Capitulo 29

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Martina sonrió satisfecha con picardía en su rostro, finalmente había logrado deshacerse de su enemigo, escuchaba claramente a través de sus auriculares los aniñados festejos de su tío que seguramente no podía dejar de saltar emocionado mientras repartía breves abrazos a todo aquél que lo rodease.
Dirigió rápidamente su mirada al espejo retrovisor para poder divisar en dónde había colocado a su funesto amante y justamente redujo sus carcajadas al advertir que él no había quedado tan atrás como había deseado, de hecho podría decirse que le pisaba los talones. Desapareció por completo su sonrisa y clavó incluso aún más su pie en el acelerador, su velocidad aumentó pero eso no la satisfizo, Jorge Blanco parecía aferrado a complicarle su existencia.

Ejerciendo demasiada presión entre sus dientes, incluso casi haciéndolos rechinar, ,Martina determinó necesario permitirle colocarse nuevamente a su altura, así que redujo, mínimamente, su velocidad concediendo a su amante permanecer a su lado.

Jorge no vaciló ni un instante e incluso antes de que ella le proporcionara otro golpe aún peor, él dirigió su costado izquierdo hacia ella provocándole un derrape terrible a sus llantas, Martina salió por unos cuantos segundos de la pista, segundos determinantes, los espectadores asombrados por el impacto que le había dado Jorge Blanco al "lobo negro" quedaron inmovilizados en espera de una reacción de su corredor favorito.


-¡Joder, Martina! ¡Regresa a la carrera! - Fran gritó al borde de la desesperación mientras el color de su rostro tornaba de un rosado magenta a un verde mortecino.

-¡Tranquilo! - ella, para sorpresa de su tío, sonaba más calma que una canción de cuna - Todo lo tengo planeado - Martina regresó a la pista mientras rebasaba algunos autos que iban atrasados por una vuelta de ella. La tribuna comenzó a festejar.

Pocos minutos después, tras una larga batalla contra los autos que se mostraban indispuestos a cederle el triunfo al "lobo negro", pero que en realidad no representaban una gran amenaza, Martina se posó a las espaldas de su amante, acelerando en cada ocasión que podía, así haciendo rugir el motor de su auto.

-¿Qué pretendes, querida? - Fran dijo al parecer aún tenso.

-El imbécil al parecer no se ha dado cuenta que he regresado a la pista, se ha confiado, Fran - regresó la sonrisa a su rostro.

-Excelente - vociferó.

Martina Stoessel había soportado con excelencia hasta ahora todo lo que había sufrido a causa de aquél hombre, pero ahora había llegado el momento de hacerlo pagar, cada segundo, cada respiro, cada punzada, cada pesadilla, todo.


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Jorge Blanco parecía más que concentrado en su victoria, quizá faltaban poco más de diez vueltas y hasta ahora no había sido alcanzado por el "lobo negro". Tomó la siguiente curva con calma, a decir verdad ya no habría nadie que le quitara la gloria, al parecer con ese único golpe que le había dado a ese corredor había bastado.

Leo, necesito una rápida inspección de frenos - dijo sosegado al acercarse a su base. Esperó - ¿Leo? - su tranquilidad de repente se esfumó al notar que su comunicación no funcionaba - Leo, ¿me copias? - dijo ejerciendo una ligera presión sobre su auricular, nada ocurrió - ¡Maldición! - golpeó su volante invadido por el pánico y la ira.

Estaba a menos de diez vueltas de ganar, si se detenía a su base a revisar el buen estado de sus frenos, y si su staff no estaba avisado de su parada, muy seguramente perdería toda aquella ventaja que llevaba al resto de los corredores, incluyendo a su mortal enemigo. Simplemente no podía poner en peligro su gloria. *beep* había sido la idea de abstenerse a parar con anterioridad a revisar su auto, se había tomado demasiado enserio la victoria, y todo para que la diferencia entre el "lobo negro" y él no fuese tan grande como lo deseaba.

Se contuvo, después de todo, era escasa la distancia que le quedaba para terminar aquella jodida carrera, nada podría pasar en ese tiempo, aceleró un poco más y comenzó a divisarse sosteniendo aquella copa codiciada por todo corredor del mundo, ¿cómo podría negarse la gloria eterna? ¿cómo perderse la oportunidad de derrotar al corredor que le había robado tantas veces el triunfo? ¿cómo no refutarle en sus narices a la bruja de Martina Stoessel que había sido un error negarse a seguir con su relación ilícita? ... Necesitaba ganar.+

Señorita Malcriada |Jortini *TERMINADA*Where stories live. Discover now