Love, Sex & Magic||H.S||Terminada||

Capitulo 44

-Capítulo 44-

Cuando terminé, quedé sin palabras.

-¿Y bien? –dijo mirándome.

- Eso fue... increíble -lo miré.

-sonrió haciendo que sus hoyuelos se marquen en sus mejillas- Y va a hacer mejor si lo aprendes...-dijo agarrándome de mis manos para colocarlas en el piano-. Para empezar es DO- tenía sus manos, sobre las mías. -Luego, es.. –y no lo escuché más. Me perdí en el contacto de nuestras manos tocando el piano, los dos al mismo tiempo – ¿Entiendes? –dijo sonriendo.

-No. -dije seca.

-¿No me has escuchasdo ni la mitad que dije, no? –yo rodeé los ojos-. Bueno, veremos si así aprendes – se paró dejándome sola en el asiento-. Bien –apoyó su pecho en mi espalda, colocó su mentón en mi hombro derecho, corrió mi pelo hacia un lado, y me iba susurrando al oído- Primero DO… -tocamos la nota, mientras él me guiaba con sus manos sobre las mías- Luego LA, para pasar a SOL… -y así tocamos toda la canción, sin ritmo, pero la tocamos toda entera- ¿Ahora si? –yo asentí, pero gemí al tiempo que depositó un beso húmedo detrás de mi oreja- ¿Lo ves? Ya sabía como podías aprender -sonrió y me dio un beso en la mejilla, volvió a sentarse como estaba antes, al lado mío, yo me quedé pensativa -¿En qué tanto piensas?

Y lo besé.

No aguantaba más. Cuando me hablaba, me perdía en cada facción ya sea de su cara, o de su cuerpo, nos separamos por falta de aire, y juntamos nuestras cabezas. Él me sonrió y me susurró muy cerca de los labios

- Tú novio, James, se enojará… -me besó.

-¿Por qué se debería enterar? –dije con una sonrisa en el rostro.

Narra Harry:

Realmente no la entendía. Me besó de nuevo, pero no fue como el anterior tierno y lleno de amor. Este fue más salvaje, lleno de lujuria y necesidad mutua. Ella entrelazó sus manos por detrás de mi nuca, tocando con una mano mis rizos más bajos.  Yo la abracé por la cintura, atrayéndola más a mí, para luego colocarla sobre mis piernas. Nos seguimos besando por mucho tiempo, ella tiraba de mis rizos levemente, yo pasaba mis manos por su espalda, y con mi dedo índice bajaba y subía por su espina dorsal, causándole escalofríos. Por su parte, ya había enroscado sus piernas a cada lado de mi cintura, entrelazándolas detrás de mi espalda. Seguíamos sentados. En nuestras bocas se desataba una guerra de lenguas, y mordisqueos de ambos labios de parte de los dos. Sin querer la moví un poco, y ella con su brazo tocó una tecla del piano. Reímos mientras nos besábamos y ella me atraía más a ella. Me encantaba ese juego que tenía, nadie se enteraría de esto.