Capítulo XLVIII : El Regreso de BelleStarmon

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Otra DigiMemory envuelta en una esfera de luz.

Kira intentó correr hacia ese punto, sin contar con que los tentáculos no la dejarían seguir avanzando. Ni bien dio el primer paso en esa dirección, una gigantesca zanja se abrió para separar a la chica de su compañero. La DigiMemory flotó hasta quedar en el centro del gigantesco abismo. Kira esbozó una sonrisa de determinación.

—Fantástico —dijo la chica—. Parece que alguien quiere jugar con nosotros.

A algunos ojos de distancia, había una pareja de humanos que corrían a toda velocidad para escapar de una plaga de ToyAgumon que los perseguían sin piedad. Supieron que era imposible dialogar con ellos cuando observaron los ojos rojos y opacos de cada uno de sus enemigos. Seguramente no tenían idea de que eran los más afortunados, dadas las circunstancias en las que sus otros amigos se encontraban. Sin embargo, eso no era una razón suficiente para dejar de correr por sus vidas. Ambos se sentían incapaces de dañar a sus enemigos, pues sus corazones no estaban del todo corrompidos. A pesar de saber a quién le entregaban sus lealtades, ambos estaban totalmente indispuestos a usar la fuerza bruta en contra de cualquiera que no fuese un verdadero enemigo. O, al menos, eso era lo que pensaban hasta que el misil de fuego pasó entre ellos. Airu gritó con voz aguda, sintiendo cómo Yuu la colocaba frente a él para correr en fila india.

Lograron ocultarse detrás de una roca gigantesca, misma que comenzó a calentarse al recibir los impactos de los misiles de fuego, sin destruirse.

Agitado, Yuu tomó su Xros Loader. Airu tomó el arma que Lelouch le hizo tomar en el refugio de Lambda, demostrando su inexperiencia y su repentino ataque de nervios. Aterrorizado, Yuu tuvo que tomar la mano de la chica para guiar el cañón en dirección contraria.

— ¡No me dispares! —exclamó Yuu.

— ¡No iba a hacerlo! —se defendió ella.

— ¡Pues apunta hacia otro lado! —insistió él.

Una nueva ráfaga de misiles de fuego volaron hacia la roca, haciendo que Airu se acercara un tanto más a Yuu. El chico, instintivamente, la protegió rodeando sus hombros con un brazo.

— ¡Tenemos que salir de aquí-dame! —Dijo Damemon—. ¡Yuu, tengo que Digievolucionar-dame!

El aludido asintió. Dejó a Airu atrás y se levantó, exclamando:

— ¡Damemon, Chou Shinka!

— ¡Chou Shinka... Tswarmon!

Ni bien se hubo materializado, Tswarmon atacó con una Digi-Ninpou para bloquear el camino de sus enemigos. Decidido, Yuu corrió hacia el campo de batalla, no sin antes decir a la chica rubia:

—Espera aquí. ¡No salgas hasta que yo lo ordene!

La chica obedeció, aferrando su arma con más fuerza y sólo sintiendo cómo la roca volvía a calentarse.

Yuu logró cubrirse de los misiles de fuego gracias a su velocidad. Pudo situarse a un lado de la comitiva de enemigos, que en ese momento se preguntaban cómo era que sus ataques habían dado sólo en el pecho de un muñeco de paja.

— ¡Ahora, Tswarmon!

Con sus hilos electrificados, Tswarmon reunió a todos los ToyAgumon y consiguió inmovilizarlos. Fue necesario usar otro muñeco de paja para poder esquivar la siguiente ráfaga de fuego enemigo. Saltó para observar la congregación de enemigos desde los aires, y comenzó a girar sobre sí mismo para caer en picada, convertido en un torbellino que lanzó lejos a cada ToyAgumon que intentó detenerlo. Tras un par de minutos, Tswarmon se detuvo. Respiró profundamente y vio a Yuu correr hacia él. La felicidad era palpable, estando ante una batalla ganada sin derramar una gota de sangre.

Nene de la RebeliónWhere stories live. Discover now