- Vale. - No creo que haya prestado atención siquiera a lo que dije. Por algún motivo me sentía más aliviada que triste. Mamá le dio un largo sorbo a su copa hasta acabársela, tomó la botella y se sirvió más.

Arrugó el rostro, las manos se temblaban tanto que un poco de vino se derramó sobre la mesa, nuevas lágrimas empezaron a caer por sus mejillas.

- ¿Qué te sucede, mamá? - Dejé a Hamburguesa en el suelo, quien comenzó a correr de lado a lado, ella lo miró, pero no le prestó atención.

- Dante me abandonó. - Rompió en llanto, sollozando y quejándose. Verla así me estrujó el corazón.

Independientemente de todo lo que ha hecho, sigue siendo mi mamá y no puedo dejarla así. Me acerqué a ella rápidamente para poder abrazarla y apoyarla, aunque el terrible olor a alcohol que traía encima casi me lo impide. Lloró entre mis brazos lo que pareció una eternidad para mi, no quería verla llorar, pero ella estaba destrozada. Dejé que se desahogara, luego de un rato la ayudé a ponerse de pie y la llevé a su habitación, la metí a la cama y me quedé con ella unos minutos.

Mamá está realmente devastada, me giré para limpiar una lágrima que sin querer dejé caer. Me agaché frente a su mesita de noche y busqué entre el surtido de pastillas que ella tenía. Tomé una que la ayudaría a dormir y se la di junto con un poco de agua. 

Al cabo de diez minutos se quedó dormida y yo conseguí salir de su habitación sin hacer ruido alguno.

¿Ella estaba realmente enamorada de un tipo como Dante? Sé que actúa totalmente diferente con ella que conmigo, pero aún así. ¿Está mal que me sienta feliz porque es relación terminó? ¿O debería sentirme mal porque ese hombre se fue? Me pasé una mano por el cabello y bajé a la sala, necesito ocupar la mente en algo. Recogí la copa y la dejé en el lavabo de la cocina, me deshice de las botellas de vino y limpié algunas manchas que dejó el colorido líquido sobre la alfombra y la mesa.

Fui a la cocina y lavé todos los platos, una vez que estuvo todo limpio apagué la luz, Hamburguesa apareció dando pequeños saltos y corriendo emocionado, regresé a la cocina y abrí la llave, tomé un poco de agua con la mano y la acerqué al pequeño cachorro, para que pudiera beber. 

Me acerqué a mi mochila y saqué el pequeño plato y la bolsa de comida que Andy me había entregado, lo coloqué en el suelo y le di de comer a mi nuevo compañero de vida. Cuando estuvo satisfecho, apagué todo e hice que me siguiera a mi habitación. Me cambié de ropa y arreglé los libros y cuadernos en mi mochila según el horario. Subí a Hamburguesa a la cama conmigo, donde se acomodó y al instante se durmió.

Lo envidié, de verdad que lo envidié. Yo tenía tantas cosas en la cabeza atormentándome constantemente, que ahora mismo creo que es imposible que pueda pegar el ojo. 

Suspiré y me di la vuelta en la cama. Esta será una larga noche.



- Definitivamente, no. - Dije, cerrando mi casillero.

- Por favor, por favor, sólo será esta vez, lo juro. - Hizo una pausa. - Incluso puedes llevar a Robert. - Alexey estaba rogando y yo me estaba desesperando. Puse los ojos en blanco y me crucé de brazos.

- ¡Oye! - Puso cara de ofendido. - No hables de mi como si yo fuera un objeto. - Se defendió.

- Habrá cerveza, mucha cerveza. - Aseguró.

- Me convenció. - Levantó los brazos. - Hayden, hay que ir. - Bromeó Robert a mi lado y negué con la cabeza.

- No me voy a prestar para eso. 

- Por favor, Hayden, ayúdame. - Pidió con voz quejumbrosa. - Quieren conocer a la novia que no tengo.

- Pues diles que no tienes novia. - Comenzó a caminar.

Señorita Inocencia [Andy Biersack y tu] (EDITANDO).Where stories live. Discover now