Capitulo 91

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Be still- The Fray.

-Capítulo 91-

Último capítulo.

Narra Harry.

La hora para decir adiós se acercaba. Podía decir que estaba más nervioso que ella, incluso asustado. Dejarla ir después de todo lo que peleamos para estar juntos, era injusto. Pero no sería egoísta con ella. Era un cambio radical para su vida, para su futuro que tanto anhelaba.

Me encontraba sentado en la cama de ella, con mis pies extendidos sobre el colchón y mi espalda apoyada en la cabecera, mientras ella empacaba las últimas cosas. No podía hacer otra cosa más que mirarla, porque era la última vez.

-¿Qué sucede?- Irrumpió en mis pensamientos y se acercó hacia mí. Negué con la cabeza y suspiré. –Yo tampoco quiero decir… -La callé colocando mi dedo índice sobre sus labios.

-No lo digas- La miré fijamente y serio. – Por favor.- Le supliqué. Ella asintió y siguió con sus cosas.

Algo que odiaba eran las despedidas, y más cuando se trataba de personas fundamentales en mi vida. Mi mirada estaba perdida, como mi expresión en este momento.

-Harry, no te veo bien. Estás pálido y muy callado para lo que eres.- No se equivocaba. Entonces tomé una decisión. No podía decirle adiós.

Me levanté de la cama y sin pensarlo la aferré a mi cuerpo brindándole un beso. Apasionado e intenso, con el fin de entregarle todo de mí, todo lo que era de ella. Yo era de ella. Mi alma, mi ser, mi amor, mi todo le pertenecía. Ella se sorprendió pero no por eso no me respondió. Quería decirle adiós de aquella forma y no de otra. Si buscaba otra manera, podría llegar a cometer una locura.

Nos separamos por falta de aire y ella me sonrió. Miré la hora de mi celular y eran las 20.00 de la noche. Exactamente dos horas para que terminara todo. Suspiré. Al darse cuenta de mi pensamiento, me abrazó. Amaba eso de ella y puedo asegurar que me haría mucha falta. Comencé a llorar en silencio y la apreté más contra mí. Ella acariciaba mis rulos como consuelo. Me separé de ella lentamente. Necesitaba ver a mi hermana.

-Necesito ir a ver a mi hermana.- Le dije sin mirarla a los ojos.

-¿Está todo bien con Gemma?- La confusión se notaba en su vox. Asentí. No era capaz de hablar, no con lo que haría. –No hay problema Harry. Todavía hay tiempo.- Suspiró. Le dí un beso en su frente y me retiré del cuarto.

Las pocas veces que tenía problemas emocionales o tomar una decisión, mi hermana me ayudaba. Siempre estuvo conmigo aunque estuviéramos a kilómetros de distancia.

Tomé una respiración profunda para después tocar el timbre. Se escuchó un “Ya abro” por parte de mi hermana. Al verme, me tiré en sus brazos y comencé a llorar como nunca.

Le conté todo lo sucedido a mi hermana hasta el momento. Al principio, se negó a apoyar mi decisión, pero luego tomó consciencia de las posibles consecuencias que podrían ser muy malas. Mis impulsos y yo la mayoría de veces no nos llevábamos muy bien.

Le entregué la gran  caja a mi hermana para luego irme, sin antes decirle:

-Gracias por esto, gracias por estar siempre y apoyarme en todo, hermana. –La abracé y me fui.

Narras tú.

Había acabado de empacar todo. Me senté en mi cama y suspiré. Miré la hora y ya tenía que salir hacia el aeropuerto. De un momento a otro, recuerdos de todo lo vivido este último tiempo llenó mi cabeza.

-Tenemos que ir al aeropuerto hija, ya es hora.- Trató de alentarme mi madre con una sonrisa en su rostro mientras asomaba su cabeza por la puerta. La miré y asentí.

-¿Harry no vendrá?- Me preguntó mientras bajábamos las escaleras. La confusión y la intriga era notable en su voz.

-Sí, supongo que tardará un poco. Fue a ver a su hermana.- Mi madre frunció el ceño pero no dijo nada más.

Al llegar a la sala de estar, puedo ver a Des llevando mis maletas al automóvil. Eché un último vistazo a la gran casa en la que pasé los mejores como también malos momentos en estos últimos meses. Podía asegurar que si hablaba, lloraría. En mi garganta se encontraba ese tan famoso nudo que te hace vulnerable en todos tus movimientos.

Llegamos al aeropuerto y fuimos a hacer todos los trámites que se hacen antes de abordar el vuelo. A los pocos minutos, llegaron mis mejores amigos. Nai, Flor y James. Abracé a cada uno de ellos tan fuerte como si fueran un respirador que necesitara en mi vida. Lloramos los cuatro, pero prometimos juntarnos cuando estemos libres. Luego de una hora se fueron. Ya no quedaba mucho tiempo para abordar y Harry no llegaba. Estaba más nerviosa que antes. No me quedaba quieta un segundo. Mi madre podía notarlo, a lo que Des la trataba de tranquilizar.

“Se necesita la presencia de todos los pasajeros del vuelo 171 para abordar el avión. Reiteramos… “

Al instante de escuchar el llamado, mi corazón latía mucho más rápido que antes. No me quería ir sin antes decirle adiós a… Harry. Al pensarlo a él, veo a Gemma corriendo hacia mí con una gran caja.

-¿Gemma?- Pregunté en voz alta y ella me entregó la gran caja rectangular. -¿Qué es esto?- Su cara mostraba dolor y me susurró un “lo siento”. Yo no entendía lo que sucedía. Antes de irse me abrazó. Algo no andaba bien. Harry no venía pero… ¿Su hermana sí? Al irse, abrí la caja. La misma contenía varios objetos, entre ellas: unos cassettes con etiquetas, un anillo con signos musicales, un libro, una cámara profesional, fotografías de Harry, mías y de ambos juntos. Por último, una carta a puño y letra. Era de Harry. Esa caligrafía sólo le pertenecía a él, tan peculiar y única. Me dirigí sólo al final de la carta y comprobé mi duda.

“Lo siento, no podía decirte adiós. Te amo, por siempre. Harry xx”

Nunca me diría adiós.

Love, Sex & Magic||H.S||Terminada||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora