Love, Sex & Magic||H.S||Terminada||

#74. Edición especial

-Capítulo 74-

HARRY

Pelea final.

Yo, representando a Londres. Mi enemigo, representando a  Nueva York.

Ganador: Harry Styles.

Tenía la copa en mis manos, todos festejaban. Mi entrenador me subió en sus hombros, alcé la copa y la besé, me tomaron una foto de esa forma, y luego otra vez con mis cuatro hermosas rubias. Otra invitación a mi camerino surgió unos minutos más tarde.

Ya habían pasado tres semanas que me había ido de mi lugar natal. No extrañaba a nadie. Mi padre no le importaba nada acerca de mí, simplemente me había alejado de lo que más quería. .

Me encontraba en el aeropuerto, yendo de nuevo a ese lugar donde vería a mi “familia” nuevamente, si es que a un padre que no le importa nada de ti, una madrastra con un gran corazón y confundir sentimientos con tu hermanastra, se le puede llamar “familia”.

-Voy por algo de comer –le dije a mi entrenador que me acompañaba de regreso, ya que él también se iba a su hogar.

Yendo al bar donde había, pasé por un puesto de diarios, donde vi algo que me llamó muchísimo la atención y digamos que una erección apareció al instante al verla detenidamente. Estaba ella sola, arrodillada, sin nada de ropa, solo una cinta muy fina color rojo, la cual se esncargaba de cubrir sus pezones, esos que lamí algunas veces hasta hacerla llegar al orgasmo. Recordar eso y verla allí, para luego leer “edición especial” mostrando pequeñas fotos de lo que venía adentro, y verla en todas las páginas.

Debo comprarla –me dije a mi mismo.

Le dije al encargado del puesto que me de “La última de Playboy” y me sonrió malicioso y vio a mi chica, la cual ya no era con deseo antes de entregarme la revista. Se la saqué de las manos de mala manera y le entregué el dinero matándolo con la mirada. Este bajó la mirada, y yo acomodé mi garganta haciendo un pequeño gruñido.

-¿Sabes? Sé que la deseas y te debes masturbar con esta revista, pero ya es mía, hermano. La tuve todas las jodidas noches gimiendo por mi- le dije a aquel tipo y este quedó con los ojos que parecían que se le iban a salir.

Claro que estaba celoso aunque ella ya no era mi chica, pero si era mi hermanastra, podría usar esa excusa para protegerla o simplemente amenazarla a ella y que haga algunas cosas por mí. Mis neuronas estaban accionando y preparando nuevos planes.

TN

“¡Woho!" había dicho de manera sarcástica al escuchar a mis “padres”, mejor dicho, padre de él y mi madre decir “Hoy vuelve Harry, cenaremos juntos”.

Debía vestirme elegante, cosa que no haría. Me la pasé durmiendo todo el día ya que hoy tenía descanso de mis cursos de fotografía. Sonreí al recordar las fotos que había hecho hace algunos días. Fue divertido y excitante. En las partes de las poses eróticas, Peter, uno de los modelos más apuestos, tuvo que hacerlas conmigo. Eso si fue erótico, pero no me transmitía nada. Luego fueron prendas diminutas, juguetitos eróticos, y poses que a cualquier hombre le sería útil para bueno… pasar un buen rato, para decirlo más delicado.

Ya era de noche. Se escuchaba la música que había puesto mi madre de fondo, algo de Coldplay. Quizás mi madre no sabía tanto de mis necesidades afectivas, pero ella sabía que me gustaba Coldplay. Se escuchaba a los lejos “Fix You”. Bajé y me puse a ver el dvd del concierto, ya que no era el cd, mamá lo había puesto seguro para llamar mi atención. Se escuchó el timbre, yo estaba vestida de lo más informal  solía vestirme así estando en mi casa, cuando me quería relajar, mi madre me vio mientras cantaba a todo pulmón, parada en frente la canción ahora “Lost” de Coldplay. Me susurró un enojado “Te dije formal”, yo me reí y levanté mis hombros. Seguí cantando dando vueltas, y en una de esas vueltas, abrí mis ojos y lo vi allí, contemplándome, con una sonrisa un poco pícara y yo dejé de cantar lentamente, hasta que mi voz se apagara del todo.

“Y tú simplemente lo querías ignorar pero está con una camisa y un jean. A alguien como ti le encanta que él este así” me decía mi consiente.

Y era verdad.

Su camisa estaba tan abierta, que se podía ver claramente todo su pecho hasta la altura del principio de la mariposa, la cual era su tatuaje. No dejaba de mirarme, miré sus ojos un segundo, necesitaba ver esas perlas verde esmeralda que no veía hace tres semanas. Pero sólo fue un segundo como dije. Desconecté nuestras miradas y me dirigí a la cocina ya que Des había dicho que la cena estaba lista. Me senté rápido en mi lugar y solamente miraba mi plato. Ya todos sentados comenzamos a comer. Mi madre me miraba mal. El ambiente no era bueno, o por lo menos eso sentía yo.

-Te he dicho que te vistieras bien y vienes como si fueras que no tuvieras un vestido como la gente -dijo enojada, yo revoleé los ojos.

Sentía la mirada de los Styles en mí. Idiotas.

-¿Por qué debería? Además no está mal esta ropa, a mi me gusta, y hoy no se celebra nada importante, ¿de acuerdo? –le dije mirándola a los ojos-- Solo ha venido el hijo de Des. –dije cortante-. Buen provecho. –dije y me levanté de la mesa.

No soportaba más a mamá y la conversación que se tenía, era todo él, su torneo, cómo había triunfado y su ego a mil kilómetros por hora.

Me fui a mi cuarto y me recosté mirando el techo. Agarré mi celular que estaba en mi mesita de luz y le mandé un mensaje a mis amigas diciendo

“Necesitamos juntarnos y hablar.”

No me contestaron, seguro estarían durmiendo o quién sabe.

Ya eran las once de la noche. Miraba el techo y pensaba en James.

-¿Dónde estarás? –me pregunté a  mí misma-. Te extraño –susurré.

A veces necesitaba sus abrazos o sus simples besos en mi mejilla. No podía dormir no sé por qué. Sentía tensión en la casa. Claro ahora “la familia” vivía toda en una misma casa. Bajé por un vaso de agua a la cocina, y lo veo a él, con sus rulos tan perfectos como él, sentado leyendo algo con solo una lamparita chica sobre la mesa. Lo ignoré, mientras tomaba agua, disimuladamente pude ver que veía.

“Caíste Styles”.

Era mi revista. 

-Sabría que lo harías -dije sonriendo mientras le daba la espalda. 

Sentí su anatomía contra la mía, frotándose. Logró modificar mi pulso y alterar mi respiración.

-Felicitaciones entonces, lo lograste -susurró en mi oído y me apretó más contra él  y la fría mesada de la cocina-. Y lograste que tenga más ganas de ti, ¿lo sientes? –se frotó nuevamente contra mí.