27. No te debí besar

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Indra.
—No mames yo quiero un jefe como el tuyo— mi amigo Gerry silbo en lo que le daba una vuelta al carro en el estacionamiento de la casa de Valentina.

—Indra este es un bebe de colección. Cada unidad está evaluada en más de veinticuatro millones de pesos— Juan hablo igual de maravillado siguiendo a Gerry en lo que inspeccionaban el carro como si fuera la octava maravilla del mundo.

Mis únicos dos amigos entraron en el automóvil. Algo me decía que a Fausto no le iba a gustar saber que otros hombres estuvieron en su juguete.
Pero era su culpa. Para que me lo prestaba.

Yo no sería tan inconsciente para prestarle un carro de lujo a uno de mis trabajadores.

No les preste mucha atención a los niños de mi universidad que se habían puesto en modo mecánicos porque tenía las manos ocupadas intentando apuntar todo lo que Valentina ordenaba para mi futuro cumpleaños, el cual estaba comenzado a sospechar que era una práctica para el suyo mejor dicho.

Julieta a mi lado intentaba seguirle el paso a mi mejor amiga.

Ambas estábamos sentadas en las sillas de metal que habían sacado al patio delantero ya que los niños simplemente no querían dejar el carro en paz.

—Tu pastel tiene que tener dos pisos, iremos a la pastelería italiana que me encanta. Lo pediremos en colores neón. Me agrada el tema neón para tu fiesta. — Valentina hablo segura de sus palabras.

Yo le asentí tomando un sorbo de agua de jamaica natural.

Mi mejor amiga era la reina de la escuela. Nadie podía ser mejor que ella y después de la escena de Matilda y Pablo en su casa, estaba segura que Valentina iba a dejar en claro su posición social ante esos dos "Estúpidos" por medio de mi fiesta.

Podía afirmar que Val era una aterradora versión femenina de Fausto.

Cuando dieron las seis de la tarde y con todos ya cansados y exhaustos mentalmente de Valentina y su distinción de "Rosa pastel y Palo de rosa".

Me pude despedir de mi amiga con ahora decenas de pendientes más para una fiesta de la que me estaba arrepintiéndome al ver todo lo que gastaría.

No le pediría ni un peso a mis padres, de eso estaba segura. De todos modos ellos no apoyarían la idea de una "Peda". Para celebrar un año más de mi vida.

Guillermo y Angelica eran los típicos padres que hacían una cena en honor de sus hijos y se dormían a las diez de la noche.

Deje que Gerry manejara el Mercedes de regreso para que fuera feliz y para que yo pudiera tener un respiro de la ansiedad de estar detrás de un volante.

Juan hizo el berrinche del año. Pero, Vale le dijo que alguien tenía que manejar la camioneta Lobo para seguir a Gerry y ella no se veía bien detrás de un mounstro como ese.

 Pero, Vale le dijo que alguien tenía que manejar la camioneta Lobo para seguir a Gerry y ella no se veía bien detrás de un mounstro como ese

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Prisioneros del poder ➀ #RomanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora