52. El Final

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-¿De qué raza?-le preguntó Dean a Ash mientras revisaban las armas del maletero del Impala

-¿Qué?-respondió con un bollito en la boca y un calibre 45 en la mano

-¿De qué raza quieres el perro?-repitió él

Ashley soltó una risita y siguió cargando las armas sin responder a su pregunta. Cuando terminó, Dean le acarició el hombro por debajo de la camiseta de tirantes. Ella le cogió la mano y se dio la vuelta, le colocó un pequeño beso en los labios y luego sonrió sobre ellos. Dean la apoyó en el capó del Impala antes de devolverle el beso. Luego se miraron a los ojos, Ashley tenía esa mirada que había visto muy pocas veces en su vida. Esa mirada decía "te quiero" mejor que cualquier anillo y cualquier palabra. Le acarició el pecho con ambas manos antes de darle un corto abrazo y volver a subir al piso a despertar a Sammy.

-¡Samantha!-gritó lanzando su bolsa verde en la cama de Sam, al lado de su cara

Él se levantó de golpe alterado con un revólver en la mano.

-Reflejos de cazador.-se burló Dean

-Mueve el culo, nos vamos de caza.-anunció dedicándole una sonrisa a Sam

-No sé por qué estáis tan contentos, podríamos morir esta noche.-se quejó él quitándose el pelo de la cara

Ash levantó los hombros indiferente, era una cazadora, su destino estaba al final del cañón de una pistola, o al final del filo de un cuchillo, o en las manos de un demonio. Pero moriría peleando. Moriría peleando por John y Mary Winchester, por Karla y Lukas... por Jess y John. No para sentirse mejor consigo misma, no para estar en paz con el universo, porqué quería darles paz a las personas que amaba. Porqué eran personas bondadosas por encima de todos sus defectos, porqué hacían lo correcto aunque se equivocaran. Porque no se merecían ese destino.

El camino hacia Washington fue incómodo y eterno. Nadie hablaba, mentirías si aseguraras que no tenían miedo en ese momento. Cuanto más se acercaban más terror se dibujaba en sus pupilas. Pero nadie iba a decir nada al respecto, no hasta que salieron del coche.

Ashley cogió a Sam y a Dean por los hombros y se los acercó a ella. Uno a cada lado.

-Estoy orgullosa de nosotros.-dijo en un tono serio pero calmado

Sammy le dio un pequeño abrazo y luego se colocó la pistola en la parte trasera del vaquero. Dean hizo lo mismo y siguieron andando. 

-¡Bobby!-saludó Ash efusivamente con la mano al verlo llegar en su coche

-¡Lo tengo!-gritó él histéricamente sacando la cabeza por la ventanilla como un perro-¡Lo he encontrado!

Los chicos rieron como hacía tiempo que no reían con Bobby, se veía tan cómico con la cabeza fuera del coche y gritando como un loco. Bob Singer siempre había sido un tipo duro, serio, sobretodo sabio. Pero su tío Bobby también era divertido y tierno en ocasiones. Cuando eran niños, los llevaba a jugar al béisbol en vez de disparar a botellas como ordenaba John que hicieran. Bobby se quitó la gorra al salir del coche y abrazó a sus sobrinos. 

-Está en una casita en Hemlock Street, ha poseído un currante de la zona.

Armados hasta los dientes, se dirigieron a esa casa. Rodeada de tierras verdes y furgonetas, se talaban árboles en esa zona. El sol se escondía tras unas colinas y la luz naranja caía sobre la piel de Ashley haciendo que Dean no pudiera quitarle los ojos de encima. Se sentía diferente, nunca se había sentido de esa manera antes de un trabajo; quizás, en el fondo de su ser, sabía que esa iba a ser su última batalla.

Antes de entrar en la casa, Dean cogió la muñeca de Ashley y le colocó la goma de pelo que le guardaba desde que se conocían. La estrechó contra su pecho, le besó la frente y susurró:

-Estoy listo para retirarme.

Ashley le dedicó una sonrisa, le acarició la nuca y hundió la cabeza en su pecho durante unos instantes a modo de abrazo. Fue un instante de calma antes de la tormenta.

Porque al entrar a esa casa, se desató el caos. Una nube negra rodeaba el salón y, en medio, Azazel. Podrían haber contado unos 30 demonios volando sin recipiente a su alrededor. Pero cuando él alzó la voz y dijo "basta" todos se desvanecieron por una ventana.

Dean llevaba el Colt en el cinturón, lo acariciaba con la mano temblorosa, pero estaba listo para disparar. Tenía la respiración agitada pero la mente en blanco, iba a pasar esa noche. En tan solo unos instantes. El duelo que llevaba esperando toda su vida.

-Os estaba esperando.-pronunció Azazel con autoridad

Ashley tragó saliba y se quitó el pelo de la cara antes de levantar su escopeta.

-No vais a matarme.-se burló él haciendo que la escopeta de Ash volara por los aires con el solo movimiento de un dedo-Ni yo voy a mataros a vosotros.-añadió

-¿Por qué?-preguntó Dean confuso

-Tú no formas parte de esta ecuación. Mis planes no son para ti.-respondió Azazel burlón-He venido por ellos.-señaló a Ash y acto seguido a Sam

-Por encima de mí.-gritó Dean antes de sacarse el Colt del pantalón y dirigirlo a la cara de Azazel

Él levantó la mano sin mucho esfuerzo y Dean voló al otro lado de la habitación. Se quedó como clavado en una de las cuatro paredes sin ventanas del salón y sintió como Azazel le hundía el pecho. Soltó el Colt casi sin fuerzas.

-¡Suéltalo!-gritó Ashley corriendo hacia él con lágrimas en los ojos

Sam se acercó a Azazel y le puso su cuchillo en el cuello. Azazel soltó una risita vacilona. Mientras, Ashley intentaba separar a Dean de la pared, intentaba que volviera a respirar con normalidad, tiraba de su camiseta con fuerza casi haciéndola añicos. 

-Ya me ha molestado suficiente.-gruñó Azazel aún con el cuchillo de Sam en el cuello, levantó el brazo y le terminó de hundir el pecho a Dean

-¡Dean!-chilló Ash mientras veía al hombre que amaba escupir sangre-¡Dean, por favor! ¡Tú no!

Con sus últimas fuerzas y su último aliento, Dean colocó su mano llena de sangre en la mejilla de Ashley y pronunció sus últimas palabras:

-Estoy orgulloso de nosotros.

Azazel chasqueó los dedos y el cuerpo de Dean desapareció de los brazos de Ash

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Azazel chasqueó los dedos y el cuerpo de Dean desapareció de los brazos de Ash. Se había ido.

-¿Dónde te lo has llevado?-gritó Sam hundiendo el cuchillo en el estómago de Azazel

-Donde ese angelito vuestro no pueda encontrarlo.-se rió vacilón

Ashley estaba arrodillada en el suelo, en silencio y con sigilo, agarró el Colt y se levantó. Sin decir una sola palabra, aguanto la respiración y apretó el gatillo como John Winchester le había enseñado. La bala se clavó entre las cejas de Azazel y saltaron mil chispas de él. Se encendió como una hogera y se esfumó delante de sus ojos. 

Ashley dejó caer su cuerpo inerte al suelo, sus dos rodillas estocaron el golpe y soltó el Colt dando por terminada su última batalla. Sam corrió a recogerla en sus brazos y ella lloró en su pecho. Sammy lloró con ella.

Y Bobby cuando entraron en el coche. Nunca habían visto llorar a su tío de una forma tan desgarradora. 

Ashley se tumbó en la parte trasera del coche y lloró hasta quedarse dormida. 

The Huntress [ Winchesters / Supernatural ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora