Capitulo 87

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-Capítulo 87-

Al despertar, paso mi mano por la cama en busca de ella y no la encuentro. Donde se encontraba en la noche ya está frío. Hace rato que se levantó. Friego mis ojos para despertarme y despejarme del poco sueño que queda en mí. Me siento en la cama y sacudo mi cabello como lo hago habitualmente. Decido ir por una ducha. Al terminar, simplemente me pongo alrededor de mi cintura una toalla blanca. Bajo a desayunar y la veo a través del gran ventanal de la cocina que da vista al patio con la piscina. Sonrío al verla tan perdida en sus pensamientos, a un lado de la piscina. Uno de sus pies, apenas algunos de sus dedos tocaba el agua. Llevaba unos de sus tan amados short con una remera holgada. Su rostro se veía hermoso contra el Sol de la mañana, aun así llevando esa banda que conservaba por su reciente accidente. Mientras tomaba mi desayuno de pie, la observaba. Podría estar miles de horas viéndola y no me aburriría. ¿Desde cuándo me volví tan cursi en el tema del amor? Me di cuenta que con el paso del tiempo cambiamos mucho, por el simple hecho de llevar la relación a cabo. Para poder hacer esto juntos. Aunque siempre hay obstáculos, nunca nos rendimos. Porque el amor lo puede, ¿O no es así como dicen todos?

Una vez que termino de desayunar, decido ir a la habitación para cambiarme. Decido que mis pensamientos queden en mí y guardarme ese momento en que la vi en la mañana. Me pongo una de mis musculosas blancas y unos shorts que llegaban hasta las rodillas, como los que usan los basquetbolistas. Decido ponerme una de las tantas bandanas que tenía y salgo con una de las tantas pelotas de básquet que hay en el salón de juegos y voy al patio lateral de la casa en donde se encuentra la cancha. Comienzo a jugar y siento una presencia. Ella. Estaba mirándome con una sonrisa, concentrada. Una de sus manos estaba apoyada en el árbol que estaba a uno de sus lados. Le devolví la sonrisa. Estaba débil, no podía hacer mucho, debía cuidarse. Es por eso que está aquí, o si no, conociéndola estaría ensayando o en el estudio de fotografía.

Comienza a caminar hacia mí, y extiende sus manos en gesto de que le pase la pelota. Rio ante su petición.

-Por favor, tú no juegas. –Le digo con una sonrisa burlona y ella ríe. Que hermoso sonido. Esto si era vida, simplemente con ella. Ella frunce el ceño y me trata de arrebatar la pelota de las manos pero yo alzo la misma sobre mi cabeza.

-O vamos Harry, ¿Tienes miedo que te gane?- Dice mientras choca uno de sus puños contra mi brazo. Me causaba más gracia de lo normal, porque se veía adorable, por lo que llevaba puesto y estando descalza.

-No, pero no te dejaré porque te cuido de tu cabeza, ¿Recuerdas? –Ella rueda los ojos. –

-Como digas, papá. –Alzó sus manos en su defensa.

-No me digas papá, o si no, no podría hacer esto. –No espero más y tiro de su brazo para unir nuestros labios. Puedo sentir que los dos sonreímos en el beso. –Buenos días, ¿No? –Le dijo una vez que nos separamos del beso. –Me dejaste solo en la cama.

-Harry, sabes que no quiero meterme en problemas con tu papá. –Me decía mientras me arrebataba la pelota. Trató de encestar pero no pudo.

Por la forma en que hablaba, veía que esa no era toda la verdad. Algo más había en el fondo.

-¿Eso es todo? –Dije una vez que estaba de nuevo a su lado, teniendo la pelota nuevamente en mis manos, haciéndola girar en mi dedo índice.

-Sip. –Me dijo como una niña pequeña, asintiendo con la cabeza.

-Te amo. –Me acerqué a ella y le acariciaba su mejilla con mi pulgar.

-¿Aun así? ¿Con esta venda en la cabeza? –Lo que acababa de decir me hizo reír.

-Sí, aun así amor. –Junté nuestros labios.- Es más, si no te gusta tanto, vamos a ponerle un poco de color. –Ella me miró confundida. No le di importancia y saqué mi bandana de mi cabeza. Con cuidado desaté el nudo que anteriormente la ataba en mi cabeza, para posarla alrededor de la venda de su cabeza. Con cuidado, la até, haciendo que cubra el color blanco que rodeada una parte de su cabello.

-Gracias. Es muy lindo de tu parte Haz… -Decía mientras la tocaba con sus manos. –También te amo.

**

Podía sentir que Harry estaba raro. Podía sentir que algo sospechaba de mí. No estaba lista para decirle, no ahora que nuevamente está todo bien entre nosotros, sacando la parte de que su padre no nos acepta.

-Hey, bebé- Pasaba su mano enfrente de mi cara para sacarme de mis pensamientos. Nos encontrábamos en el patio trasero, al fondo de todo, yo estaba contra el árbol sentada y él al frente mío.

-Mmmh. –Dije tocando mi cabeza.

-¿Te duele? –Pude notar su tono preocupado.

-Solo un poco, el medicamento debe hacer efecto pronto. –Forcé una sonrisa. Estaba nerviosa. Había un silencio incómodo. No podía dejar de arrancar el pasto con una de mis manos y cortarlo en pedacitos más pequeños.

-Suéltalo. – Exclamó Harry de repente.

-¿De qué hablas Harry? – Se había dado cuenta que le ocultaba algo, que yo estaba nerviosa. Nos conocíamos como si estuviéramos juntos hace años, cuando solo pasaron algunos meses. Por un lado estaba bueno, pero en estas ocasiones no, porque me presionaba a decirle la verdad, como también yo lo hacía a veces con él.

-Algo estás ocultándome. Dime qué es. Puedo notar tu nerviosismo. Estás muy callada. Esta no sos vos. –Me conocía demasiado.

-No, Harry, ¿Qué hablas? No, no… -Me interrumpió.

-Dímelo. –Estaba claro que no iba a dejar de insistir hasta que le diga.

Love, Sex & Magic||H.S||Terminada||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora