Capitulo 24

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Martina terminó de maquillarse dejando atrás el recuento de su día, había mantenido una larga y amena charla con su tío mientras no dejaban de compartir sonoras carcajadas.
Pero, siendo honestos, desde que escuchó aquella confesión de sus propios labios, acerca de esa mujer que lo frustraba, ella no había podido escuchar siquiera sus propios pensamientos, era algo extraño para lo que nunca se había preparado pues no lo creía necesario; le molestaba, sí, era inapropiado, por decir algo, el hecho de que él estuviese interesado en una mujer más de lo necesario. Nunca en su vida lo había visualizado en esa situación y aún después de haberlo sabido ya varias horas atrás seguía sin tragárselo, es que no podía asumirlo, simplemente era como decir que repentinamente el mundo había dejado de girar, algo imposible, utópico, absurdo e insoportable. ¿Y qué pasaría si eso iba en serio? Su vida prácticamente perdería todo sentido y se iría al desagüe. ¿Con quién podría refugiarse? ¿Quién la escucharía, la ayudaría y la querría? ¡Nadie!
Se detuvo a pensar, se sentó en el borde de su y se llevo sus manos a su rostro. Estaba siendo irracional y egoísta, después de todo Fran estaba en su completo derecho de hacer lo que quisiese... ¡pero no ahora! Resopló.

Estaba asqueada, vaya que sí. Necesitaba que Fran le confesara con una malévola sonrisa dibujada en esos perfectos labios que todo había sido una broma de pésimo gusto. Solo entonces sonreiría y recuperaría la fe.

-Martina - Fran llamó a su puerta alejándola de sus temores – Carlo Insitoris está esperando por ti – escuchó como alejó sus ligeros pasos de ahí para ir a recibir a su próxima cita.

Corrió no muy entusiasmada a su guardarropa en donde ya había desempacado y tomó un vestido al azar, se dispuso a cerrar la puerta pero su mirada chocó con algo que la retuvo. Dejó caer su vestido al suelo conmovida y contuvo sus lágrimas. Llevó sus temblorosas manos a aquél vestido que había permanecido ahí desde la última noche que había estado en casa de su tío. Con un nudo en la garganta tiró de él con extremo cuidado y lo tendió sobre su. Maldijo para sus adentros al recordar una de las razones por las que había considerado seriamente no acudir a ese refugio, Jorge Blanco regresó a su mente en uno de sus recuerdos más gratos, aquella noche maravillosa en la que había usado ese vestido. Comenzó a acariciar la delicada tela encontrando aún en ella algunos granos de arena, acercó vacilante su nariz y aspiró el aroma a sal que aún se conservaba impregnado en esa prenda. Sintió una lágrima rodar por su mejilla.
Liberó un suspiro al aire y cerró sus ojos recordando las falsas promesas de su amante. Bastó un minuto más para que entonces lo decidiera. Impulsada por su abatimiento tomó con ambas manos aquél vestido, una prueba más de lo que había vivido junto a ese hombre que había creído especial, y con la fuerza de su ira comenzó a halar de él para partirlo en dos. Estaba poseída, sí, pero era magnífica la sensación que experimentaba al progresar en su lucha contra eso que su amante había despertado en ella.
Cuando terminó, arrojó la prenda rota a su contenedor y tras limpiar su única lágrima, regresó al vestido que había dejado abandonado en el suelo, se lo colocó en un solo movimiento y tras cerciorar su buena imagen en su espejo, salió para ir a su nueva cita. El lugar ya lo tenía en mente y vaya que lo disfrutaría.

-Perdón por la demora – dibujó una pérfida sonrisa en su rostro ante los admirados rostros del par de hombres.

-Luces hermosa – Carlo Insitoris agregó después de besar su mano y entregarle un tulipán escarlata.

-Gracias – tomó la flor con delicadeza y entregó su mano a su nuevo amante. Con un movimiento de cabeza se despidió de su tío y siguió a aquél hombre que lucía un conjunto casual que destacaba su hechizante cuerpo.

-¿Quieres ir a algún lugar en especial? – él le dedicó una sonrisa encantadora mientras descendían por el ascensor.

-Sí, tengo un excelente lugar que estoy segura ambos gozaremos – sonrió.

Señorita Malcriada |Jortini *TERMINADA*Where stories live. Discover now