The M.I.L.F. [Peterick/Frerard/Brallon/Jalex]

42

—Caca. Evalúan también el desarrollo.

—Anda al puto examen.

—Si me das un premio.

—Ándate a la mierda, es tu responsabilidad, me da igual si repites o no, solo que pienso que a ti no te daría lo mismo.

—Te odio.

—No es cierto.

—¿Qué vas a hacer en la tarde?

—Voy a tu casa.

—Ah ya.

La campana sonó.

—Ve a ese examen. —Frank extendió la mano para dársela a Gerard.

—Ya, bueno.

—Okay. Ya, nos vemos en el almuerzo.

—Ya.

Gerard entró a la clase de matemáticas y se sentó al lado de Andy para ver si le podía copiar.

Igual miró un poco, pero le dio miedo que lo descubrieran aunque se haya sentado tras Ray, que su pelo lo tapaba, además andaba con una calculadora bajo el asiento.

Se a acabó el examen, Gerard puso "AMÉN" en la parte del final. Salió a almorzar a las salas abandonadas, ahí siempre almorzaba solo con Frank.

—¿Y como estuvo el examen?

—Nah, le copié a Andy y usé calculadora. Espero al menos tener un 6.

—Dios. Bueno, para la otra pon atención a las introducciones de la materia.

—Como sea. No quiero entrar a la siguiente clase.

—¿Qué tienes?

—Orientación.

—Ah, verdad que todos tenemos eso. Bueno, vayámonos entonces.

—¿Sí?

—Sí, encuentro que eso es inútil y lo ponen solo de relleno.

—Es cierto. Vamos.

Ambos se levantaron y cuando estaban a punto de salir, pasó Patrick llorando, causando una mirada de pregunta.

—¿Y ahora qué? —se preguntó Gerard.

—Ay, pobre... se lo están comiendo vivo últimamente.

—Se lo merece.

—No entiendo cómo eres ya tan poco empático. Imagínate te pasara algo así a ti. Con lo llorón que eres...

—No, no me importaría. Ya vámonos. 

Gerard caminó hasta la salida con Frank, que no quiso hacer ningún comentario más.

—¿Tu casa está vacía?

—Sí, sí. Mis padres no llegan hasta la noche.

—Y tu hermano.

—Llega conmigo, pero le falta una clase aún.

—Ah, sí.

Al llegar a la casa de Gerard, subieron directo a su habitación. Frank cerró la puerta más bien por costumbre y se quitó la camiseta.

—¿Por qué eres tan enano? —se rió Gerard.

—¿Por qué eres tan pasiva? Para no decir miles de otras cosas más. —Frank alzó una ceja.

—Muérete. —Gerard se puso una mano en la cadera.

—Lo haré algún día. —Frank se comenzó a acercar.