XXVI

869 62 0
                                    

_________

Mi madre solo accedió a teletransportarnos a todos al campamento, porque el gran y todo poderoso Zeus lo había mandado. Una vez que todos estuvimos a diez metros de la entrada del campamento, Will fue a buscar una forma de llevar al resto al campamento junto con Nico (ya me imagino a aquellos dos, tardando una eternidad, haciendo de sus cosas...), mientras Artemisa me dedico una última mirada y un mensaje por telepatía:

"Cuando llegues al campamento, encuéntrate conmigo en la cabaña 8. Lleva a Valdez también, será mi única excepción".

Después, salió corriendo por el campo. No logré ver ningún rastro de ella, después de que Percy comenzara a despertar.

   —Por todos los dioses, ¿qué diablos pasó?... ¿Cómo llegamos aquí?
   —Vaya Percy, es la primera vez que despiertas temprano, ¿y esas son tus palabras? —sin que me diera cuenta, el me abrazo, mejor dicho me estrujo como nunca—. De acuerdo, ya entendí. Nada de desaparecer por un tiempo.
   —No sabes el susto que nos diste, hasta Will me pareció un monstruo. Y eso que no me toco viajar con él... —miró en todas las direcciones, intentando ver que no lo hubiese escuchado—. Hablando del rubio surfista, ¿dónde se metió?
   —Se fue con Nico a "buscar refuerzos" —tanto Percy como yo, nos miramos con una clara señal—. No sé cuánto pueden tardar, yo no puedo cargar con todos aquí.
   —Sobre todo si hablan de Frank —escuchamos a alguien más, era Leo quien parecía más desorientado que Percy—. El chico podría ser una tercera bomba atómica. Pero, ¿dónde estamos?
   —A unos pocos metros, de la entrada del campamento —le respondí—. ¿Qué piensan? ¿Despertamos a Jason para qué nos dé una mano?
   —Si, con su super poder para volar... nos será más fácil con la carga jumbo —dijo Leo, acercándose al rubio con sigilo—. ¡Oye chispitas! Despierta bella durmiente, es hora de levantarse.
   —No, dame cinco minutos más Thalia —con Percy no parábamos de aguantarnos la risa, mientras Leo se las ingeniaba para levantarlo.
   —Como daría por ser tu hermana, pero desgraciadamente no estás de suerte. Así que, lo lamento compadre pero... ¡Arriba! —Leo gritó cerca de Jason, haciendo que este diera un respingo.
   —¡¿Qué?! Maldición Váldez, te mataría ahora mismo —Jason se mostró molesto ante su despertador humano, pero se calmo al vernos a Percy y a mí, aguantarnos la risa—. ¿Y a ustedes dos qué les pasa?
—Nada... Solo que... —Percy intentaba no sonar como un tonto, pero no lo estaba logrando.
—¿Podrías ayudarnos a llevar a Frank al campamento? —logré preguntarle más calmada, aún que las ganas de reírme no faltaban—. Creemos que con tu habilidad de controlar el aire, transportarías a Frank con más facilidad que nosotros cuatro cargándolo.
—Seguro... —no se mostraba confiado ante mi rápida respuesta, pero tampoco se negó a darnos una mano—. ¿A cuánto estamos del campamento, exactamente?
—Quizás a unos 400 metros cuesta abajo, así que andando. Supongo que veremos a Will y a Nico en la entrada.

Frank estaba elevado por unos centímetros del suelo, mientras Percy, Leo y yo cargábamos a las chicas al hombro (bueno, salvo yo que traía a Hazel con su brazo detrás de mi cuello) hasta la entrada del campamento Media Sangre. Como supuse, Will y Nico estaban en la entrada, esperando nuestra llegada junto con todo el campamento. Creo que no hubo un solo campista que no me saludara o mostrara ningún tipo de molestia en ver que estaba sana e intacta.
Una vez que terminamos con todas los festejo de nuestra vuelta, sujeté a Leo de la mano mientras lo sacaba del tumulto de gente a nuestro alrededor. Le dije que teníamos una cosa más por hacer, y eso incluía una charla larga e incómoda con mi madre. Claramente Leo no tenía un gran entusiasmo por venir a mi cabaña, junto con mi madre vigilándolo como si fuese su próxima presa para la cena. ¿Quién puede culparlo?

El secreto de los dioses (Leo Valdez y tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora