregó el puente de la nariz.

- Te aseguro... - Una lágrima rodó por su mejilla. - ... Te aseguro que me odiarás si te lo cuento.

Señorita Inocencia [Andy Biersack y tu] (EDITANDO).Where stories live. Discover now