~9 años antes, justo ese día~

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Tenía catorce años cuando lo vi por primera vez. No estaba muy seguro qué hora era, pero a altas horas de la noche me hallaba mirando la luna con el aire caliente de verano entrando por la ventana que estaba abierta. Una noche tranquila y silenciosa en el que era el único despierto en el barrio. Las luces de las casas estaban apagadas, al igual que la de mi habitación. A oscuras, disfrutando un poco de la paz que la noche me brindaba. En unas semanas las gloriosas vacaciones de verano terminarían, volvería al colegio siendo estresado por los exámenes que año tras año serán más difíciles. Tendría que esperar un año para disfrutar de aquellas noches nuevamente. Realmente odiaba la escuela y es un tanto raro porque me iba bien en algunas cosas. Tenía pocos amigos en aquel entonces, y ni siquiera eran de mi curso, más bien eran superiores o inferiores a mí. En mi salón era el marginado, nadie se acercaba a hablarme ni yo a ellos, era bastante tímido para hacerlo.

El sueño comenzaba a aparecer, haciendo pesar a mis parpados y un bostezo fue suficiente para darme a entender que ya era momento de ir a dormir. Sin cerrar la ventana para que corriera aire, me quité los pantalones para meterme en la cama. Recuerdo que había oído unos pasos acercarse a mi ventana y giré extrañado y algo asustado. ¿Será un ladrón que me matará para que no grite? Finalmente, la silueta de un chico que parecía apenas ser más grande que yo, se asomó por la ventana, subiéndose al marco. La escasa luz no me dejaba ver su rostro con claridad y debía esforzar la vista. El chico entró a mi cuarto y comencé a sentir miedo de que me haga algo. Antes de que siquiera emitiera algun sonido que despertara a mis padres, él se abalanzó hacia mí para taparme la boca con su mano. Era apenas más bajo que yo.

—Sh.—chitó mirando hacia la ventana de mi cuarto, parecía que estaba escapando de algo y eso no hizo nada más que asustarme. A lo mejor era un criminal que estaba escapando de la policía y yo aquí, quieto y dejando que haga lo que quiera conmigo.

Ahora que estaba más cerca podía ver mejor su cara. Su piel era pálida y sus ojos tenían un hermoso brillo. Labios finos y rosas, algo tentadores. Giró su mirada hacia mí y en su ojo izquierdo pude ver un moretón que apenas se notaba gracias a la poca luz. ¿Se había metido en una pelea con pandilleros y ahora lo estaban buscando?

El miedo se hacía presente en mis ojos y las ganas de llorar y gritar de que me ayuden se iban acumulando en mi interior formando un nudo en la garganta. No sabía qué me  esperaba, había muchas opciones; desde una violación hasta mi muerte. Es cierto que el chico no parecía agresivo, su cara irradiava inocencia, pero no podía dejarme engañar por eso. Las apariencias engañan.

— ¿Puedes hacerme un favor?—preguntó neutro, con algo de desesperación en su voz que se notaba que se esforzaba en ocultar. Yo asentí asustado y no del todo seguro.— Bien, ve hacia la ventana y dime si ves a un hombre delgado afuera.

Volví a asentir, esta vez más rápido. Lentamente fue quitando su mano de mi boca y se hizo a un lado, abriéndome el paso. Caminé a paso lento e inseguro, como si el piso estuviera hecho de cristal y cualquier paso en falso rompería el vidrio en mil pedazos y yo caería al vacío. Me asomé por la dichosa ventana y no pude ver nada más que un gato blanco sobre un arbol que me miraba fijamente. Volteé de nuevo a ver al chico desconocido y negué con la cabeza en señal de que no había dicha persona. Él sonrió en forma de agradecimiento formando una sensación extraña en mi interior. Caminó hasta posarse justo delante de mí aún con la sonrisa en su rostro y me preguntó:

— ¿Cuál es tu nombre?—esa vez su voz había sonado diferente a la anterior. Era dulce y comprensiva, también su expresión había cambiado totalmente. En ese momento, cuando entró por mi ventana creía que parecía alguien de una mafia o que escapó de la cárcel, cuando en realidad era un tierno chico de quince años.

—H-hyungwon.—susurré. No me atrevía a preguntar su nombre, apenas podía hablarle y ni siquiera era con normalidad, tartamudeaba. Él se quedó en silencio un par de segundos, mirándome con una media sonrisa. Me ponía nervioso y para evitar pensar en eso, jugaba con mi camisa, sin mirarlo a los ojos. Oí sus pies dirigirse a la ventana y se sentó en el marco. Y antes de irse, me regaló una última mirada y dijo alegre:

— ¡Gracias Hyungwon!—y salió para salir corriendo y perderse en la oscuridad de la noche.

Me quedé viendo como se hacía cada vez más pequeño a medida que se alejaba de mi casa. No había entendido nada de lo que ocurrió. ¿De quién escapaba exactamente? ¿Por qué lo hacía?

Una vez que desapareció de mi campo de visión, me acosté en mi cama sin quitar su sonrisa de mi cabeza. Cerré los ojos, diciéndome que era la última vez que iba a verlo. Ay, que equivocado estaba. Así como hay una primera vez para todo, siempre hay una última. Y esa no era. Tendríamos otros reencuentros en otros lugares, tendríamos buenos y malos momentos, tendríamos momentos íntimos que sólo nosotros dos seríamos testigos de ellos, lloraríamos y reiríamos, vivíamos los mejores días de nuestras vidas y también los peores. Incluso, tendríamos nuestro último adiós.

El que se haya colado en mi cuarto aquella silenciosa noche de verano apenas fue el comienzo de una gran historia que para mí no sería muy fácil de olvidar, que hasta el día de hoy la sigo recordando como si la estuviera viviendo en carne propia. Él fue el causante de que mi vida tenga emoción, sacándome de mi rutina, vivir cosas tan preciosas que ahora vagan por mi mente. Él me hizo sentir especial. Él me hizo la persona que soy ahora. Él era, es y será todo para mí. Él.

Este es apenas el primer capítulo de "He". Yo considero a 2Won una couple que queda muy bien -demasiado- con las historias tristes, las que te hacen llorar. No soy muy buena escribiendo historias así, pero voy a sacar lo mejor de mí para que les llegue al cora ahre.

He [2Won] [Monsta X]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora